El Boca campeón del Apertura 92 que inspiró la camiseta nueva: once años de sequía y el "abrazo de un pueblo"
El Xeneize presentó su nueva indumentaria, similar a la que usó el equipo de Tabárez que hizo historia a comienzos de la década del '90.
Once años de sequía acosaban a Boca allá por 1992, cuando el Xeneize lució un modelo de camiseta que inspiró el actual de la marca de las tres tiras. El técnico era Óscar Tabárez y su equipo venía de una frustración enorme. Es que el Xeneize había arrasado en el Clausura 1991 liderados por Gabriel Batistuta y Diego Latorre, pero terminó perdiendo el título en la final ante Newell's, sin sus dos figuras que habían sido convocadas a la Selección Argentina.
En 1992, ya no estaban Batistuta ni Latorre, pero el Xeneize había sumado seis meses antes a Alberto Márcico. Rápidamente, el Beto se transformó en ídolo del público del Xeneize, pero no pudo hacer nada para sumar el título en el Clausura 1992, que fue propiedad del Newell's de Marcelo Bielsa.
Así, el Apertura 1992 fue el torneo al que Boca le apuntó todos los cañones. Contrató a Carlos Mac Allister, Luis Alberto Carranza y un joven Sergio Manteca Martínez, que pronto se transformaría en otro ídolo más de la institución Xeneize. Además, regresó el Chino Carlos Tapia y el paraguayo Roberto Cabañas era uno de los ejes del ataque del equipo.
En el arco, Carlos Fernando Navarro Montoya se transformó en una verdadera muralla para Boca y logró un récord al mantener su valla invicta durante 825 minutos, marca que solamente fue superada por Esteban Andrada, cuando entre marzo y septiembre de 2019, mantuvo su arco sin recibir goles en contra por 864 minutos.
La definición del Apertura 1992: Boca y la gloria de la mano de Benetti
¿Cuántos jugadores en la historia de Boca pueden decir que marcaron un solo gol, pero que ese tanto es uno de los más recordador por los hinchas del Xeneize? Quizás sea solamente uno: Claudio Benetti, autor del gol del empate 1-1 ante San Martín de Tucumán que no solo hizo que los hinchas queden disfónicos gritando, sino que además inspiró un mítico título de la revista El Gráfico: "El Abrazo de un Pueblo", junto con su foto colgado del alambrado.
Al momento del gol, Benetti era tan solo un pibe dentro del plantel de Boca y día a día luchaba con hacerse un lugar entre los "grandes", como lo recordó en una entrevista con Clarín: "En esa época a los más chicos se los boludeaba. Si el entrenamiento era a las 10, yo tenía que llegar a las 8.30 para cambiarme en el vestuario. Sino, ellos nos retaban".
Eso sí, el gol lo recuerda como si hubiese sido ayer y así lo dejó en claro en una entrevista con el Diario La Nación: "En realidad fue una gran jugada del equipo. Comienza con un quite de (Blas) Giunta. Y si bien es cierto que arranco poco después de mitad de cancha y eludo a Onaindia y Chazarreta, nadie ve que mientras yo encaraba Carranza se iba para un costado, Cabañas se fue para el otro y Tapia para el otro. Entonces vi que se me iba abriendo el espacio y encaré. Cuando cambié el ritmo, ya estaba en la puerta del área y definí como don Ernesto Grillo me había dicho en las Inferiores. Fue una fracción de segundo en donde me acordé de una indicación que me había dado y así fue".
Lo cierto es que Benetti se encontró con ese gol casi de casualidad, no por no tener condiciones para hacerlo sino porque entró de emergencia ante la lesión de José Luis Villarreal en el segundo tiempo. De hecho, Benetti recuerda su festejo haciendo referencia a ese hecho: "Me trepé al alambrado como una manera de descargarme, de toda una semana de tensión porque sabía que no podía jugar mal. Ante la lesión de Villarreal, el Maestro se la jugó por mí y lo más importante era no fallarle a él. Estaban mis viejos en ese festejo, todos los que me habían ayudado a llegar y, más que nada, me trepo al alambrado para abrazarme con los hinchas. Y lo digo con el corazón. Para agradecerles todo lo que me habían bancado. Porque a mí lo que me bancó la hinchada, no se lo bancan a nadie. Ellos siempre destacaron que yo llegaba de las Inferiores. desde que debuté en Primera, nunca me putearon, corearon mi nombre, que para mí fue lo más lindo de todo".