Los Warriors pueden morir de éxito: no les salen las cuentas para pagar a todas sus estrellas
Curry gana 48 millones, Thompson 40,6 y Green, Poole y Wiggins aspiran a renovar por el salario máximo
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El crecimiento de los Golden State Warriors en la última década ha sido descomunal tanto desde el punto de vista deportivo como económico. Sus dueños, Joe Lacob y Peter Guber, compraron la franquicia en 2010 por 450 millones y ahora vale 5.600, convirtiéndose en la segunda más valiosa de la NBA por detrás de los New York Knicks (5.800) y por delante de Los Angeles Lakers (5.500). Y en los últimos ocho años han conquistado cuatro anillos (2015, 2017, 2018 y 2022).
Pero no es oro todo lo que reluce en el equipo de San Francisco. El éxito tiene un precio demasiado alto, incluso para una franquicia tan boyante como la de los Warriors. Sus jugadores cada vez quieren ganar más dinero y van a tener que hacer encaje de bolillos para satisfacer a todo el mundo. Por lo pronto tienen en su plantilla al jugador mejor pagado de la NBA, Stephen Curry (48 millones de dólares al año) y al décimo mejor sueldo, Klay Thompson (40,6).
El problema es que ahora Draymond Green, el tercer pilar de los éxitos de los Warriors, ya ha dejado caer que quiere el salario máximo en su próxima renovación. A eso se une que la eclosión de Jordan Poole y Andre Wiggins, claves en la consecución del último anillo, obligará al equipo a darle también el salario máximo al menos a uno de ellos. Y claro las cuentas no salen.
Los dueños no quieren pasarse del límite salarial
Los dueños no están dispuestos a sufrir una sangría en el 'luxury tax' o impuesto de lujo, que penaliza a los equipos que sobrepasan el límite salarial obligándoles a pagar un dinero extra a la NBA que se reparte entre el resto de equipos. Si se pasan entre 0 y 5 millones deberían pagar 1,5 dólares por cada dólar que lo supere. Entre 5 y 10 millones, 1,75 dólares por cada dólar de más, entre 10 y 15 millones serían 2,5 dólares, entre 15 y 20 millones, 3,25 dólares por cada dólar. Y el impuesto se incrementará en 0,50 dólares por cada 5 millones más. Por ejemplo el equipo que supere entre 20 y 25 millones el impuesto su tasa será de 3,75 dólares por cada dólar que se pase del límite.
Una de las soluciones que se plantean los Warriors, según reveló The Athletic es bajar el sueldo a Klay Thompson, que apenas jugó las dos últimas temporadas por una grave lesión. Una ausencia que, involuntariamente, ha provocado que Poole y Wiggins multiplicasen su importancia y su valor de mercado. Los Warriors necesitan desesperadamente que alguno de sus dos líderes acepte una rebaja salarial, y el señalado es Klay Thompson.
Posible rebaja salarial a Klay Thompson,
Su valor de mercado se depreció tras su larga convalecencia por la lesión y pese a firmar algunos partidos buenos, no ha vuelto a ser el de antes. Su defensa, sus movimientos y su acierto desde el perímetro se han resentido. Y los Warriors esperan que acepte ese recorte salarial amparándose en que él mismo, tras ganar el anillo, aseguró que no jugaría en otro equipo ni para otro entrenador que no fuese Steve Kerr. Habrá que ver si está dispuesto a sacrificar parte de su nómina para mantener el bloque del equipo.
La apretura del límite salarial hizo que los Warriors se viesen obligados a dar salida a Gary Payton II y Otto Porter Jr. para evitar pagar una gran cantidad de impuestos de lujo . De hecho, con la marcha de ambos se calcula que entre salarios e impuesto de lujo los Warriors se ahorraron 60,7 millones de dólares. Ahora tienen que tomar otra decisión difícil, que es entregar una oferta máxima a Andrew Wiggins o a Jordan Poole.
Draymond Green quiere renovar por el contrato máximo
Y a ello se suma otro problema considerable: Draymond Green quiere un contrato máximo en su próxima renovación según desveló The Athletic. Se considera integrante de pleno derecho del núcleo duro de los Warriors, junto a Stephen Curry y Klay Thompson, que ha hecho posible conquistar cuatro títulos en ocho años. El 3 de agosto estaría ya en disposición de firmar un contrato de cuatro años y 138,4 millones. Incluyendo la próxima temporada, una extensión máxima aseguraría a Green 164,2 millones las próximas cinco temporadas.
Puede que Green no tenga estadísticas de estrella, pero es una bestia defensiva y una de los pesos pesados en el vestuario. Le quedan dos años de la extensión máxima que firmó en 2019. Tiene contrato garantizado para la próxima temporada, en la que ganará 25,8 millones de dólares. Y una opción de jugador de 27,6 millones para la temporada 2023-2024.
Inviable soportar tantos contratos altos
Darle un contrato máximo junto con el salario que ya perciben Stephen Curry y Klay Thompson, además de los contratos al alza que deberán firmar a Wiggins y/o a Poole más el que los otros jóvenes podrían exigir en el futuro no parece viable para la franquicia. Los Warriors tienen una decisión muy complicada en sus manos.
Joe Lacob, el multimillonario propietario de los Warriors lo tiene claro: "Todos querían que al comienzo del año, lo sé, intercambiáramos a todos esos jugadores jóvenes y estas selecciones de draft e ir a buscar a una estrella... Sé que lo que hicimos era un poco arriesgado, pero yo creía que si íbamos a ganar este año, lo lejos que íbamos a llegar estaría determinado por lo buenos que fueran Steph Curry, Klay Thompson y Draymond Green. Obviamente el resto de los muchachos también, pero esos tres, ahí es donde está el dinero", dijo tras ganar el anillo en una intervención en el podcast Point Forward.
No quiero caer por un precipicio como lo hacen otros equipos cuando realmente lo apuestan todo, no tienen jugadores jóvenes y no tienen opciones de draft, no es una buena estrategia
"Entonces, al final del día, lo que no queremos hacer... lo único que no puedo y no toleraré es no competir por campeonatos", añadió. "No quiero caer por un precipicio como lo hacen otros equipos cuando realmente lo apuestan todo, no tienen jugadores jóvenes y no tienen opciones de draft, simplemente no creo que sea una buena estrategia", explicó. La patata caliente está en sus manos, porque contentar a todas sus estrellas quizá no sea posible.