River, sin respuestas: un equipo aturdido, confundido y apagado que se olvidó de ganar
El Millonario suma cuatro sin poder vencer (0-1 con Vélez, 2-3 con Huracán, 0-0 con Vélez y 0-2 con Godoy Cruz) y crece la confusión; Gallardo se fue expulsado
Dar vuelta la página y reaccionar. Esa era la misión de River anoche en el Monumental. Empezar a dejar atrás la desazón de no haber podido superar a Vélez en los octavos de final de la Copa y enfocarse a fondo en el nuevo objetivo del semestre: conseguir el bicampeonato de la Liga Profesional. El Millonario llevaba dos triunfos, dos empates y dos derrotas con un andar irregular en el inicio del torneo y la necesidad de un éxito era crucial para comenzar a acercarse a los puestos de vanguardia y lograr un shock anímico que le permita comenzar con otro espíritu el camino de la reinvención. Pero su rendimiento volvió a ser decepcionante y sumó cuatro encuentros en fila sin conocer la victoria y con solo dos goles a favor.
Otra floja tarea de River
Sin Julián Álvarez, quien ayer fue presentado en Manchester City, ni Enzo Fernández, quien hoy viajará a Portugal para sumarse a Benfica, no hubo respuestas futbolísticas. Ni individuales ni colectivas. Y se volvieron a repetir las marcadas falencias defensivas de un equipo que retrocede mal, marca sin solidez y tiene demasiadas desatenciones. Sumado a eso, no tiene creatividad en ataque. Le cuesta todo por demás.
River no tuvo muchas asociaciones, no aprovechó el dominio de la pelota y no tuvo luces para jugar: buscó siempre largo a sus delanteros, no tuvo ímpetu en la recuperación de la pelota y careció de ingenio, movilidad y dinámica para lastimar a un ordenado y prolijo Godoy Cruz, que desde un primer momento entendió cómo jugar su partido. Cada vez que salió con velocidad, lastimó. Y se sintió muy cómodo en el Monumental.
La expulsión de Gallardo
Así fue como llegó a los goles. Entre los 21′ y los 24′ del primer tiempo se dieron los golpes del Tomba con Martín Ojeda como protagonista. En la primera jugada, penetró por la banda izquierda en soledad, aguantó la marca de Emanuel Mammana y quedó mano a mano con Franco Armani para definir con un gran zurdazo al primer palo. Pese a que inicialmente fue anulado por offside, el gol fue validado por el VAR. Y luego, el propio Ojeda asistió con un gran pase hacia atrás desde la izquierda para la definición precisa de Gonzalo Abrego en el área. Dos jugadas, dos goles. Y una desorientación total de la defensa millonaria.
Recién a los 40′ tomó un poco de aire River con una insólita expulsión de Gianluca Ferrari, a quien el árbitro Nicolás Lamolina le mostró dos tarjetas amarillas al mismo tiempo en una misma jugada por dos infracciones -solo la segunda fue falta-. Así, con el envión de la roja, recién a los 45′ llegó el Millonario a su única situación de gol: un remate cruzado de Beltrán que se fue cerca.
Cuatro cambios en el entretiempo
La respuesta de Gallardo fue contundente: cuatro cambios en el entretiempo. Ingresaron Andrés Herrera, David Martínez, Santiago Simón y Esequiel Barco en lugar de Mammana, Leandro González Pirez, Nicolás De La Cruz y Braian Romero. Todo un síntoma. Y todo un mensaje. Con los cambios, más el ingreso de Juanfer Quintero por José Paradela para jugar la última media hora, el equipo mostró una marcada reacción.
Se acomodó, se asoció más y contó con chances para descontar. Pudo convertir con un cabezazo y un remate largo de Paulo Díaz, un remate de Santiago Simón, un cabezazo de Beltrán y un disparo de Barco, pero atacó desde lejos, sin poder entrar al área, no pudo ser avasallante con el balón y siempre se interpuso la figura excluyente del Ruso Rodríguez en el arco mendocino.
El marcador no se movió y la noche en Núñez cayó con otra derrota de un River que suma cuatro sin ganar (0-1 con Vélez, 2-3 con Huracán, 0-0 con Vélez y 0-2 con Godoy Cruz) y que mañana incorporará un refuerzo para renovar las ilusiones: por la mañana arribará el delantero colombiano Miguel Borja al país para realizarse la revisión médica y firmar su contrato hasta diciembre de 2025. En Núñez desembolsarán alrededor de siete millones de dólares por él, buscando los goles que le faltan para potenciar a un plantel que bucea y bucea pero no encuentra respuestas. Y cada día parece costarle un poco más.