Marcelo Gallardo: un mensaje tan furibundo, y con una espalda tan ancha, que lleva calma y confianza a River

El DT fue duro en su respuesta a las críticas tras el adverso inicio en la Liga y la eliminación por la Copa Libertadores; mensajes para todos: periodismo, plantel, árbitros, dirigentes y entrenadores

“Me sorprendió cierta expectativa que se generó por una simple conferencia. No hablé en los últimos partidos y correspondía que me anunciara para dialogar y responder preguntas de ustedes. Si alguien vino con otra expectativa o deseo de buscar otra cosa, temo advertirle que se irá decepcionado”. Las primeras palabras de Gallardo en la rueda de prensa en River Camp fueron terminantes. Pese a los rumores, lejos estaba de tratarse de un contacto con la prensa para anunciar alguna cuestión vinculada con su futuro. Su intención era clara: bajar un mensaje crudo y directo, con momentos de ofuscación y desahogo, pero con tintes sanadores y una marcada claridad conceptual.

Uno de los tramos de la rueda de prensa

Luego de días difíciles entre la eliminación por la Copa Libertadores, el irregular rendimiento del conjunto, algunos chispazos en un clima interno agitado y una serie de malos resultados que hicieron ruido, el DT había suspendido las últimas tres conferencias en la Liga Profesional: no habló públicamente después de las derrotas contra Huracán y Godoy Cruz y el 2-2 del domingo frente a Vélez. Pero su mensaje inicial de este martes desactiva toda especulación: “Acá no hay crisis”. Punto.

Después de muchos años, no hemos cumplido los objetivos del semestre. Reconocemos las falencias que tuvimos en el armado del plantel y la funcionalidad del equipo. Ofensivas y defensivas. Pero lejos estamos de que, por eso, tengan que armar falsos comentarios con cuestiones extrafutbolísticas. No hay crisis acá, no van a encontrarla”, aseveró Gallardo. Y agregó: ‘’La gente de River, que siempre quiere ganar, sintió la desilusión pero no se deja llevar, no se confunde por ciertas cosas internas o externas que buscan desestabilizarnos. Y cuando digo «internas» es porque quieren hacer creer que salen cosas de adentro, que no salen de ahí. Nosotros tenemos que seguir trabajando y exigiendo, aceptando ser exigidos también. Imaginá si Maidana, Pinola, Pérez o Casco no aceptara ser exigido... ¿estarían acá? No”.

Así, el entrenador envió un mensaje al plantel en el día por día de trabajo: es momento de redoblar esfuerzos. De tirar hacia adelante aumentando el compromiso, las ganas y la voluntad para torcer la historia. Ya sin las figuras de Julián Álvarez y Enzo Fernández, pero con aires renovados por el regreso de Lucas Beltrán y las llegadas de Rodrigo Aliendro, Miguel Borja y Pablo Solari, que fueron presentados posteriormente, por el presidente Jorge Brito. Ahora, para el Muñeco la misión es volver a dar la talla. Pelear en el campeonato en el que logró apenas 9 puntos de los primeros 24. Reconstruirse para ser bicampeón de la Liga es el objetivo. Y luego llegará el tiempo de analizar el futuro. Porque la puerta a una posible continuidad quedó entreabierta. Sin definiciones.

Mi permanencia se construyó a través de muchísimos años y no depende de uno o dos malos resultados. Hemos construido algo más sólido. Estoy firme y convencido en los malos momentos de hacia dónde debo ir. Si no peleamos en el campeonato, dejaré la mejor estructura posible para tener algo sólido a la hora de arrancar de nuevo. Mi proyección es ésa: ocuparme de estos momentos. Son tres meses y medio para trabajar. Hasta el último día de mi contrato voy a estar siempre con la cabeza preparada para darle las mejores soluciones al equipo”, firmó el DT. Y continuó: “A los que no me quieren, por más que tengan empeño en querer decir o hacer cosas para desestabilizarme, y por más que perdamos, les digo que voy a estar con convencimiento hasta el último día. Entiendo que moleste mi permanencia cuando no se dan los resultados, pero, en una sociedad en que todo se destruye rápidamente, se tiene que ver como un mérito, no como un resguardo. Y no hablo por mí; hablo por todos los entrenadores”.

Más frases de Gallardo ante los periodistas

Gallardo sabe que su continuidad será un tema central en River con miras al 31 de diciembre, fecha en la que concluirá su vínculo. Pero hoy hay otras aristas cruciales en las que el director técnico profundiza para enfocarse y superarse. Y sus mensajes hacia el exterior en la conferencia tuvieron diversos destinatarios: árbitros, dirigentes y entrenadores.

“Algunas cosas me sorprenden. Hay cámaras para tomar si uno está enojado, si se ríe, si hace una mueca... y hoy los árbitros tienen la chance de mirar lo que quieren. Deberían errar menos. Se capacitaron mucho, tienen las cámaras, los fundamentos... y siguen errando. Pero no sólo con River: con todos los equipos. En la expulsión a Aliendro el error fue tremendo: estaba mirando la jugada y no lo pisó. No se puede errar tanto”, criticó el Muñeco. Y opinó crudamente sobre su cruce con Nicolás Lamolina: “Me pasé, pero no fue un insulto. ¿Quién de acá no dijo alguna vez «bol...» o «pel...» en un momento así? Cuando se equivocan tan feamente, te saca. Yo soy temperamental. En mi vida soy así. Tengo esas respuestas. No me enorgullecen, pero me definen. Y me equivoco como todos”.

La contundencia del DT de River en su palabra en Ezeiza

Hubo más. Gallardo redobló la apuesta. Y fue directo contra los dirigentes del fútbol nacional por los tiempos de los proyectos. “Cuando hablo de tiempos, les hablo a los directivos de otros clubes. El fútbol no es magia, de forma que te sentás, cambiás algunas cosas y listo. El convencimiento debe ser real. Yo propongo que, cuando se contrata a un entrenador, si no se lo sostiene en el transcurso del año o de los años de contrato, que también se vaya el responsable de la elección. Pónganse a pensar lo que sería eso”, disparó.

La conferencia de prensa no tuvo ningún anuncio rutilante, pero logró un fuerte golpe de efecto. El sostenimiento del timón es notorio. El DT se presentó convencido, fuerte, seguro. Apuntó a todos los frentes. Reconoció errores y problemas por corregir. Y llevó un manto de confianza y tranquilidad para la pelea por la Liga en la que River todavía no ha hecho pie. Su voz tiene tales potencia e influencia que con un tono de furia puede llevar paz.

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