F1 | GP DE AUSTRIA / Esto solo pasa en Ferrari

Sainz abandona por avería cuando perseguía a Verstappen. Leclerc gana en Red Bull Ring delante de Max pero su equipo regala un doblete. Alonso, 10º.

Jesús Balseiro
As
Ganó Leclerc, ganó Ferrari, y ese sector de la Prensa que hace una semana fue crítico ahora aplaude. Pero la Scuderia se cubrió de gloria con una rotura de motor de Sainz cuando estaba a punto de adelantar a Verstappen por la segunda posición. Carlos no tenía por qué estar ahí: los dos F1-75 marchaban cómodos por delante del Red Bull, con unos quince segundos de margen y ruedas más jóvenes cuando la carrera adormecía. Se decidió parar por segunda vez a Leclerc, líder sobrado, porque el ritmo era tan insultantemente bueno que se comería a ‘Mad Max’ en pocas vueltas. Y se llamó también al box a Sainz, asentado en la segunda plaza sin molestar a su compañero, sin peligrar el segundo escalón del podio y con la desventaja de que tendría que recuperar cinco segundos más que su compañero para pasar al RB18.

Pues bien, la unidad de potencia del madrileño reventó en el punto álgido de adelantamiento, en plena persecución, con los escenarios de máxima potencia activos, e incendió el Ferrari de Sainz. La humareda fue total, llamas incluidas, no solo se ha quemado un propulsor en esa barbacoa. Niebla equivalente a la columna naranja que tiñó Spielberg cuando Charles cruzó la meta primero, con un pedal atascado, y Verstappen fue segundo, delante de Hamilton. ‘Mad Max’ apenas ha cedido siete puntos este fin de semana, con la calculadora en la mano el daño es ínfimo. Aún es inverosímil que Ferrari plante cara al holandés por el título, pero ganó Leclerc.

Dos estrategias disponibles

La carrera fue rápida, limpia. En la primera vuelta Russell se llevó puesto a Pérez; el Mercedes fue penalizado (acabó cuarto) y el Red Bull abandonó. Maniobra efectiva. El ritmo de los dos Ferrari era imponente y era cuestión de tiempo que Leclerc adelantara a Verstappen. Lo hizo en la vuelta once y Max paró dos más tarde para comprometerse con una estrategia a dos paradas. Sainz no tuvo ni que pasarle en el asfalto, estaba todo bajo control. Los coches rojos cambiaron las gomas y de nuevo Leclerc se merendó a Max con una preparación perfecta en la recta y un hachazo entre la tres y la cuatro. Y, de nuevo, Carlos ni lo intentó porque Verstappen fue directo al pit lane para hacer la segunda parada correspondiente más pronto de lo que parecía.

Entonces, el circo: a 21 vueltas del final y con unas gomas en aparente buen estado, Ferrari paró a sus dos pilotos. Leclerc llegó fácil de nuevo a Verstappen y repitió la jugada que tan bien le había salido. Precisamente eso, Charles jugó con Max como pocas veces ha podido hacer hasta ahora en la F1. Pero Ferrari se exponía, entregó dos posiciones prioritarias para recuperarlas en la pista en lugar de ser conservadores, y pasó lo que podía pasar: el motor de Sainz se rompió cuando se lanzaba a por Verstappen. Lo aparcó en la escapatoria, en llamas el Ferrari, bañado por el líquido de los extintores. Ya no era rojo, sino gris. El coche de seguridad virtual permitió a los dos primeros parar por tercera vez, y Max apretó las clavijas a Charles, pero no cambió nada. Leclerc gritó, Ferrari celebró la victoria a la vez que regaló el doblete. Qué cosas.

El Ferrari incendiado de Carlos Sainz, en la escapatoria de la curva cuatro. Spielberg, Austria. F1 2022.
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El Ferrari incendiado de Carlos Sainz, en la escapatoria de la curva cuatro. Spielberg, Austria. F1 2022.CHRISTIAN BRUNAEFE

Remontada incompleta de Alonso

Por detrás, Hamilton se encontró el podio a 40 segundos de la cabeza de carrera, y eso que Ferrari y Red Bull hicieron una parada más que el Mercedes. Russell salvó el cuarto y Ocon, ese piloto que nunca sale en la retransmisión pero suma más puntos que nadie en la zona media, dejó el Alpine en quinta posición. Alonso remontó hasta el décimo con unas decisiones poco lógicas en el muro, después de dos ‘stints’ consecutivos con el neumático duro. Adelantó en la pista, sumó un punto e incorporó un motor nuevo. El asturiano se vio obligado a parar una tercera vez en boxes por una rueda inestable y se esfumó lo que podría haber sido un top-6. Ocasión perdida para él con un coche competitivo, pero en realidad todo se fue al traste en el esprint del sábado. El motor estrenado servirá para Francia, donde posiblemente Sainz tendrá que salir desde el fondo de la parrilla. Qué rápido cambian las circunstancias en la Fórmula 1.

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