Los comodines de Ancelotti
Rüdiger, Alaba y Nacho ejercen de ases bajo la manga, aportando polivalencia atrás: pueden ser tanto centrales como laterales. Ancelotti desveló un plan con los dos primeros.
Rüdiger
El último descubrimiento. Cuando entre la vox pópuli circulaba el dogma de que esta temporada la dupla de centrales sería Militao-Rüdiger, desplazando a Alaba al lateral izquierdo, Ancelotti presentó su última taumaturgia. En el Clásico los tres saltaron al césped, saludaron a sus rivales y de repente, ‘el nuevo Pepe’ esprintó hacia la banda. Jugó como lateral izquierdo; jugará mucho este curso ahí. “No estoy loco, y él es muy inteligente. En esa posición puede jugar, como también permutar durante el partido con Alaba. Esta vez no lo han hecho porque estaba jugando bien”, dijo Ancelotti. Y descubrió su nuevo plan.
La idea del técnico para esta temporada es que Militao-Alaba sigan siendo los centrales titulares; una dupla indiscutible con el aval de la Decimocuarta. Rüdiger, por tanto, quedará desplazado al lateral izquierdo, donde sólo ha jugado tres partidos en toda su carrera (uno con el Stuttgart en 2012, otro con la Roma en 2016 y otro, con Alemania en 2018). Tiene cualidades para cumplir y Carletto lo sabe, entre ellas, su endiablada velocidad (fue el jugador más rápido de la Premier el curso pasado: 36,7 km/h). 18 pases acertados (85,7% de acierto), uno largo, un centro, un disparo (fuera) y tres recuperaciones, fueron sus números en los 45 minutos que disputó en el Allegiant.
Alaba
Es un doctor en polivalencia. El 49% de los partidos oficiales que ha disputado en su carrera han sido como lateral izquierdo; el 30%, como central; el 14%, como mediocentro (puro, volante izquierdo o volante derecho), el 6% como pivote; y el 1%, como mediapunta. Tras muchos años siendo lateral izquierdo con el Bayern y mediocentro con Austria, fue el verano de 2019 cuando tuvo una conversación con Flick en la que le propuso probar como central. Y muy de golpe: en 2018 jugó 43 partidos, todos como lateral y en 2019, de los 42, 34 fueron ya como ‘káiser’. De ahí, al Madrid, donde la pregunta en su presentación era obligada: “¿Y aquí, de qué?”. “Soy un jugador flexible y lo daré todo, sin importar dónde”, dijo.
Pues central, decidió Ancelotti. Y ya nadie le mueve de ahí. La temporada pasada jugó 42 partidos como central y sólo 4 como lateral (las dos primeras jornadas de Liga, la octava y la noche de la eliminación copera ante el Athletic). Se ha vuelto un fijo, desarrollando una sinergia espectacular con Militao que alcanza hasta fuera del campo, donde son íntimos amigosa. La llegada de Rüdiger parecía ir a separarles, pero ni mucho menos. Este curso seguirá dirigiendo la salida de balón y frenando las embestidas rivales desde el centro, aunque en ese ‘plan de Ancelotti’ está que pueda intercambiarse con el alemán, en mitad de un partido, alguna vez. La noche de la remontada al PSG, por ejemplo, lo hizo con Nacho: la épica empezó cuando el español pasó a ser central y él, a correr la lateral este.