Rusos, chinos e iraníes conforman una fuerza de ocupación para la que no estaba preparada la región

Como no ocurría desde hace 60 años, ahora hay tropas y armas de Rusia en un país latinoamericano y, como no ocurrió nunca antes, empresas de China controlan cientos de ríos de las regiones amazónicas de varios países sudamericanos

Tampoco habíamos visto antes la llegada de aviones de propiedad de terroristas internacionales en el Río de La Plata, mientras avionetas bolivianas cargadas con droga provocan la “lluvia blanca” en Salta, invaden pistas paraguayas y llegan hasta Sao Paulo.

Rusos, chinos, iraníes, aliados circunstanciales de los narcotraficantes, terroristas locales o de otros continentes, conforman una fuerza de ocupación para la que no estaba preparada la región.

El ministro del interior de Paraguay, Federico González, admitió que las cárceles de su país son controladas por los presos del paulista Primer Comando da Capital (PCC), como ocurre también en Bolivia. El PCC está presente en catorce estados de Brasil, además de Bolivia y Paraguay, tan grande como el Mercosur.

Los rusos aprovechan el momento. Entran a Nicaragua para ayudar a Daniel Ortega pero también entran en Bolivia para ayudar a Luis Arce y, de paso, controlar las tierras raras y los yacimientos de litio.

Ahora, el gobierno de Arce anuncia que la explotación del yacimiento de litio más grande del mundo estará en manos de más de una empresa. Es una oportunidad para que el presidente dé una nueva prueba de su permanente indecisión: elegirá una empresa china o norteamericana, pero incluirá de todos modos a la rusa. Es que el gobierno de Vladimir Putin no hace pedidos al gobierno boliviano: le manda órdenes. Y la última es que debe entregar el litio a una empresa rusa.

Los iraníes han logrado algo inusual. Instalaron un canal de televisión que, por supuesto, recibe publicidad del Estado boliviano. Abbia Yala, el canal, transmite mensajes favorables al Islam.

Los chinos han provocado un fenómeno económico en Bolivia. Las importaciones de dragas de uso minero pasaron, en los últimos diez años, de 6 a 900 toneladas, como se puede observar en los ríos que bajan de la cordillera hacia la región amazónica. Y han convertido a Bolivia en el mayor importador de mercurio del mundo.

Ellos toman control de concesiones mineras de las cooperativas bolivianas, con lo que logran, de paso, pagar muy pocos impuestos. La producción de oro en Bolivia es un misterio. El ex ministro de minería Mario Virreira dijo en 2009: “Qué raro, producimos 7 toneladas de oro pero exportamos 27 toneladas”. No estaba enterado de que la minería ilegal peruana envía su oro a Bolivia, donde todo se legaliza con mayor facilidad.

La producción de coca se ha descontrolado en Bolivia, incluso para el cocalero Evo Morales. El precio de la hoja y de la pasta base (sulfato de cocaína) se derrumbó en las últimas semanas, según denuncian las propias bases de Morales.

En este caso también está el aporte peruano. Pedro Castillo legalizó los cultivos ilegales de coca de VRAEM y de esa manera los cultivos se dispararon. Castillo había recibido la recomendación de Morales, antes de que éste fuera declarado “persona non grata” por el parlamento peruano.

La toma de esta región tiene más detalles. Nadie recuerda que existe el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR).

¿Alguien podrá ayudarnos?

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