River: Matías Suárez y Paulo Díaz se recuperaron de las lesiones y estarán disponibles frente a Sarmiento
En un plena levantada, el equipo millonario recobra a dos titulares, que estarían en el banco de suplentes el domingo en el Monumental; a Robert Rojas le queda un mes de rehabilitación
Paulo Díaz regresará tras perderse los últimos tres encuentros por una sinovitis de cadera que le causaba dolor al entrenarse. Sufrió un duro golpe el hace 17 días, contra Godoy Cruz, jugó 20 minutos hace dos semanas frente a Barracas Central y dos días después, el viernes 15, se conoció el parte médico luego de que fuera marginado de la lista de convocados para visitar a Vélez. Dos semanas después, volverá a estar disponible este domingo frente al equipo de Junín, aunque posiblemente deba esperar desde el banco de suplentes. En primer lugar, porque la recomendación del cuerpo médico es llevarlo de a poco y no exigirlo por demás. Y en segundo lugar, porque tanto Emanuel Mammana como Jonatan Maidana han respondido muy bien ante la ausencia del defensor chileno en la zaga.
Una situación similar vive Matías Suárez, el jugador más aquejado por las lesiones del último tiempo en River. Tras la polémica por su gol anulado frente a Vélez por la Copa aquel miércoles 6 de este mes, al día siguiente se conoció que en esa misma jugada se había desgarrado el isquiotibial derecho. El cordobés, que estuvo cinco meses sin actividad, entre octubre y febrero, por la artroscopia en la rodilla derecha, volvió a jugar en marzo, pero sufrió nuevamente dolores por la sinovitis ese mismo mes y, además, tuvo un desgarro en el sóleo derecho a comienzos de mayo, del que se recuperó recién a fines de junio.
Ahora, Suárez podrá regresar al banco de suplentes, con el ansia de dejar atrás las complicaciones físicas y volver a ser aquella garantía que tenía River en el ataque. Su vuelta abre un interrogante interesante en el esquema táctico, ya que, en caso de alcanzar el 100% de sus condiciones, puede conformar una interesante pareja ofensiva con Lucas Beltrán o Miguel Ángel Borja, el delantero colombiano por el que el club abonó siete millones de dólares. Así, Gallardo suma alternativas y “problemas” positivos: tendrá que definir si sostiene el 4-3-3 actual o retorna al 4-1-3-2.
De esta manera, con los dos esperados regresos, el entrenador se saca de encima un dolor de cabeza y ahora solamente debe recuperar una ficha, la última: Robert Rojas es el único integrante del plantel que no está en condiciones de jugar. Al defensor paraguayo, que se recupera de la fractura de tibia y peroné derechos que sufrió en abril, le queda poco menos de un mes para volver a practicar con sus compañeros.
Tener casi todas sus cartas a disposición era un aspecto central para Gallardo en plena renovación de aire y de energía. Las incorporaciones de Rodrigo Aliendro, Pablo Solari y Borja le dieron otra potencia y otorgan al DT alternativas en un ataque que se había visto muy diezmado sin la presencia estelar de Julián Álvarez. Y con los refuerzos puede hacer valer una máxima de su ciclo: más competencia interna, más respuestas.
“Tenemos muchas variantes y los chicos que llegaron están aportando lo mejor de ellos y nos ayudan mucho. Es fundamental que ingresen bien para cambiar la historia, y se notó. No puede relajarse nadie, tenemos una competencia muy sana y eso hace levantar el nivel. Hay que ir partido a partido e ir ganando. Ya contra Barracas Central hicimos el cambio de mentalidad. Siempre estuvimos preparados, pero a veces se dan las cosas, y otras, no. Hay que trabajar para estar a la altura”, sostuvo Agustín Palavecino, mediocampista que recobró su fútbol habitual y vuelve a consolidarse como titular.
Mientras su equipo comienza a asentar piezas en todas las líneas, Gallardo cree importante revivir el fuego interno de futbolistas que hoy no están en sintonía fina. En el fondo, es fundamental que David Martínez y Leandro González Pirez brinden más garantías y tengan menos desatenciones, para no sufrir tanto. Y en el medio es necesario que tanto Esequiel Barco como Nicolás De La Cruz sean más constantes y punzantes para el desequilibrio, como también que Juanfer Quintero, José Paradela y Tomás Pochettino dejen atrás la marcada irregularidad para escalar en la consideración.
River sigue en reconstrucción. Es un proceso que en los últimos cuatro partidos, con tres triunfos y un empate, ha mostrado signos muy positivos, con otra mentalidad competitiva, dinámica y construcción de juego. Pero ahora el objetivo es sostenerlo y potenciarlo. Que no sea sólo un temporal de aire fresco. Y, para eso, tener a todas las armas a disposición es una gran noticia para el DT. Hoy el calvario de las lesiones empieza a quedar atrás.