Exclusivo: el informe final del Mossad sobre el ataque terrorista que Irán y Hezbollah ejecutaron contra la AMIA
Infobae accedió en exclusiva a un dossier “Top Secret” de la inteligencia israelí que describe cómo se preparó y cometió el atentado a la sede de la mutual judía que causó 85 muertos y más de 300 heridos
El dossier “Top Secret” tiene 43 fojas, se titula Irán-Líbano/Hezbollah/ESO/ “Yihad Islámica”-Atentado a la AMIA-Informe Final, e Infobae es el primer medio del mundo que accede a una copia completa del informe realizado por el Mossad.
En la foja 2, bajo el título Resumen Ejecutivo, se pueden leer las conclusiones básicas del dossier:
1. “Las autoridades máximas de la República lslámica de Irán y Hezbollah dieron la orden para que se perpetre el atentado contra la AMIA. Existen pruebas sobre la participación de la cúpula de Hezbollah e lrán en las fases críticas y finales del atentado.
2. El atentado fue dirigido y ejecutado en el terreno por Hezbollah, con previa preparación de la infraestructura del atentado y compilación de información por parte de miembros operativos de la unidad de atentados de Hezbollah, quienes actuaron en la Triple Frontera y en Argentina desde 1988.
3. Todos los miembros operativos (excluyendo el conductor suicida}, salieron de Argentina entre días y horas antes de la explosión. Residen en Beirut.
4. No hubo argentinos involucrados en los preparativos del atentado o en el atentado. Todo aquél ciudadano argentino involucrado de manera involuntaria (vendiendo materiales, alquilando depósito o vendiendo la camioneta que sirvió de coche bomba, etc.}, no conocieron el objetivo de su acción y no sabían a quien le vendían.
5. El modus operandi de Hezbollah durante décadas, por ejemplo en la ciudad de La Paz, Bolivia, donde Hezbollah preparó un atentado similar a la AMIA, siendo desbaratado en 2016, es idéntico-fuerzas propias del “corazón” de Hezbollah, reclutados y entrenados en Líbano, sirven en el Líbano en los cuarteles y oficinas de “Yihad Islámica”, realizan los preparativos y cometen el atentado.
6. El atentado de AMIA fue celebrado y marcado como un éxito en las más altas esferas de Irán y Hezbollah, permitiendo la “promoción” de algunos de sus partícipes - quienes hoy día lideran el régimen iraní y la unidad de atentados de Hezbollah.
7. La delegación de la inteligencia iraní en Buenos Aires, con base en la embajada iraní, estuvo al tanto de los preparativos finales y la materialización del atentado días previos al 18 de Julio”.
El dossier del Mossad sostiene que “el atentado contra la AMIA fue perpetrado por la Unidad de Atentados en el Extranjero de la organización Hezbollah, conocida y nombrada bajo los siguientes nombres:
■ “E.S.O” (“Externa! Security Organization” - nombre otorgado por Hezbollah a su unidad de atentados ya desde la década del ‘80}.
■ “Aparato Yihad Islámica”, o “Yihad Islámica” (de ahora en adelante se utilizara este termino}.
■ “Unidad 910″.
Y añade el informe de inteligencia israelí que “durante décadas, el régimen iraní propaga terrorismo a lo largo y ancho del globo con el objetivo político y religioso de expander la “revolución” islámica-chiita”, y en este contexto “creo las Guardias Revolucionarias (IRGC), y dentro de las mismas, la “Fuerza Quds” - cuya responsabilidad es llevar a cabo actos terroristas fuera de irán.
En la foja 4 del informe del Mossad, se establecen las jefaturas políticas y operativas de la Unidad de Atentados en el Extranjero de Hezbollah, que diseñan y autorizan todas las operaciones terroristas alrededor del mundo.
En la preparación del ataque a la AMIA, “la unidad operó bajo las instrucciones del líder supremo de Irán, y bajo indicaciones directas de miembros de la cúpula del régimen iraní (incluyendo factores que cumplen o cumplieron destacados cargos también en los últimos años, como el Presidente del Consejo del Discernimiento Rafsanjani (fallecido hace unos años), y el asesor del líder supremo para Asuntos Internacionales, Velayati o Vahidi, ex ministro de defensa)”, sostiene la inteligencia israelí en la foja 4.
