Boca busca DT: del método de Mauricio Macri a Juan Román Riquelme, la clave que define al “tercer entrenador” antes de las elecciones
Al igual que sucedió con el dirigente que llegó a ser presidente de la Nación, el actual presidente del Consejo de Fútbol xeneize evalúa al tercer candidato que más lo acerque a ganar la Copa Libertadores
La floja campaña en el Clausura 98 aceleró los tiempos y tras la salida de Veira y la asunción como interino de Carlos María García Cambón, los dirigentes xeneizes se pusieron a buscar entrenador. La terna incluía a Carlos Bianchi, Daniel Passarella y Miguel Angel Brindisi. Roberto Digón, por entonces uno de los vicepresidentes, había reconocido: “Se hizo una encuesta y el 52% había elegido a Passarella, el 35 a Bianchi y el 16 o 17 a Brindisi”. Al final fue una carrera de dos.
Al igual de lo que podía tener en cuenta Riquelme ahora con Ricardo Gareca (y su traumática salida de Boca hacia River en la década del 80), Macri tuvo en consideración –entre otras cosas- la gran identificación del Káiser con el Millonario. Y que eso podría ser un efecto búmeran en un contexto en el cual la cuenta regresiva del ciclo político tenía fecha: 18 meses.
Otra coincidencia: así como el tercer técnico de Macri tuvo incidencia directa en las elecciones de diciembre de 1999, lo mismo puede suceder con Riquelme en los comicios de 2023. Por algo, luego de cesantear a Battaglia sin tener un plan B resuelto (ni un candidato que reúna el 100% de aceptación del Consejo de fútbol), apostó ahora con otro interinato de Hugo Ibarra hasta diciembre de este año para ganar tiempo y –luego sí– acertar un pleno con el tercer DT de la gestión, el que buscará levantar la Copa Libertadores, la llave que sea (casi con seguridad) sinónimo de reelección.
Mauricio Macri se reunió durante once horas (repartidas en dos días –siete horas en el primer encuentro y cuatro en el siguiente-) con Carlos Bianchi en el hotel Meliá Castilla de Madrid, en donde se alojó el presidente de Boca durante su estadía en la capital española. El Virrey se acercó de París y cuando finalizó el intercambio de ideas se fue convencido de que sería el entrenador xeneize. Terminada su participación como comentarista en el Mundial de Francia, se sumó unos días más tarde a la pretemporada que Carlos Ischia había iniciado con el profesor Julio Santella en Tandil.
Lo que vino después es historia conocida: el Boca de Bianchi ganó invicto el Apertura 98 y no paró de dar vueltas olímpicas (9) hasta la final perdida con Once Caldas, en 2004. En el medio, las Copas Libertadores 2000, 2001 y 2003 más las Copas Europeo-Sudamericana 2000 y 2003, tras vencer a Real Madrid y Milan, respectivamente. Cabe recordar que hubo un impasse en 2002, año en que a Boca lo dirigió Oscar Washington Tabárez.
A diferencia de lo que pasó con Bilardo y Veira, Riquelme llegará a su tercer DT con cuatro títulos en su gestión (y pueden ser más), dos ganados por Miguel Angel Russo y dos por Battaglia. Hubo respaldo del Consejo durante un tiempo, pero ambos técnicos no sólo fueron despedidos (se interrumpieron sus contratos), sino que sus trabajos nunca tuvieron una gran valoración de los hinchas.
Hasta aquí, Riquelme -en cada toma de decisiones- les dio más valor a los jugadores que a los cuerpos técnicos, aunque en ambos casos -una vez elegidos- respaldó a Russo y Battaglia durante varios partidos pese a que el juego del equipo era irregular, tirando a malo. El mejor ejemplo fue cuando -en abril de este año- antes de viajar a Santiago del Estero para jugar ante Central Córdoba (cuando comenzó la segunda oportunidad para Battaglia, partido que ganaría luego 2-1), el presidente del Consejo de Fútbol habló y les dio una arenga a los futbolistas en el predio de Ezeiza.
Con tal de reactivarlos, hasta les dijo que eran mejores que ellos en la época de Bianchi, que estaban ante una oportunidad única. Se venía un tramo clave en la Copa de la Liga y la Copa Libertadores. Y antes de renovar el vínculo de Battaglia, pese a que Boca venía ganarle la final de la Copa Argentina a Talleres en 2021, Riquelme le extendió el vínculo no tanto por la confianza que le generaba el DT por su desempeño, sino convencido de que, con refuerzos, el Boca de Battaglia jugaría mejor.
El debut oficial de Bianchi como DT de Boca
Juan Román Riquelme resolvió el despido de Sebastián Battaglia sin tener, todavía, resuelto quién iba a ser su reemplazante. El Patrón Bermúdez elogió mucho a Ibarra y no lo nombró como “interino” sino como el DT elegido hasta fin de año. Pero, puertas adentro, el Consejo de Fútbol sabe de la importancia del “tercer DT”, el que llegará en enero (siempre y cuando no pase nada antes) para jugar la última Copa Libertadores contemplada en este período de gobierno.