Agustín Rossi: la propuesta “gigante” de Boca todavía no le cierra al jugador más aclamado y crece el interés de un poderoso del continente
El arquero se tomará un tiempo y decidirá en familia la continuidad en el equipo xeneize; ya tiene un club que lo sigue firmemente
“¡Rossi es de Boca, de Boca no se va!”, fue el quiebre que forjó la Bombonera durante el último domingo, en el triunfo (3-1) a Estudiantes. No porque el equipo de trabajo que encabeza Juan Román Riquelme no quiera la continuidad del Nº 1, sino que se trató del mensaje para hacerles entender que había que reactivar cuanto antes las charlas con el arquero y su entorno para acordar la prolongación del vínculo. Es fácil pedirlo y mucho más esperarlo, pero más complejo es el debate sobre un escritorio.
El último martes, por la tarde, fue el momento del encuentro entre las partes: Boca le ofreció números más altos con respecto a lo ofrecido en primera instancia, la cual había sido desechada rápidamente. “Se le ha hecho una propuesta gigante, estamos orgullosos de poder hacerla. Esperamos poder contarle al hincha que tendremos a Agustín mucho tiempo más”, sentenció Jorge Bermúdez, ladero de Riquelme, al salir del cónclave.
El juego de las presiones, como en toda negociación, está presente. La mecha empezó a correr cuando la bomba estaba en las manos del Consejo tras las ovaciones de la hinchada hacia Rossi, pero también desde las palabras de Miguel González, su representante. Salió en los medios a asegurar que “el salario de Agustín es igual al del cuarto arquero de Panamá” y que “hace cuatro años tiene el dólar a $50″.
No causan gracia puertas adentro frases semejantes en las que se ironiza, plasman detalles y, sobre todo, sienten que los ponen contra las cuerdas. La respuesta, entonces, tuvo la misma estrategia. Exponer que el nuevo ofrecimiento fue “gigante” es sinónimo de advertirle al hincha que hacen lo imposible. Rossi es el que ahora tiene la pelota: si no acepta, excederá al Consejo.
El dinero ofrecido seguiría distante en relación a lo exigido por Rossi. No obstante, el futbolista sabe –o le habrán hecho saber– que la gente de Riquelme suele no dar muchas oportunidades en tratos así: deben demostrarles ganas de estar en la institución.
Por eso es que el “1″ se tomará unos días (mientras se entrena en la semana y ataja en los encuentros) para observar cada detalle de una propuesta que llegaría hasta mediados de 2026. “Ya lo está analizando junto a la familia”, le avisaron a LA NACION desde su círculo íntimo. Detalle no menor: será padre, por lo que el análisis y la posterior decisión será junto con su pareja.
Con la tranquilidad –por ahora parcial– de que, si desestima la oferta del Consejo, puede encontrar rápido un destino en el que sus ganancias aumentarán notablemente y la competitividad a nivel equipo se mantendrá: Flamengo, de Brasil, es una de las grandes potencias sudamericanas y la entidad que se mantiene expectante.
Según supo este diario, el Mengão ya se contactó con Boca para tantear la cotización, respetando la voluntad del arquero, al que no tentaron. En simultáneo, Rossi entiende que, en caso de dar un “no” definitivo, puede generar ingresos en la tesorería azul y oro.
Los hinchas pusieron el grito en el cielo, el Consejo actuó rápido y es momento de conocer si a Rossi le basta para contentar al mundo Boca.