Y agrega: “La persona a cargo de parte del régimen iraní de transmitir órdenes e información a Hezbollah, fue el entonces Ministro de Inteligencia Fallahian (actualmente el asesor del líder supremo para Inteligencia y Seguridad Nacional). La organización terrorista contó también con la asistencia logística de la inteligencia iraní y de su filial en Argentina en ese período, en donde trabajaba Mohsen Rabbani desde 1983.
Irán y Hezbollah prepararon y ejecutaron el ataque terrorista contra la Embajada de Israel, y catorce meses más tarde organizaron un cónclave de altísimo nivel para avanzar en su plan criminal de volar la sede de la AMIA. Se trataba de demostrar que Teherán podía actuar con amplia impunidad en América Latina, pese a la influencia geopolítica de los Estados Unidos.
“La decisión principal de cometer el atentado (de la AMIA) fue tomada el 14 de agosto de 1993, en la ciudad Mashhad, en el noreste de Irán, en un encuentro mantenido entre altos niveles de la conducción iraní: El líder supremo Khamenai, el entonces presidente de Irán Ali Rafsanyani, el Ministro de Inteligencia Ali Fallahian, el Ministro de Exteriores Ali Velayati, el comandante de los Guardias de la Revolución (Pasdarán} Mohsen Rezai y el comandante de la “Fuerza Quds”, Ahmad Vahidi. Por parte de Hezbollah, los niveles superiores que estuvieron involucrados fueron el comandante de la “Yihad lslamica”, lmad Mughnya y su número dos, Talal Hamya”, reveló el dossier de la Mossad en su foja 6.
Con la decisión política de asesinar a civiles inocentes en la Ciudad de Buenos Aires, Irán desplegó un experimentado aparato de inteligencia en la Argentina y depositó miles de dólares en cuentas abiertas con identidades falsas para financiar el futuro ataque terrorista a la AMIA.
Entre las fojas 7 y 10 del dossier, el Mossad revela sus datos secretos respecto a la inteligencia realizada por Teheran antes del atentado a la mutual judía, los fondos que suministró para solventar el ataque y que se hizo con esos fondos que ingresaron al sistema bancario de la Argentina desde Irán.
“La información recabada ratifica que las actividades en Argentina fueron dirigidas por niveles superiores del Ministerio de Inteligencia de Irán y la ‘Fuerza Quds’ del ‘Pasdarán’, el jeque Rabbani y Ahmad Reza Asgari (o Mohsen Ranjamaran).
Asgari llegó a Argentina en el verano de 1991 y abandonó este país exactamente tres años después, diez días antes de cometerse el atentado contra la AMIA. La cobertura que se le proporcionó a Asgari era la de Tercer Secretario en la embajada iraní en Buenos Aires.
“La participación de Rabbani en la planificación y perpetración de los atentados en Argentina fue crucial. El jeque Rabbani llegó a la Argentina en 1983, consolidándose como una figura religiosa influyente en el seno de la comunidad chiíta del país.
Desde el momento en que se tomó la decisión en Mashhad, fueron transferidos desde Teherán aproximadamente 150.000 dólares a las cuentas bancarias que había abierto Mohsen Rabbani para financiar el atentado contra el edificio de la AMIA.
Se evalúa que muy probablemente Rabbani utilizó esta suma para cubrir necesidades logísticas en el establecimiento de la infraestructura entre 1993 y 1994, mientras una parte de los fondos fueron trasladados por Rabbani a Samuel El-Reda.
Una suma de dinero así habría alcanzado para cubrir todos los gastos logísticos necesarios para perpetrar el atentado:
1. La adquisición de materiales para preparar la carga explosiva (fertilizantes).
2. El alquiler de una propiedad operacional que sirviera como depósito de armamentos en los suburbios de Buenos Aires, por Samuel Salman El-Reda, hombre de contacto de Rabbani en el terreno.
