Seúl y Washington advierten a Pionyang de cara a un posible test nuclear
Desde que en 2021 el Partido de los Trabajadores norcoreano aprobara un plan de modernización armamentística, la tensión se ha ido incrementando, alimentada también con las respuestas de Seúl -que pese al talante más dialogante del anterior Gobierno viene de invertir cifras récord en defensa en el último lustro- hasta alcanzar cotas no vistas desde 2017.
CAZAS F-35
Las maniobras aéreas conjuntas realizadas hoy sobre el mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas) incluyeron, por parte surcoreana, cazas de quinta generación F35, uno de los activos militares que más enfurecen a Corea del Norte por su capacidad para generar potencial daño de manera furtiva en su territorio.
La fuerza aérea surcoreana también movilizó cazas F-15 y F-16, al tiempo que Estados Unidos aportó sus propios F-16, detalló a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa en Seúl, que explicó que la demostración se ejecutó "en respuesta a las provocaciones llevadas a cabo por Corea del Norte el fin de semana".
En total, unas 20 aeronaves participaron en estos ejercicios, que llegan apenas un día después de que los aliados dispararan a modo de prueba ocho misiles balísticos de corto alcance (SRBM) del sistema ATACMS.
El ensayo de la víspera pretendía ser también una respuesta a los ocho misiles SRBM lanzados por Pionyang el domingo, en lo que supuso la mayor secuencia de lanzamientos en un solo ensayo por parte del régimen en este 2022.
La prueba norcoreana tuvo lugar a su vez días después de que Seúl y Washington celebraran maniobras marítimas junto al archipiélago nipón de Okinawa que incluyeron la participación del portaaviones de propulsión nuclear USS Ronald Reagan.
ADVERTENCIA A SEÚL
Por su parte, la vicesecretaria de Estado de EE. UU., Wendy Sherman, que se halla de gira por Asia, advirtió hoy desde Seúl a Corea del Norte con ejecutar una respuesta "rápida y contundente" si el régimen de Kim Jong-un lleva a cabo la prueba nuclear que ha estado preparando durante meses.
La admonición llegó en una rueda de prensa posterior a que Sherman se reuniera con su homólogo surcoreano, Cho Hyun-dong, con quien trató la actual situación en la península.
"Cualquier prueba nuclear sería una violación total de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU", recordó Sherman en declaraciones que recogió la agencia Yonhap.
Los satélites han captado desde principios de año preparativos en Punggye-ri (noreste del país), para un nuevo test nuclear para el que, según la inteligencia surcoreana y estadounidense, solo falta la orden de ejecución del líder norcoreano, Kim Jong-un.
Sería la primera prueba nuclear que lleva a cabo el régimen desde 2017, año de enormes tensiones con Washington que dio paso a una etapa de avances diplomáticos inéditos entre los dos países, la cual se gripó a su vez tras el fracaso de la cumbre sobre desarme de Hanói en 2019.
CAMBIO DE GOBIERNO
Desde que llegó a la presidencia sureña el pasado 10 de mayo el conservador Yoon Suk-yeol, que ha prometido endurecer su postura ante Pionyang con respecto a su antecesor, Moon Jae-in, los aliados han comenzado a desplegar más y más activos militares en respuesta a los ensayos de armas norcoreanos.
Es algo que está en línea con lo dicho por el presidente estadounidense, Joe Biden, cuando se reunió con Yoon en Seúl a finales del mes pasado y que implica que EE. UU. ayudará a fortalecer la postura "disuasoria" de ambos ejércitos en la península con el traslado y despliegue de activos estratégicos que el Pentágono tiene en la región del Indopacífico en función de las acciones del régimen norteño.
Pese a la actual escalada, Sherman quiso reiterar los deseos de la Administración Biden de retomar el diálogo sin condiciones previas sobre desnuclearización.
"Estados Unidos no alberga ninguna intención hostil hacia la República Popular Democrática de Corea (nombre oficial de Corea del Norte). Seguimos instando a Pionyang a que cese sus actividades desestabilizadoras y provocadoras y elija el camino de la diplomacia", dijo.
Corea del Norte, que se mantiene cerrada a cal y canto desde 2020 por la pandemia, ha ignorado todas las llamadas estadounidenses para reavivar el estancado diálogo sobre desarme y en respuesta aprobó el año pasado ese plan de modernización armamentística que está detrás del número récord de lanzamientos de misiles de este año y de la amenaza de un nuevo test nuclear que planea sobre la península.