Boca: Hugo Ibarra logró el mejor partido de su corto ciclo justo con... las ideas del entrenador despedido Sebastián Battaglia
El flamanate DT logró hizo retoques dentro de un concepto ajeno; la influencia del Consejo de Fútbol
“Sí, me gusta jugar con un futbolista suelto [enganche], como lo hice cuando dirigí la reserva. Pero la primera división es otra cosa”, fueron las palabras inaugurales de Ibarra al frente del grupo cuando explicó sus gustos: advirtió que podía abrirse a otras variables.
El resumen de Boca vs. Estudiantes
Terminó sucediendo. Su esquema madre la pasó mal durante su estreno en el Nuevo Gasómetro, cayendo 1-2 ante San Lorenzo, mientras que tampoco convenció pese a vencer a Talleres (1-0). Más allá de la lectura táctica –que terminó siendo errada-, había que mover el estante para el duelo con Argentinos: quitó al enlace para ocupar el ancho con cuatro volantes y emplear una delantera con doble ‘9′, modelo tanques (Luis Vázquez y Nicolás Orsini), pero el elenco xeneize tuvo una noche para el olvido en La Paternal, perdiendo 0-2.
Supo ser advertido: ¿para qué echar a Sebastián Battaglia, como finalmente sucedió, si la contratación de un nuevo técnico no estaba al alcance de la mano? Desde ya, el Consejo de Fútbol puede tomar la decisión que le apetezca. Más aún si la cree justificada. “Lo de Battaglia tuvo un poco de todo. No cayó bien su declaración [aludió al Consejo al referirse a la falta de refuerzos, la misma noche de la eliminación en la Copa Libertadores], pero tampoco cayó bien el resultado deportivo”, se sinceró Mauricio Serna, recientemente sumado al equipo de trabajo que lidera Riquelme, con el orden de importancia al tomar la decisión. Es decir, nunca pusieron en duda que el equipo estaba funcionando, sin llegar a ser una maravilla.
Entonces, el timón debía girarse nuevamente para brindarle una buena noche a la Bombonera el último domingo, ante un Estudiantes flojo en la Liga Profesional, pero que siempre es respetable. En ese contexto, se expuso la paradoja anunciada: puertas adentro entendieron que era necesario retomar aquello que supo mejorar el exentrenador y ponerlo en práctica de nuevo. Con el asterisco de mantener dentro del campo los nuevos hombres elegidos como titulares: Carlos Zambrano en la zaga y Juan Ramírez entre los volantes internos para que Exequiel Zeballos, que estaba asentado con Batttaglia como extremo derecho, siga sentado en el banco de suplentes.
El dibujo con el que Battaglia encontró su mejor camino en el club y con el que terminó yéndose fue el 4-1-4-1. Ibarra cambió el “número telefónico”, pero no la esencia. Con el 4-3-3 mantuvo el triángulo del centro, pero adelantó levemente a los externos.
También es cierto que exprimió un concepto que estaba entre las preferencias de su antecesor para los tramos finales de algunos encuentros: Oscar Romero se posicionó en la banda derecha con el fin de enganchar para su zurda y mirar la cancha con su mejor perfil. Dio sus frutos: con ese movimiento, el paraguayo asistió de manera limpia y precisa a Sebastián Villa para su golazo desde afuera del área, el tercero de Boca.
Más a favor del exvolante central: futbolistas que no terminaron jugando con él y ahora son considerados parecen ya tener asumido aquel funcionamiento. La movilidad. Las funciones respectivas. Alan Varela volvió a destacarse, el medio campo fue trascendental en el nivel colectivo y los atacantes (Darío Benedetto le dejó su titularidad a Vázquez por un esguince de tobillo) estuvieron activos e influyentes.
También, de alguna manera, puede ser una herramienta positiva para el actual DT: tomar lo que estaba bien para hacerlo bien y dejar una buena imagen cuando llegue noviembre. Para ganarse más confianza en el grupo de jugadores, que no dejan de mirarlo de reojo desde su primera determinación: no la de sacar “por cuestiones futbolísticas” al excapitán Carlos Izquierdoz, sino el hecho de hacerse cargo públicamente de la decisión y así ser el escudo del Consejo.
Luego del tire y afloje que “Cali” encabezó como líder del grupo para debatir los premios del plantel, un día antes de la revancha ante Corinthians, ya no fue tenido en cuenta y su final también expuso el quiebre: se fue del club casi empujado a la puerta de atrás y ya está en España para ser nuevo jugador de Sporting Gijón.
Se verá si Ibarra le da continuidad a sus retoques dentro de la idea ajena. Por lo pronto, Boca volvió a ser.