3. La compra del vehículo-bomba de tipo ‘Traffic’ a Carlos Alberto Telleldin.
4. Los gastos de estadía de los miembros de la célula operacional en Buenos Aires (alimentos, viajes), que perpetraron el atentado junto a Salman Raouf Salman/ Samuel Salman El Reda”.
A continuación, el informe de inteligencia hace una comparación entre los coches-bomba utilizados por Irán y Hezbollah para atacar la Embajada de Israel y la AMIA. Esa comparación sirve para entender que siempre se usó un conductor suicida, que se cambió el soporte de la bomba por razones operativas -camioneta en la Embajada y utilitaria en la Mutual-, que los detonadores fueron similares -C4 y TNT- y que los explosivos presentaron ciertas diferencias químicas para perfeccionar su poder letal.
En 1992, la “Yihad lslámica”perpetró un atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires, mediante el terrorista suicida Muhammad Nur El-Din Nur-EL-Din (o Noureddine). El vehículo contenía entre 200 a 400 kg. de explosivo de tipo ‘Pentolite’, compuesto por una combinación de explosivo reglamentario ‘TNT’ y ‘PETN’.
Según información inequívoca, la carga contenía también cientos de kilogramos de explosivos caseros basados en urea. Se trata de un material civil de doble uso, por un lado, puede ser utilizado para objetivos civiles, pero por otro lado también con fines militares o de terrorismo.
Dos años más tarde, el aparato de atentados perpetró el atentado a la AMIA mediante un terrorista suicida llamado lbrahim Hussein Berro, a bordo de un coche bomba que contenía aproximadamente 400 kilogramos de explosivos caseros. Esta vez, la carga fue montada de nitrato de amonio mezclado con polvo de aluminio y algunos kilogramos de TNT (la mezcla es conocida por el nombre Amonal), combinada con explosivos del tipo nitroglicerina y/o nitroglicol.
El material del TNT fue utilizado como detonador, para causar la explosión e incrementar la destrucción”.
El dossier del Mossad exhibe un error en su foja 11. Allí se escribió lo siguiente:
“Existe una pieza de información recibida de parte de las autoridades argentinas respecto a una llamado que llevo a cabo el ciudadano argentino de origen sirio de nombre Alberto Kanoore Edul hacia Mohsen Rabbani con fecha 10.7.1994, fecha coincidente con la compra de la Traffic.
Todavía no se pudo explicar o siquiera comprobar la información recogida por la investigación de la justicia de la República Argentina respecto al contacto de Alberto Kanoore Edul con Rabbani y dicha supuesta llamada de Edul a Rabbani el día 10.7.1994, día de la compra de la camioneta”.
La justicia federal tiene acreditado que Alberto Kanoore Edul hizo una corta llamada ese 10 de julio de 1994 a Carlos Alberto Telleldín, el vendedor de autos robados que entregó la camioneta Trafic que se uso para demoler la sede de la AMIA.
Pero no hay un sólo indicio o evidencia en la causa que sostenga que Edul se comunicó con Rabbani, como afirma el Mossad en su foja 11.
Asimismo, el dossier del servicio de inteligencia israelí también asegura que Carlos Alberto Telleldín vendió la camioneta Traffic a dos de los terroristas que actuaron bajo las órdenes de Irán y Hezbollah para volar la mutual judía.
En la foja 12 del informe de inteligencia se puede leer:
“Información de alta confiabilidad consigna que el miembro operativo de la “Yihad lslamica” que compró la camioneta Traffic es Amer Muhamad Akil, conocido también por su nombre completo Amer Muhamad Akil Reda. Se trata de un miembro operativo con más de 20 años de antigüedad “Yihad Islámica”. Este sujeto fue una pieza clave en la célula que cometió el atentado a la AMIA, estuvo en Buenos Aires y abandonó la ciudad cerca del atentado. Junto a el, participó de la compra Samuel Salman Reda/Salman Raouf Salman. Ambos se presentaron ante Telleldin utilizando gorros y anteojos de sol para ocultar sus rostros.
En el expediente de la justicia federal argentina no se tiene absolutamente comprobado que Amer Muhamad Akil Reda y Samuel Salman Reda hayan comprado la Trafic a Telleldín. Son indicios incluidos en la causa que el Mossad toma como prueba definitiva.
