Fuerza en la adversidad
A River se le escapó la victoria al final, luego de un buen PT con dos muy lindos goles y un ST en el que Vélez nos superó. Un 2-2 que no es bueno para el campeonato
Esta vez la actitud fue diferente. De entrada nomás, River demostró que había aprendido la lección de aquella noche y salió a combatir sin regalar ni un centímetro a un rival muy intenso. Seguramente ese esfuerzo lo pagamos al final.
Después de un primer tiempo con aspectos muy positivos en asociaciones a un toque con un gran Beltrán de pivote y un fantástico Simón como extremo derecho, nos desmoronamos en el segundo. En el PT hubo algunos desajustes defensivos que en el ST, con menos espacios, resolvieron Maidana y Pinola con su oficio. Pero no le pudimos sostener la energía a Vélez y la resistencia fue cada vez más cerca de Armani. Como bien sabemos, no estamos hechos para aguantar y parece que ni siquiera como un recurso. Encima, los cambios, necesarios en este tipo de partidos a tan alto voltaje, una vez más no funcionaron. Es curioso lo poco que aportan los suplentes.
Había que tener la pelota, cuidarla, tratar de hacerla circular y poner nervioso al rival, pero nos prendimos en eso de jugar largo para salir de la presión y ya sin Beltrán para aguantarla, así como iba, volvía. La defensa bancó y bancó hasta el final. La defensa y Armani por supuesto. Con aciertos y errores, la bancaron. Se vio solidaridad y compromiso en el equipo, pero las respuestas individuales de los que ingresaron fueron muy bajas. También la de Barco, que decididamente deberá entender que ya ningún árbitro le cree nada. Aunque sean fouls no les cobran. Mucho menos Loustau que está ensañado contra River.
La TV jamás mostró de cerca la repetición del posible penal en una contra con superioridad numérica que Barco decidió mal y seguramente no fue penal porque suele tirarse, pero no la vimos en detalle y por lo tanto no podemos asegurarlo. Por supuesto, del otro lado, mostraron mil veces y en cámara lenta el penal cobrado por un toque sin intención de Armani a Bou, que como todos sabemos provocó ese contacto por bicho. Penal discutible pero cobrable, el otro no lo sabremos hasta que aparezca alguna repetición por ahí.
A lo que voy. Estamos solos contra todos.
Llamó la atención la declaración de Pinola post partido. Como si hubiera habido alguna falta en el último centro previo al empate de Vélez. Tipo de los de antes, con códigos, Pinola prefirió no decir nada pero eso quiere decir que algo debe haber pasado. No puede saberse. No se repitió.
Amén de esto, la campaña es mala. Estamos a tiempo todavía de revertirlo pero hay que ponerle mucha actitud y mucho compromiso. No va a ser fácil. Como espacio para la esperanza, los goles. Dos golazos. El primero una daga profunda por la derecha de Simón y centro para el ingreso del 9. El viejo querido desborde y centro atrás, tan importante y no siempre valorado. El segundo, una diagonal del mismo Simón que la bajó como un pivote para la entrada de volea de De la Cruz. Había que hacer uno más para poner el resultado a resguardo pero se molestaron entre Romero y Pochettino.
Hay que mejorar mucho. Hay que trabajar mucho. Futbolística, física y mentalmente. Tenemos que recuperar las buenas sensaciones hoy adormecidas.