Rosario Central perdió contra Gimnasia La Plata por la Liga Profesional en el debut de Carlos Tevez como entrenador
En el Gigante de Arroyito, el Apache también sufrió al equipo sensación del torneo: el Lobo se impuso por 1-0 con un golazo y llegó a la punta
La era Tevez DT está en marcha. La sonrisa amplia, las miradas hacia los cuatro costados del Gigante de Arroyito colmado de hinchas de Rosario Central y la caminata hacia el banco de suplentes, con una polera y un chaleco, fueron sus primeros signos. El Apache comenzó su ciclo como entrenador tres días después de asumir, y enseguida se llevó los primeros abrazos en el campo en ese rol. Llegaron a sus oídos amistosas palabras en un afectuoso encuentro con Néstor Gorosito, que dirige al Lobo, y con Franco Soldano, ex compañero en el Boca que se consagró campeón de la Superliga 2019/2020 al vencer en el último partido con un gol de Carlitos a... Gimnasia, entonces dirigido por Diego Maradona.
El resumen del partido
A los 38 años, el ex futbolista de Boca, Corinthians, West Ham United, Manchester City, Manchester United, Juventus y la selección argentina descolgó el póster como jugador y se puso del otro lado de la línea de cal. Inquieto, aunque con calma al trasmitir el mensaje, temprano en el partido se paró y dio indicaciones a sus conducidos. No resistió mucho tiempo sentado en el banco. Y llegó el pedido de una diagonal hacia adentro a Marcelo Benítez, el recuerdo de retroceder para ayudar en la marca a Lucas Gamba, la arenga por las buenas combinaciones en los primeros avances de un encuentro parejo...
Un córner desde la izquierda de Walter Montoya, que había estado en duda por un golpe en un isquiotibial pero llegó a estar disponible, fue la primera acción de juego peligrosa. Llegó a desviar la pelota Gamba al ganarle en el salto al arquero Rodrigo Rey en la propia área chica y el balón salió pegadito a un palo. Era una imagen esperanzadora para Central.
“Ganemos la segunda pelota”, gritó Tevez a los 10 minutos. Lo repitió más de una vez. Había pasado el susto del gol no convalidado a Gimnasia, porque Sosa Acosta estaba adelantado cuando lo habilitó Alemán. El VAR le dio el visto bueno al asistente. Una similar jugada entre los jugadores triperos, también por la izquierda, terminó en un remate que se fue a las nubes, cuando Soldano pedía la pelota, en solitario, en el área.
A los 24, Gamba intentó definir de taco al ganarle otra vez la posición en el área chica a Rey, aunque esta vez por abajo, pero Oscar Piris llegó justo para sacar el balón al córner. Lautaro Blanco y Benítez habían participado en la acción con movimientos rápidos y sorpresivos. Son los que hacen ilusionar a Rosario, necesitado de resultados positivos para su reconstrucción. Por lo pronto, el equipo canalla trató durante el primer tiempo de jugar lejos de su arco, sin mucha distancia entre sus líneas. Y esa etapa se apagó sin más sobresaltos para los dos.
En el comienzo de la segunda, la pelota fue de Gimnasia, que tuvo sus primeras llegadas por vía aérea, ensayó remates desde lejos y se quedó con algunos rebotes cerca del área. Central era un equipo más largo, y Gamba y Alejo Véliz les quedaban lejos a sus compañeros. Tevez daba pasos cortos hacia ambos lados y miraba a los suplentes. Gino Infantino probó desde fuera a los 10 minutos y sacó de la modorra al conjunto auriazul: su remate cruzado salió apenas por encima del travesaño.
Dos minutos más tarde llegaron los primeros cambios de Tevez como DT. Infantino y Gamba dejaron sus lugares para los ingresos de Facundo Buonanotte y Michael Covea. “¡Los pases para los costados!”, exigió a Cristian Báez, uno de sus defensores centrales. La idea era clara: no arriesgar cuando no es necesario. Para sustos, suficiente con la pegada de Alemán, que ejecutó un tiro libre que pegó en un parante de la red. Central le contestó con una oportunidad perdida por Facundo Almada, que conectó mal un centro llovido: la pelota fue a las manos de Rey.
El cambio de esquema provocaba mejores sensaciones a los rosarinos. El arquero Gaspar Servio respondió con solidez frente a un disparo de Sosa, que le ganó las espaldas a la defensa otra vez en un pase largo, de los que más desestabilizaron al local. Pero Servio nada pudo hacer para evitar el gol, del propio Sosa Acosta, a 10 minutos del final, en una remake de lo visto en la primer etapa: Alemán lo asistió de manera brillante y el número 11 bajó con calidad el balón y definió cruzado. Uno a cero para el Lobo, que lleva 10 partidos sin derrotas y subió, al menos momentáneamente, a la cima de la tabla.
El golazo de Sosa Acosta para el triunfo de Gimnasia
Con aliento, Tevez pidió enseguida a sus dirigidos que no decayeran. El reloj y los nervios ya acechaban. Carlitos miraba hacia el suelo cuando el juego estaba detenido, como buscando soluciones o proyectando la primera evaluación. Y los hinchas, impacientes, se fueron con otra derrota, la tercera en este inicio de campeonato. Por eso, los silbidos y el malhumor volvieron a aflorar, en un desenlace que incluyó algunos aplausos al DT y reprobación al equipo.
Sin refuerzos, por más que los mediocampistas Francis Mac Allister y José Leudo llegaron antes que Tevez –aún no debutaron–, el Apache anunció que antes de cualquier pedido a los directivos quiere ver trabajar a todos los que están. Se las arregla con lo que tiene en un club en estado delicado en todo sentido y junto a sus hermanos en un cuerpo técnico que, finalmente, no cuenta con Carlos Retegui, que optó sorpresivamente por continuar como secretario de Deportes de la Ciudad luego de acompañar al DT el lunes pasado a ver Vélez-Central, horas antes de que asumiera.
Ajeno a eso, el plantel iniciará en las próximas horas una atípica minipretemporada en el predio de la AFA en Ezeiza, para lo cual los directivos canallas consiguieron postergar el partido del martes próximo contra Quilmes, por los dieciseisavos de final de la Copa Argentina. El siguiente desafío de Central será el lunes 4 de julio, en Mar del Plata ante Aldosivi, que ahora será dirigido por Leandro Somoza, el despedido antecesor de Tevez. Rosario Central necesita recuperar el rumbo de inmediato. Hay mucho trabajo por delante.