Cuatro trucos para animar a un gato a usar el rascador
El uso de su rascador no garantiza que deje de rayar los muebles u otros lugares inconvenientes. Algunas ideas útiles para evitar o reducir daños
Algunas medidas básicas permitirán proteger nuestros muebles de la acción necesaria pero con consecuencias a veces indeseables del rascado.
1- Una perfecta ubicación del rascador resulta la medida más efectiva a la hora de evaluar resultados.
Lo más importante es dónde rascar mucho antes de la acción propia de rascar. Si el dónde es el correcto lo más probable es que lo use sin ningún entrenamiento.
Por lo tanto la primera premisa es ubicar correctamente el rascado que puede reemplazar y ser ubicado en aquellos lugares cercanos al descanso y el juego donde el gato decidió marcar previamente.
2- Utilizar un juguete interactivo.
Juguemos con el gato y dejémosle agarrar el juguete mientras está cerca de la superficie del rascador.
Seguramente hincará sus garras en el juguete y también en el rascador.
3- Raspar el rascador con nuestros propios dedos.
El ruido generado por esta acción despertará la curiosidad por el rascador e impulsará la acción en el gato.
4- Recurrir a la hierba gatera.
Si bien no todos los gatos responden a la hierba gatera, es probable que los que sí lo hacen se froten y rasquen todo o que huela a hierba gatera.
Como evitar que tu gato raye tus muebles
El haber conseguido que tu gato use el rascador no garantiza en un cien por ciento que no vaya a utilizar otros lugares como sillones, alfombra o paredes como objetivo de rascado.
La solución más sencilla a esto es hacer que esos lugares sean inaccesibles o indeseables para hacerlo.
1- Cinta adhesiva de doble faz.
Colocar cinta adhesiva sobre la superficie rayada o elegida hará que el gato pierda interés en ella, porque en lugar de afilar las garras, la superficie ahora se le pegará a sus patas.
2- Bloquear el acceso con un rascador.
Colocar un rascador delante de la superficie rayada hará que el gato elija el rascador.
3- Cubrir la ubicación rayada con una hoja de plástico.
Se trata de los plásticos que se utilizan como manteles que son duros y resistentes. La superficie dura y resbaladiza resulta completamente inapropiada e indeseable para el rascado y restará interés al gato.
4- Reorganizar los muebles.
Deberíamos colocar los puntos no deseados para el rascado fuera del alcance de tu gato, obstruyendo su acceso con algún mueble temporalmente.
5- Aplicar sustancias repelentes.
Existen en el marcado de productos veterinarios repelentes para los gatos. La idea consiste en rociarlo sobre la superficie rayada evitando por repelencia el acceso a ella.
Es probable que el gato elija un lugar cercano para el rascado y es allí donde habría que ubicar un nuevo rascador para evitar daños indeseables.
6- Cortar las uñas del gato.
Esto reducirá sin duda el daño causado por el rascado pero debemos hacerlo bajo supervisión profesional veterinaria. El corte de las uñas debe hacerse aproximadamente cada 3 semanas.
Los consejos anteriores pueden garantizar en gran parte que tu gato no raye los muebles, pero nada puede garantizar en forma absoluta que nunca usará sus garras en otras cosas que no sean un rascador.