Exhibición rumbo a Wembley

Inglaterra machaca a una frágil Suecia para plantarse en su tercera final de la Eurocopa. Gol de tacón antológico de Russo.

Marta Griñán
As
Exhibición, recital, un auténtico show, una nueva prueba de que el fútbol femenino es un espectáculo digno de admiración. Inglaterra sacó todo su arsenal para golear a una frágil Suecia y plantarse en su tercera final de la Eurocopa. Beth Mead, con su sexto gol, récord de la competición, Bronze, Russo, con un taconazo histórico, y Kirby hicieron los tantos de la selección entrenada por Sarina Wiegman. Wembley espera (domingo, 18:00 horas).

El encuentro empezó dominado por una Suecia con las ideas claras que cedía el balón en el centro del campo para basar sus ataques en transiciones rápidas que dejaban a Blackstenius prácticamente sola ante Earps. Precisamente fue la delantera del Arsenal la primera en dar un aviso serio a Inglaterra en el 9′. Ganó la partida a Bronze y probó a la portera rival con un excelente disparo cruzado. El plan de Gerhardsson funcionaba a la perfección. Con las de Wiegman aún compungidas un córner sacado por Asllani era rematado a la madera, cómo no, por Blackstenius. Le podían dar una piedra que lo iba a rematar igual.

Inglaterra sacudía los nervios y destensaba las piernas para construir su juego y Hemp, Kirby y Stanway empezaban a pisar la frontal del área rival para liderar la reacción de la anfitriona, que no quería verse, como en cuartos de final, por debajo en el marcador.

Entonces apareció Beth Mead, que en esta Eurocopa parece estar tocada por una varita mágica. La ‘7′ británica se quedaba dentro del área para esperar una segunda jugada tras un despeje de Suecia. El balón lo recogía Bronze que, con su guante por pie, ponía el balón de vuelta en la zona peligrosa: Mead controló y a la media vuelta la cruzó para poner el 1-0. La alegría estallaba en Bramall Lane (34′).

Lindhal, desde la portería, gritaba a las suyas, no se les podía escapar su quinta final. Pero Suecia estaba noqueada y el paso por vestuarios no las espabiló. Inglaterra apretó y su afición celebró el primer córner a favor de la segunda mitad como se celebran los goles. Minuto 48. Intercambio de papeles. Mead centró y Bronze, desde el corazón del área, remató picado para poner el segundo de las de Wiegman en el marcador. Tranquilidad para las inglesas.

Seger, una entrada sin premio

A Gerhardsson le tocaba mover ficha y tiró de veteranía. La capitana Seger, recuperada de su lesión, entraba en el campo para dar sentido a los ataques de Suecia. Defensa de tres y a jugar. Asllani, más liberada, empezó a hacer notar su presencia en la zona de tres cuartos. Blackstenius, con la rodilla, volvió a obligar a Earps a emplease a fondo para impedir el tanto sueco. Minutos antes Hemp había estrellado un remate en el larguero en una de esas ocasiones que, cuando las fallas, no te dejan pegar ojo por la noche.

El intercambio de golpes se acabó resolviendo con una diana antológica. Alessia Russo fallaba en boca de gol tras el pase de la muerte de Kirby, pero se rehacía y batía a Lindahl con un taconazo histórico que pasó por debajo de las piernas de la guardameta sueca. El cronómetro marcaba el 68′ e Inglaterra caminaba hacia su tercera final de la Eurocopa.

Hubo tiempo para que Kirby, siempre sensacional, hiciera el cuarto con un chut picado desde la frontal del área. Inglaterra solamente sufrió 15 minutos. Aguantó, sacó su fútbol y machacó a una Suecia que hizo aguas en defensa. La anfitriona estará en un Wembley hasta la bandera el domingo. Su primera corona europea le espera.

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