EEUU repudió las “provocaciones” de Beijing en el Mar de China Meridional: “Es una amenaza en la región”

Jung Pak, subsecretario adjunto para Asia Oriental en el Departamento de Estado, dijo que aviones chinos interceptan cada vez más aviones australianos en el espacio aéreo internacional y que habían desafiadola zona económica exclusiva de Filipinas

Jung Pak, subsecretario adjunto para Asia Oriental en el Departamento de Estado, dijo a un grupo de expertos estadounidenses que había “una tendencia clara y creciente de las provocaciones de la RPC (República Popular China) contra los países con reclamos en el Mar de China Meridional y otros estados que operan legalmente en la región”.

Pak dijo al Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales que los aviones chinos habían interceptado cada vez más aviones australianos en el espacio aéreo internacional sobre el Mar de China Meridional y que, en tres incidentes en los últimos meses, habían desafiado las actividades de investigación marina y de exploración energética en la zona económica exclusiva de Filipinas.

En una intervención posterior en el mismo acto, Ely Ratner, subsecretario de Defensa para Asuntos de Seguridad del Indo-Pacífico, dijo que hubo “docenas” de incidentes en el primer semestre del año en los que estaban implicados militares chinos en el Mar de China Meridional, lo que suponía un fuerte aumento en los últimos cinco años.

“Beijing está poniendo a prueba sistemáticamente los límites de nuestra determinación colectiva”, afirmó

“En mi opinión, este comportamiento agresivo e irresponsable representa una de las amenazas más significativas para la paz y la estabilidad en la región hoy, incluso en el Mar de China Meridional. Y si el Ejército Popular de Liberación (de China) continúa con esta pauta, es sólo cuestión de tiempo que haya un incidente o accidente importante en la región”, dijo.

IMAGEN DE ARCHIVO. La fragata de misiles guiados de la Real Marina Australiana HMAS Parramatta (FFH 154) (a la izquierda) navega con el buque de asalto anfibio USS America (LHA 6) de la Armada de los Estados Unidos, el crucero de misiles guiados clase Ticonderoga USS Bunker Hill (CG 52) y el Destructor de misiles guiados clase Arleigh Burke USS Barry (DDG 52) en el Mar de China Meridional (REUTERS)
IMAGEN DE ARCHIVO. La fragata de misiles guiados de la Real Marina Australiana HMAS Parramatta (FFH 154) (a la izquierda) navega con el buque de asalto anfibio USS America (LHA 6) de la Armada de los Estados Unidos, el crucero de misiles guiados clase Ticonderoga USS Bunker Hill (CG 52) y el Destructor de misiles guiados clase Arleigh Burke USS Barry (DDG 52) en el Mar de China Meridional (REUTERS)

Los comentarios los hizo antes de una conversación prevista entre el presidente Joe Biden y el de China, Xi Jinping, esta semana, que se espera que se centre en las formas de evitar que la creciente rivalidad estratégica entre Estados Unidos y China se convierta en un conflicto, en particular sobre Taiwán.

China reclama casi todo el Mar de China Meridional, unas reivindicaciones que Pak calificó de “expansivas e ilegales”.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, también instó este mes a China a respetar el derecho internacional y a dejar de tener un “comportamiento provocador” en la concurrida vía marítima.

Blinken hizo estos comentarios cuando se cumplía el sexto aniversario de la sentencia de un tribunal internacional que invalidó las ambiciosas reivindicaciones del régimen de Beijing en el mar de China Meridional, una vía marítima por la que circulan unos 3 billones de dólares de comercio marítimo cada año.

“Reafirmamos que un ataque armado contra las fuerzas armadas filipinas (...) invocaría los compromisos de defensa mutua de Estados Unidos”, dijo Blinken en un comunicado, en referencia a las disposiciones de un tratado de defensa mutua entre ambos países que data de 1951.

“Hacemos un nuevo llamamiento a la República Popular China para que cumpla con sus obligaciones en virtud del derecho internacional y cese su comportamiento provocador”, añadió.

China no participó en el arbitraje, rechazó su fallo como una farsa y sigue desafiándolo, lo que le ha llevado a enfrentarse territorialmente con Filipinas y otros Estados reclamantes del sudeste asiático en los últimos años.

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