El Central de Tevez es una fiesta: después del clásico, armó un show de penales y golazos en Sarandí, en la goleada ante Arsenal
Luego de superar a Newell’s en Arroyito, se impuso sin contratiempos frente a Arsenal: 3 a 0
Había arrancado de capa caída. Un tropiezo por 1 a 0 frente al Gimnasia de Pipo Gorosito. “Estoy muy seguro y muy convencido de lo que hago. Tanto mi cuerpo técnico como yo estamos seguros del trabajo que estamos haciendo y eso es lo principal, los muchachos también lo van entendiendo. Yo estoy acá para ayudarlos y a mejorarlos, y por suerte eso se está dando. El equipo viene creciendo y eso se palpa, antes de los partidos las caras ya son otras y también cambiaron los físicos. Yo había dicho que nos iban a costar los primeros dos partidos, volvieron a mostrar otra cara y estoy convencido de que vamos a pelear por cosas más importantes”, contaba.
Central respira otro aire. El triunfo en el clásico le levantó la moral. Tanto, que armó un festín en Sarandí. Se impuso este martes por 3 a 0 ante Arsenal, con dos goles de penal (el segundo, de VAR) y una joya de su nueva y joven figura. Todo resuelto en el primer tiempo.
Penal de Miloc sobre Véliz. Penal de Chimino sobre el mismo delantero, de 19 años, imparable. El primero, suave a la izquierda, fue pateado por el arquero, Gaspar Servio. El segundo, suave a la derecha, fue pateado por el mismo protagonista. Y un abrazo conmovido con Carlos Tevez, con un simbolismo: Servio surgió en River, en donde no jugó en primera. De River a Boca, en un flash. De todos modos, alguna vez confesó que era un hincha de Boca. “Iba a la Bombonera”, comentó.
El arquero selló el 2-0, el segundo penal, por un llamado del VAR. Hubo empujón de Chimino, pero no mereció la tarjeta roja. Pareció un exceso. Con un jugador más desde los 20 minutos, Central jugó como quiso. Al rato, el tercero: pecho y bombazo de Véliz, un número 9 que juega como un grande. Y el 19 de septiembre va a cumplir 19 años...
Arsenal buscó, insistió, no bajó los brazos, bajo una intensa lluvia en la parte final. Pero siempre tomó nota de que era una misión casi imposible: 0-3 y con un jugador menos, desde los 34 minutos del primer capítulo. Servio evitó el descuento una, dos, tres veces. Central pudo, debió estirar la diferencia.
El resumen
No extrañó Central a Walter Montoya, el símbolo, lesionado. Con Lautaro Blanco, como salida por la izquierda y destellos de Gino Infantino (19, otro de los jóvenes), el equipo rosarino juega a imagen y semejanza de Apache. Va al frente y juega con el sudor sobre su frente. “Vamos por el buen camino, donde cada vez entendemos mejor cómo queremos jugar. Se está haciendo un equipo muy pragmático también, donde podemos jugar con 5 atrás, 3 en el medio y cuando nos damos cuenta de que no funciona, ya tenemos un plan B, el 4-4-2. Al ser un equipo pragmático vamos creciendo muchísimo, y eso se nota. Veo a un equipo que sigue creciendo”, explica el ídolo xeneize, cada día más preparado en el curso acelerado de entrenador. Central le abrió el crédito, de par en par.