Fórmula 1. Ferrari: las órdenes de equipo y cómo batallar por los mundiales
La Scuderia, que en el pasado tomó decisiones polémicas, tendrá que decidir si alimenta a Charles Leclerc en la disputa con Max Verstappen o si mantiene la igualdad entre el monegasco y Carlos Sainz Jr., con el objetivo de imponerse entre los Constructores
Pero la Scuderia tiene que resolver un dilema, una situación que a lo largo del recorrido se convirtió en blanco de las críticas: alimentar al monegasco para que pulsee con Max Verstappen por el Mundial de Pilotos o mantenerse indiferente, sin órdenes de equipo ni privilegios entre sus pilotos, con el Mundial de Constructores como meta.
“Si más adelante hay uno de los pilotos que tiene muchas más oportunidades, trataremos de obtener la máxima prioridad, pero no es la situación en este momento. Así que tenemos que lidiar con eso”, admitió Mattia Binotto, el jefe de Ferrari, que atravesó varias tormentas. “Maximizando los puntos del equipo estaremos maximizando las oportunidades de los pilotos y quitando puntos a los rivales, aunque el rival no debería ser Charles para Carlos, ni Carlos para Charles, sino para Max, Lewis y todos los demás. En este momento, el auto más rápido en la pista es el que tiene la prioridad”, comentó el ingeniero después de la Carrera Sprint en Austria.
En esa competencia, las dos espadas del equipo mantuvieron una feroz disputa en los seis primeros giros, una batalla que se resolvió cuando el español se sobrepasó en la frenada de la Curva 3 y ya sin oportunidad de activar el DRS quedó sin fuerzas para pulsearle a su compañero de garaje, que tampoco quedó en una posición cómoda para atacar a Verstappen. El neerlandés ganó sin dificultades, embolsó ocho puntos, acrecentó la ventaja en el campeonato y tuvo el mejor lugar de largada para la Carrera Final.
La victoria de Leclerc al día siguiente minimizó los daños y abrió una ventana gigante entre el monegasco y Sainz Jr., que con la rotura del motor -situación que derivó en un incendio- viajó de la alegría absoluta de ganar por primera vez en la F.1 a la completa desazón de mirar desde muy lejos a Verstappen, que ahora lo aventaja por 75 puntos en el Mundial de Pilotos. Para el monegasco el éxito resulta también un empujón anímico, porque al treparse al escalón más alto del podio terminó con la racha de siete carreras sin triunfos.
En cuatro de esos grandes premios -Miami, Montmeló, Mónaco y Bakú- había marcado el mejor tiempo en la prueba de clasificación y en dos se marchó vacío, tras los abandonos en España y Azerbaiyán. También sirvió para apaciguar el malestar que lo envolvió en Silverstone, cuando el ingreso del Auto de Seguridad -por el abandono de Esteban Ocon (Alpine)- dinamitó la oportunidad de victoria. “Con una carrera dura tras otra, sentía que todo estaba en mi contra”, señaló, quien acumula cinco triunfos en el Gran Circo.
“Estoy contento de ver a los dos pilotos luchando. Cuando hay órdenes de equipo, todo el mundo nos echa la culpa, porque deberíamos dejarlos pelear libremente. Pero cuando los dejamos luchar dicen que deberíamos entregar órdenes de equipo… Entonces, lo que se hace siempre estará mal. Recuerdo que hace 20 años, en Austria, escuché los abucheos de las tribunas. Yo estaba en el circuito. Es un tema siempre delicado y cada uno, después de la carrera, sabe cómo debe afrontar las situaciones”, mencionó Binotto
En esa declaración, recordó el vergonzoso desenlace del GP de Austria de 2002, cuando prácticamente sobre la línea de meta Rubens Barrichello le cedió el triunfo a Michael Schumacher, por orden del equipo. El bochorno tomó tal dimensión que el alemán hizo subir a su compañero al primer escalón del podio durante la ceremonia y le entregó el trofeo, imágenes que contrastaron con la silbatina de los espectadores. Dos días después, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) hizo un llamado a los pilotos y a Jean Todt, por entonces jefe de la Scuderia, y al año siguiente prohibió las órdenes, un artículo del Código Deportivo Internacional que se suprimió en 2010.
Ferrari se caracterizó por enseñar órdenes de equipos que resultaron polémicas, más allá de la que protagonizaron Schumacher-Barrichello en 2002. Cinco años más tarde, en Interlagos (Brasil), Felipe Massa fue llamado desde el muro para que ingrese a repostar combustible, una maniobra que le abrió el camino a Kimi Raikkonen para ganar la carrera y el título. En 2008, en el GP de China, los mismos pilotos se vieron involucrados, aunque fue el finlandés quien cedió la posición para que el paulista terminara en el segundo puesto, por detrás de Lewis Hamilton; la FIA no abrió una investigación. En 2010, en el GP de Alemania, en Hockenheim, Massa recibió un mensaje concreto de su ingeniero Rob Smedley: “Alonso es más rápido. ¿Puedes confirmar que entendiste este mensaje?”. El brasileño, que venía de tres abandonos consecutivos, pero que se disponía a ganar por primera vez en el año, se dejó adelantar por el español, que terminó la temporada pulseando la corona con Sebastian Vettel (Red Bull). Por esa maniobra, Ferrari recibió una sanción económica de 100 mil euros.
Desde 2007, con Raikkonen, que un piloto de Ferrari no se consagra campeón. Desde 2008, que la Scuderia no celebra un título de Constructores. Con once carreras por delante y con Leclerc y Sainz Jr., intentará romper el hechizo. Resta conocer si el muro se mantendrá el margen o si habrá mensajes en las radios.