Nahuel y De Paul vuelven a encontrarse

Los dos futbolistas argentinos, que han coincidido tanto en el Udinese como en la Selección, compartirán vestuario a las órdenes de Simeone, en el pico de su carrera.

Víctor Gómez
As
Nahuel Molina será rojiblanco en las próximas horas. Su llegada se ha hecho de rogar, pero, tras incesantes negociaciones entre la dirección deportiva atlética y el Udinese, el jugador aterrizará en Madrid a no mucho tardar. Se prevé que Simeone pueda contar con él el próximo martes, a la vuelta de los dos días de descanso que el Cholo ha concedido a la plantilla tras la estadía de dos semanas en Segovia. En Madrid, el nuevo lateral derecho del Atleti no parece que vaya a tener problema alguno de adaptación. Conoce tanto a Correa como a De Paul, compañeros en la Selección Argentina, y todo hace indicar que encajará sin problemas en un vestuario en el que se habla, principalmente, castellano y en el que coincidirá con otros sudamericanos como Giménez, Cunha, Lodi o Lino, además de con un cuerpo técnico con el que comparte, en su mayoría, raíces.

No obstante, si alguien actuará de soporte del argentino en esos primeros días como atlético, ese será, sin lugar a dudas, su amigo Rodrigo De Paul. Ambos coincidieron una temporada en Údine antes de proclamarse campeones de América y su historia es la de muchos futbolistas argentinos que, tras destacar en su país natal, pasan por diversos clubes hasta consolidarse en Europa. Cada uno a su tiempo (Molina tiene 24 años y De Paul, 28), y en unas circunstancias diferentes, pero, al fin y al cabo, con un mismo objetivo: forjarse un nombre en lo más alto del fútbol mundial.

Rodrigo se formó en las categorías inferiores de Racing, desde donde, previo debut con el primer equipo, puso rumbo a Valencia en mayo de 2014 para recalar en el conjunto ché la siguente campaña. Allí estuvo una temporada y media, hasta que en la 16-17, y tras regresar a Racing como cedido los últimos meses de curso, fue traspasado al Udinese. En el conjunto italiano De Paul alcanzó su madurez futbolística. Completó cinco temporadas en las que disputó 184 partidos y anotó 37 goles. En la última de ellas, la 20-21, el de Buenos Aires (Argentina) tuvo un socio muy especial a su lado.

Conexión en Údine y en Argentina

Nahuel Molina llegó ese verano a Údine después de haberse tenido que ganar el pan, al igual que De Paul. El lateral argentino fichó por Boca Juniors en 2016, y encadenó dos cesiones (Defensa y Justicia, en 2018 y Rosario Central, en 2019) antes de llegar a Europa. En el club blanquinegro, ambos fueron pieza clave, y compartieron una posición cercana en el terreno de juego. El actual 5 atlético gobernaba el centro del campo desde el carril derecho, por lo que las combinaciones con Molina, que en su primer año ya se había hecho dueño del lateral diestro, eran más que frecuentes. El primero acabó el curso con 36 partidos, nueve goles y diez asistencias a sus espaldas, mientras que el segundo completó 29 encuentros en los que anotó dos dianas y dio cinco pases de gol. Sin embargo, y pese al notable ejercicio de ambos en lo personal, el equipo italiano no logró pasar de la decimocuarta posición en la Serie A.

Fue al término de esa campaña, en el verano de 2021, cuando su buen rendimiento se vio recompensado en la parcela colectiva. Con Scaloni como entrenador, los dos futbolistas contribuyeron enormemente a que la Selección Argentina se proclamase campeona de América tras casi 30 años sin hacerlo (desde 1993) y se consolidaron como dos de los hombres fuertes de “La Albiceleste”. Ahora, un verano después, quieren repetir gesta, pero a nivel de clubes y con el Atlético. En el horizonte, la ansiada Champions y la posibilidad de seguir grabando a fuego su nombre en Europa. Fácil no ha sido y el Atleti es todo un reto, pero Molina y De Paul saben lo que han trabajado para llegar a este punto y quieren triunfar en el Metropolitano. Simeone es su principal valedor. 

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