Un tribunal determinó que una elefanta de 40 años deberá permanecer en un zoológico del Bronx porque no posee derechos humanos
Defensores de los animales habían argumentado que estaba detenida ilegalmente y pedían que fuera trasladada a un refugio para elefantes
El grupo de defensa de los animales Nonhuman Rights había argumentado que la elefanta estaba detenida ilegalmente en el zoológico y pedía que este animal fuera trasladado a un refugio para elefantes.
La disputa giraba en torno a si el principio legal del habeas corpus -invocado para protegerse contra las detenciones ilegales- debería extenderse a animales “autónomos y cognitivamente complejos” como los elefantes.
“El recurso de habeas corpus tiene por objeto proteger el derecho a la libertad de los seres humanos a estar libres de confinamiento ilegal y no es aplicable a Happy, un animal no humano que no es una ‘persona’ sujeta a detención ilegal”, dice el texto del Tribunal de Apelaciones del estado publicado hoy.
El documento, además, señala que “nadie discute que los elefantes son seres inteligentes que merecen el cuidado y la compasión adecuados”, pero eso no es suficiente para invocar su derecho al habeas corpus.
En el otro lado del caso estaba la organización que opera el zoológico, la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre, antes conocida como la Sociedad Zoológica de Nueva York, que defendió que la elefanta está bien atendida por profesionales.
El caso parece ser el primero en llegar tan alto en una instancia jurídica de habla inglesa en un tema en el que se dirime si un animal es digno de la llamada “personalidad”, según The New York Times.
El mes pasado, Nonhuman Rights presentó otra petición de habeas corpus en el Tribunal Superior de San Francisco para exigir “el derecho a la libertad y la liberación en un santuario” de tres elefantes en cautiverio en el zoológico de Fresno Chaffee de California.
Happy (Feliz, en español) nació a principios de la década de 1970, probablemente en Tailandia, según The New York Times. Luego fue capturada y traída a Estados Unidos, donde fue comprada por 800 dólares, de acuerdo con Nonhuman Rights, y terminó en un zoológico de mascotas de Florida con otros seis elefantes, cada uno con el nombre de los personajes de “Blancanieves y los siete enanitos”.