El ataque terrorista a la Embajada de Israel no sólo causó 22 muertos y mas de 200 heridos: confirmó al régimen iraní que Argentina tiene fronteras porosas, servicios de inteligencia con escaso conocimiento del conflicto en Medio Oriente y una Corte Suprema incapaz de condenar a un sólo responsable del atentado que terminó con la sede diplomática de la calle Arroyo.
Desde esta perspectiva, Teherán dobló su apuesta en la región y plantó en Buenos Aires un aparato terrorista con suficiente capacidad técnica para volar a la AMIA. En la foja 12 del informe del Mossad se describe la maquinaria asesina que dispuso Irán y Hezbollah para causar una tragedia en la mutual judía.
“Los iraníes prestaron las infraestructuras financieras, la inteligencia general y las intermediaciones de logística, mientras que las actividades operativas en Buenos Aires fueron llevadas a cabo por la célula operativa de la ´Yihad Islámica´”.
La “célula logistica”, responsable de la creación de la infraestructura, estuvo formada por libaneses que fueron enviados a vivir en Argentina y Brasil por parte de Hezbollah antes de los atentados, tales como Samuel Salman El-Reda o Hussein Suleman Abu-Abbas y su hermano Hassan Suleiman y Khaled Muhammad Kazzem Kassem.
A diferencia, la célula operativa enviada a Argentina estuvo compuesta únicamente por operativos libaneses bien entrenados, pertenecientes a los más altos rangos de la “Yihad Islámica”, que salen del Líbano solamente para perpetrar atentados. En su rutina, residen en el Líbano, al contrario de lo que sucede con los miembros logísticos, quienes se van a vivir a otros países con la meta de establecer infraestructuras para atentados (bien podrían ser definidos bajo el termino “célula dormida”}.
La información existente indica que las actividades operativas en Argentina y países vecinos fueron divididas en dos componentes:
1. “Miembros logísticos”, que desarrollaron actividades varios años antes del atentado del 18 de julio de1994, y algunos de los cuales también participaron en la acción del mismo. Todos abandonaron Argentina antes de la explosión.
2. “Miembros operativos”, llegaron a Buenos Aires aproximadamente dos a tres semanas antes del cometido, y abandonaron el país muy poco tiempo antes de la explosión.
En la foja 16 del informe de inteligencia, se enmienda la peculiar interpretación que hizo el New York Times cuando informó que los explosivos para volar la AMIA (además de la Embajada) se trajeron en cajas de chocolates y envases de champú.
Infobae accedió a todo el dossier de la Mossad, y allí se explica que el explosivo se compró en Brasil y los detonadores se trajeron de contrabando en una simple valija. Es decir: los detonadores son escasos y se pueden contrabandear en cajas de chocolates y envases de champú, y el explosivo sumó más de 100 kilos y se transportó en una camioneta.
“El contenido de la valija parecía totalmente inocente: Alrededor de cinco envases de champú, ocho paquetes de chocolate y un paquete de galletas. De información sumamente fiable se sabe que la valija contenía explosivos estándar de tipo TNT y C4, que aparentemente se consiguieron en Brasil, por intermedio de la compañía Sandobad, que pertenece al hermano de Hussein (Hassan).
Estos no se utilizarían como material explosivo de la carga, sino como “detonadores” en los dos atentados perpetrados en Argentina. Fueron preparados junto con explosivos caseros (fertilizantes detallados anteriormente). Estos constituyeron el artefacto explosivo que fue preparado por el “ingeniero” Malek Obeid y su asistente Ali Nejam Eldin.
De la investigación de los atentados, surge de forma inequívoca que dentro de los paquetes de chocolate se ocultaron alrededor de 5 kg. de explosivos estándar de tipo TNT, y tal vez C4. Asimismo, en los envases de champú se había ocultado medio kilo de explosivos de tipo TNT”, se explica en la foja 16 del informe oficial.
El dossier de inteligencia no sólo describe cómo llegaron los detonadores hasta los terroristas de la AMIA, sino también como accedieron a los explosivos utilizados para asesinar a 85 civiles en la mañana del 18 de julio de 1994.