Boca: Hugo Ibarra, el chico que no hizo inferiores y que era feliz como DT de la Reserva, el confirmado para levantar anímica y futbolísticamente al equipo hasta fin de año
“Yo no tuve la experiencia de hacer divisiones inferiores. Mi vida no tuvo eso y ha sido un salto diferente”, explicaba hace un tiempo el entrenador elegido por Riquelme para la primera división
Estuvo constantemente acompañando a los entrenadores de Reserva. Se sentó al lado de Sergio Saturno, luego de Rolando Schiavi y, finalmente, de Battaglia (cuando esta gestión ganó las elecciones), justamente el (ex)entrenador al que ahora suplanta en la Primera División. Cuando éste asumió en el plantel mayor en agosto de 2021, el exlateral derecho pasó a ser la cabeza principal del cuerpo técnico que se encargó de los chicos más cercanos a pasar a formar parte de los futbolistas profesionales. Por venir de la gestión de Daniel Angelici, Ibarra estuvo a punto de entrar en el recambio general de la nueva dirigencia, pero al final su amistad con Riquelme fue el boleto para permanecer en la Bombonera.
Y sus meses a cargo fueron casi a la perfección: mantuvo un invicto de 22 encuentros, producto de 15 triunfos y siete igualdades (sus chicos convirtieron 61 goles en ese lapso), y levantó –acompañado de Mauricio Serna- dos títulos: el campeonato de Reserva y el Trofeo de Campeones. Luego, en los últimos partidos no le ha ido bien teniendo como compañero de cuerpo técnico a Leandro Gracián cuando el colombiano pasó a formar parte del Consejo de Fútbol.
De hecho, en varias entrevistas que dio junto a los canales oficiales del club, esa función junto a los chicos es la que más le agrada. Tanto, que también fue responsable de los selectivos de otras categorías más pequeñas: “Es otra tarea estando igualmente dentro del campo, pero es algo muy lindo porque uno quiere transmitirle a los chicos lo que significa ponerse la camiseta de Boca y jugar. Mi idea es ayudar y estar cerca del plantel de Primera, para poder charlar y dar recomendaciones”.
No obstante, siempre trató de afinar la mira en un sector de la cancha: “Trato de estar encima para sacar laterales, defensores en general. Y ver si no hay algún Riquelme, ja”, decía varios años atrás. Ya durante este mandato, mantuvo mucho de aquello, rodeado de otros exfutbolistas que cumplen con lo mismo: “Uno tiene que formar a los mejores jugadores del club y, en un futuro, que aporten lo que toda la gente quiere: Copas Libertadores y Mundiales de Clubes. Les enseño la mística, este escudo, lo que significa para el hincha esa estirpe que hay que tener, la garra y el corazón”.
"¿La salida de Izquierdoz? Fue una decisión técnica, para eso soy entrenador”"
Hugo Ibarra
Quizás, la mayoría de su trabajo también ostente mucho de eso último por estos días en los que debe hacerse cargo de los más grandes. Su debut como interino no fue bueno ante San Lorenzo, perdiendo 2-1 en el Nuevo Gasómetro, en un resultado que le revirtieron tras empezar ganando gracias al gol de Marcos Rojo. En una función muy pálida, en la que se impuso el desgano y el descontrol entre sus nuevos jugadores, y rodeado de los problemas extrafutbolísticos que se generaron entre el equipo de trabajo de Riquelme y el plantel: debió sacar de la titularidad al capitán Carlos Izquierdoz por un reclamo de premios hecho antes de jugar la revancha con Corinthians, aunque este lunes –durante la conferencia de prensa que lo ratificó en el cargo hasta fin de año- se hizo cargo de la decisión, queriendo espantar un poco esos conflictos que ya se conocen.
Ahí fue donde trasladó que aún no tiene una idea definida con este nuevo grupo que le toca inesperadamente dirigir, aunque reconoció cuál fue su gusto a la hora de manejar a la Reserva: “Hablé con los jugadores, pero la forma nos la va a ir dando el día a día. Estoy convencido de lo que quiero armar. Es cierto que me gusta jugar con un jugador suelto (enganche) como lo hice con los chicos, pero la Primera División es otra cosa”.
El nuevo entrenador de Boca supo explicar en su momento por qué le fue tomando el gusto a ser un maestro para los juveniles: “Yo no tuve la experiencia de hacer divisiones inferiores. Mi vida no tuvo eso y ha sido un salto diferente. Porque cuando arranqué en Colón, el club estaba en el Nacional B, jugaba la liga local y yo jugué ese campeonato sin haber hecho inferiores. En menos de un año, ya estaba jugando en el plantel de Primera. Y después pasé a Boca”, explicó su recorrido. Y, aunque seguramente a todo chico le gustaría pasar por la vorágine que atravesó el ex N°4 con tal de jugar rápido en la máxima categoría, a él le hubiese agradado vivir ese período de ilusiones: “Entonces, esa experiencia la estoy tomando recién ahora, con los chicos. Por eso es algo que me gusta. Ser joven y tener el deseo de jugar en la Primera de algún club debe ser hermoso”.
Comenzó la (¿pequeña?) era Ibarra –junto a Roberto Pompei y Gracián-, al menos hasta diciembre. Nadie del Consejo explicó qué será de Mariano Herrón, que había estado el sábado con Ibarra y que también formó parte de staff de Russo y Battaglia. Su intención es, una vez cumplido ese plazo, retornar a su lugar junto a los chicos. Evidentemente, eso es lo que más lo identifica. Mientras tanto, tendrá la responsabilidad de estar al frente de un equipo que debe volver a moverse en base a una identidad y recuperar el ánimo para terminar el año con otra cara.