Bernardo no tiene la puerta abierta

Al contrario que en las negociaciones de Gabriel Jesus y Raheem Sterling, vendidos al Arsenal y al Chelsea respectivamente, en el Manchester City no quieren dejar salir a Bernardo con facilidad.

Xavi Heras
As
Quien quiera irse, tiene la puerta abierta. Es la tónica habitual en el Etihad Stadium. Sucedió con Leroy Sané, cuatros años después de la llegada del alemán. También con Ferran Torres, que la pasada campaña se marchó al Barcelona pese al buen momento que atravesaba en Manchester. Solo vistió de cityzen durante un año y medio. “Si quieres marcharte porque no eres feliz aquí o porque crees que lo serás en otra parte, entonces tienes que irte”, reconoció Pep Guardiola tras la venta del valenciano. “La carrera de un futbolista es corta, termina pronto. Si quiere irse no me decepciona, en absoluto. Es su deseo y me alegro por él”.

Se ha mostrado la misma filosofía también durante este verano. Gabriel Jesus quería tener un rol mayor y se marchó al Arsenal de Mikel Arteta para liderar la renovación de los gunners. Caso similar al de Raheem Sterling, que se ha marchado a Stamford Bridge en busca de más minutos. Pese al interés del Barcelona, y al del propio Bernardo Silva, la situación varía ligeramente respecto a los ejemplos anteriores.

“Creo que Bernardo se quedará con nosotros”, explicó Pep Guardiola el pasado mes de junio durante la presentación del encuentro amistoso que sus muchachos disputarán frente al Barcelona para recaudar fondos para la lucha contra la ELA. “Nuestro objetivo como club es que se quede. Es nuestra intención, aunque siempre hemos dicho que no queremos que haya jugadores infelices en la plantilla”. Así resolvió el entrenador del City la patata caliente que le pasó Joan Laporta durante el acto, cuando le preguntó si se llevaría al luso a Barcelona. “A Bernardo y a diez más”, bromeó Guardiola.

En el Etihad Stadium valoran a Bernardo Silva por encima de los 80 millones de euros, y no están dispuestos a aceptar menos. El ex de Benfica y Mónaco no tiene la puerta abierta. La tuvo el pasado verano cuando su deseo de salir era mayor después de estar varios meses confinado lejos de los suyos. Silva decidió que quería un cambio. Pero en un mercado de fichajes todavía renqueante por la irrupción del Covid-19, nadie pudo hacerse con el centrocampista. Se quedó, aceptó la situación y firmó una de sus mejores campañas en la Premier League.

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