Seis goles, muchas emociones, silbidos y un Ciclón que todavía no consigue ganar
En el Bajo Flores, empataron 3-3 en un duelo entretenido y cambiante, que el equipo de Insúa perdía, pasó a ganar, pero no supo conservar la ventaja
En la previa, dentro de las urgencias azulgranas, aparecía la necesidad de cortar una racha de ocho partidos sin triunfos en su casa, al que habrá que añadirle uno más. El equipo no gana en el Nuevo Gasómetro desde el 12 de diciembre del año pasado, cuando se midió frente a Newell’s (3 a 2). En lo que va de este año, los únicos tres éxitos el Ciclón los consiguió de visitante (Talleres de Córdoba, Unión de Santa Fe y Newell’s).
Tras los dos primeros empates en el torneo, Insua tocó algunas piezas para el cruce contra Arsenal. En la defensa, Nicolás Fernández Mercau ingresó en lugar de Tomás Silva, mientras que en la mitad de la cancha, Siro Rosané entró por Néstor Ortigoza. Además, conservó a los tres centrales en la línea de fondo: Federico Gattoni, Gastón Hernández y Jeremías James.
El entrenador, mientras tanto, espera por refuerzos. Hasta el momento, San Lorenzo no cuenta con ninguna cara nueva y sí con varias salidas: Nicolás Fernández, Yeison Gordillo, Gabriel Rojas, Alejandro Donatti, Ricardo Centurión y Gino Peruzzi. “He hablado con el presidente Horacio Arreceygor y me dijo que el club avanza en las negociaciones previstas y que puede haber novedades en los próximos días. Hasta el último día puede llegar un gran jugador que nos sea útil y lo esperaremos. Mientras tanto, tenemos que competir”, dijo el técnico. Interesan varios futbolistas, aunque por ahora no hay nada en concreto: Diego Calcaterra (Newells), Agustín Almendra y Gonzalo Maroni (Boca), Martín Cauteruccio (Aldosivi) y Mauro Méndez (Montevideo Wanderers de Uruguay).
Lo mejor del partido
El primer tiempo, en los primeros minutos, fue Arsenal el que mostró mayor iniciativa e ímpetu ofensivo. Sin movilidad y con muchas pérdidas, San Lorenzo sufrió. A los 19 minutos, en una pelota que parecía tener controlada tras un centro, falló Sebastián Torrico y Lucas Suárez aprovechó el rebote para convertir su primer gol con la camiseta de Arsenal.
El Ciclón, muy dependiente de lo que pudiera generar Ezequiel Cerutti por derecha, abusó de los centros y el pelotazo. Con demasiadas limitaciones en esta reconstrucción permanente que vive como club. Todo parece costarle demasiado a San Lorenzo, al que no le sobra nada de nada. Apenas arrimó algo de peligro en el cierre de los primeros 45 minutos con el propio Cerutti y Adam Bareiro, aislado en el ataque.
Al descalabro económico y político se le añade que Insua, sin refuerzos, se las arregla como puede dentro de un ambiente en el que reinan el desorden y la desprolijidad. “Acá hay que trabajar y trabajar”, planteó el DT en su primer día. Lo cierto, también, es que le falta materia prima y no se le puede cargar toda la responsabilidad a los más chicos. De hecho, para este compromiso frente a Arsenal salió a la cancha con siete futbolistas que se formaron en las inferiores: Fernández Mercau, Rosané, Gattoni, Hernández, James, Agustín Martegani y Francisco Perruzzi, quien apenas disputó su segundo partido como titular.
Al finalizar el primer tiempo, desde todas las tribunas atronó un grito: “Dirigentes, la c… de su madre, a ver si se dan cuenta, que no los quiere nadie”. La gente volvió a mostrar su enojo y estalló. Desde hace tiempo que el público fijó posición contra la cúpula dirigencial, más allá de la renuncia de Marcelo Tinelli a la presidencia. Y reclaman elecciones anticipadas.
El panorama era tan complejo para el Ciclón que Insua -buscando un golpe de efecto- decidió meter tres cambios en el comienzo del segundo tiempo: Néstor Ortigoza por Perruzzi, Malcom Braida por Martegani e Iván Leguizamón por Bareiro. Y a los 12 minutos el Ciclón llegó al empate: tras una infracción a Fernández Mercau, Ortigoza cambió el penal por gol y le brindó algo de respiro a los locales.
A partir de ahí llegó el impulso anímico. Con otra actitud, otra predisposición, rápidamente San Lorenzo se puso en ventaja. A los 14 minutos, otra vez Cerutti, la gran figura azulgrana, desbordó por la izquierda y mandó un centro que conectó Jalil Elías con su pie izquierdo. Entonces, los ánimos se calmaron.
Crédito para Insua en el lavado de cara de un grupo que estaba dubitativo, atado. Y velozmente otro de sus cambios surtió efecto. A los 23, Leguizamón, de apenas 19 años, enhebró una maniobra fabulosa por izquierda. Siempre con la pelota pegada al pie zurdo, le metió un caño a Suárez y definió con un remate cruzado. Una delicia para festejar su primera conquista en la máxima categoría.
Cambiante, imprevisible, atractivo se volvió el desarrollo. Ahora, el mismo mérito que tuvo Insúa para despertar a su equipo le correspondió a Leonardo Madelón, que mandó a la cancha a Cristian Colmán y el atacante paraguayo le respondió con dos goles en apenas dos minutos. Cuando las tribunas azulgranas eran una fiesta, el goleador de 28 años aprovechó las situaciones y desató el festejo de Arsenal, que se mostró capaz de revertir una desventaja que parecía decisiva.
Pasó de todo y pudo haber pasado mucho más. Lo cierto es que, en un partido que no prometía demasiado, San Lorenzo y Arsenal entregaron un show de goles. En el Bajo Flores, los corazones latieron bien fuerte. Una tarde llena de emociones.