La modelo, actriz y francotiradora brasileña Thalita do Valle murió durante un bombardeo en Ucrania
Voluntaria de las filas ucranianas, la mujer de 39 años perdió la vida junto a su compatriota Douglas Búrigo en Kharkiv. Había llegado al país hacía tres semanas
Do Valle falleció junto al también brasileño Douglas Búrigo en la ciudad ucraniana Kharkiv el pasado 30 de junio después de que el bunker en el que se encontraban sufriera un incendio tras ser alcanzado por un bombardeo, explicó su hermano, Théo Rodrigo Vieira, en declaraciones recogidas por medios locales.
“Era una heroína y su vocación era salvar vidas, participando en misiones humanitarias”, contó Viera al portal de noticias UOL.
Modelo y actriz en su juventud, Do Valle era socorrista y había participado en una misión contra el Estado Islámico en la región del Kurdistán iraquí, la cual llegó a narrar en sus redes sociales y su canal de Youtube.
Allí recibió entrenamiento para convertirse en francotiradora de elite e integrar los “peshmerga”, como se conocen las fuerzas armadas kurdas que lucharon contra los yihadistas.
“Recibió entrenamiento e hizo los cursos necesarios para ir a la línea de frente. No obstante, al entrar en el ejército kurdo se especializó en tiros de precisión, con armas largas. Thalita era del ejército femenino e integraba una línea de frente con francotiradores de elite”, agregó.
La brasileña también participó en diversas operaciones de rescate en Brasil, como la tragedia de Mariana, que dejó una veintena de muertos tras la rotura de una represa en Minas Gerais en 2015, o la de la ciudad de Petrópolis, golpeada por intensas lluvias que dejaron más de 200 muertos.
Amante de los animales, rescató a decenas de ellos durante la tragedia minera de Brumadinho, ocurrida en 2019 también en Minas Gerais.
Do Valle había llegado a Ucrania hacía tan solo tres semanas y la última vez que se comunicó con sus familiares fue el pasado 27 de junio, según recuerda su hermano.
“Cuando conversábamos por teléfono yo quería saberlo todo, pero ella decía que no podía hablar mucho porque las actividades por teléfono estaban siendo controladas por drones rusos. Llamaba solo para avisar que estaba bien”, contó.