Racing sufrió por el blooper de Chila Gómez y porque empató un partido que tenía (casi) ganado
Se imponía por los goles de Copetti, Miranda y Matías Rojas, pero el equipo de Diego Martínez lo igualó por las anotaciones de Retegui (2) y Protti
Anda con un karma Racing: no puede conseguir dos triunfos seguidos, una condición casi indispensable para un equipo que quiere pelear por el campeonato. Ya van 18 fechas sin poder lograrlo. La última fue aquella victoria ante Patronato, en Paraná, que coronó la racha histórica de diez triunfos consecutivos, la mayor para el club en los últimos 102 años. Quedó muy lejos en el tiempo.
Para recibir a Tigre, Gago volvió a meter mano en el equipo que había triunfado en Santiago del Estero la semana pasada. Les hizo lugar en el mediocampo a Leonel Miranda y a Carlos Alcaraz, además de jugar desde el arranque con Matías Rojas como extremo derecho. No fue bueno el juego de la Academia, aunque parecía manejar el trámite del partido. Con el descuento de César Protti tras el fallo de Gómez, los nervios aparecieron. El entrenador intentó neutralizarlos con el ingreso de Lucas Orban para conformar una línea de cinco defensores para controlar el buen juego aéreo del Matador. Por eso se fue con bronca Gago: el empate llegó exactamente así, con un córner que dos veces ganaron en el área los delanteros visitantes.
Por primera vez desde que llegó al banco académico, el entrenador exteriorizó su fastidio: se descargó con el árbitro Yael Falcón Pérez, de floja tarea, aunque suele ser mesurado ante los árbitros. Una muestra del golpazo que resultó para Racing este empate.
Más allá del 3 a 3, la Academia no tuvo su tarde más lúcida. Si una de las principales falencias de este equipo a lo largo de este año era la falta de contundencia, contra Tigre mostró otra cara. Tres veces pateó al arco en el primer tiempo: las tres fueron gol. El primero fue un anticipo de goleador de Enzo Copetti, en el área chica, después de un muy desborde de Matías Rojas. El segundo llegó desde la izquierda, con una buena trepada de Eugenio Mena, que encontró el zurdazo goleador de Leonel Miranda tras el centro atrás. El tercero, una perla de Rojas, de tiro libre: el arquero Manuel Roffo ni siquiera vio pasar la pelota.
No tuvo más que eso Racing, que además estuvo endeble en el fondo. Cuando Tigre juntaba algunos pases en mitad de cancha encontraba los espacios para lastimar profundo. Gastón Gómez, que debía pasar la prueba de responder con el capitán Gabriel Arias sentado en el banco de suplentes, tuvo que aparecer dos veces para salvar el arco. En el penal ante Mateo Retegui la tocó pero no pudo evitar el descuento. Lo que pasó en la segunda mitad quizá termine de resolver la duda que tenía el técnico con el arco, tras el regreso de Arias luego de ocho meses de rehabilitación tras la operación de su rodilla izquierda. El error de Chila fue un quiebre en el partido.
Más allá de que Fernando Gago insiste en que el plantel dio vuelta la página, las tres eliminaciones en partidos en los que fue muy superior al rival son una cicatriz para este equipo. En este torneo acumuló algunos empates que lo alejaron de la punta con una fórmula similar: ante Arsenal y Sarmiento, por caso, superó los 20 remates. Pero se resignó a sumar un punto. Bajo el sol del domingo futbolero parecía aparecer una versión más efectiva, aunque también menos precisa desde el juego. Más allá de llevar dos veces una ventaja de dos goles, otra vez vio como se le escurrían dos puntos de su cosecha.
Lo mejor del partido
Ni siquiera el tiro del final, con ese cabezazo de Tomás Chancalay en el área chica, pudo darle la alegría que necesitaba. La versión efectiva no alcanzó para llevarse el segundo triunfo consecutivo. Racing otra vez volvió a mostrar la chapa de ser un equipo al que todavía le faltan algunas cucharadas de oficio y aplomo para llevarse algunos partidos. Por eso no se termina de subir al ring para pelear el campeonato. Con Atlético Tucumán firme en la cima, más Boca y River que parecen despertar, la pregunta que latía en el atardecer de Avellaneda era si no se había dejado pasar demasiadas chances..