River: Marcelo Gallardo reactivó al equipo modificando el esquema y jugando, otra vez, con dos delanteros
Recurrió al clásico 4-4-2, con Braian Romero y Julián Álvarez; la buena noticia para el equipo millonario: recuperó la memoria cuando se acercan los octavos de final de la Copa Libertadores
El Millonario llegó a Santa Fe como el único equipo que no había anotado en el torneo. Y terminó yéndose entre los seis más goleadores. Preciso, frenético e intratable en campo rival, sacó a relucir toda la efectividad y la potencia ofensiva que se había ausentado. Ayer recuperó esa rebeldía fundamental que le permitió revivir el fuego sagrado y empezar a dejar atrás la meseta futbolística con una actuación contundente. Porque aunque tuvo más goles que juego asociado, ganó por demolición. Y los números de Opta lo explican: tuvo solo el 47% de posesión del balón, hizo el doble de faltas (16 a 8) y completó menos pases que su rival (384 contra 409), pero remató 13 veces, siete fueron a puerta y cinco inflaron la red. Hizo lo que se le pedía: goles.
Después de los tres primeros partidos con el esquema 4-1-4-1, el DT sintió que era el momento de patear el tablero y sorprendió con el regreso a un viejo esquema que siempre tuvo a mano para reflotar: el clásico 4-4-2. Así, con la presencia de dos delanteros, el equipo tuvo mucha más practicidad. Quizás no logró demostrar demasiados destellos de su sello futbolístico, pero contó con otra soltura para jugar y atacar de forma más directa y fue más que efectivo. En su primera ocasión clara de gol, abrió el marcador a los 16 minutos de juego.
"Lo de los goles ante Unión es relativo. No debíamos perder la calma y la serenidad. Ahora porque hicimos 5 no vamos a decir que River recuperó goles porque siempre tuvimos gol. Lo que pasa es que en los otros partidos no tuvimos la contundencia que tuvimos hoy. ¿El cambio de esquema? Tiene que ver con el partido que íbamos a jugar. Tenemos que buscar soluciones ante las dificultades que nos ponen los rivales"
Marcelo Gallardo
No solo fueron 294 minutos sin convertir para River, sino también 516 minutos de sequía para Braian Romero, quien no festejaba desde el 13 de marzo pasado en el 4-0 a Gimnasia. Y esa jugada inicial que abrió el partido se clarificó con la visión de juego del sorprendente Álvarez: tras el pivoteo aéreo de Romero para ganar la pelota, el número 9 pensó, frenó y le dio un gran pase a su compañero de área para abrir el marcador. Una calma crucial para aprovechar el vértigo del equipo.
El juego del equipo pasó siempre por Julián. Un poco más alejado del área, pero con mucho más contacto con la pelota, el delantero de 22 años sacó a relucir lo mejor de su repertorio. Porque no solo es un extraordinario goleador, sino que también es un atacante completo que tiene técnica para cuidar y mover la pelota, claridad para moverse e inteligencia para asociarse con sus compañeros. En su rol de organizador y definidor, fue la gran figura de la tarde noche en Santa Fe con dos asistencias y dos goles para sentenciar la historia.
Tras ese primer pase-gol a Romero en la primera parte, en la segunda parte le puso la firma al triunfo con otra tres apariciones. Primero, a los 13 minutos con otra asistencia de emboquillada para dejar habilitado en soledad a Enzo Fernández, quien controló el balón en el aire y definió con sutileza por encima del arquero Mele. Luego, a los 27′, con un gran remate al primer palo tras una jugada fortuita en la que un rebote lo dejó de cara al gol. Y en los instantes finales del juego, después del descuento de Mariano Peralta Bauer y el 4-1 de Agustín Palavecino, el propio Álvarez rubricó el 5-1 con otra gran definición tras una exquisitez de Juanfer Quintero, quien volvió tras dos meses y sumó una asistencia.
Lo mejor del partido
Así, Julián alcanzó 53 tantos y 30 asistencias con la camiseta millonaria en 118 partidos y quedó a dos de Rafael Borré para ser el máximo anotador del ciclo Gallardo. Y mientras en Núñez se trabaja para reemplazarlo con las negociaciones por Luis Suárez, Miguel Borja, Diego Valoyes y Lucas Beltrán, el joven maravilla no para de sorprender. Con cuatro partidos más por jugar, River ya lo empieza a extrañar. ¿La buena noticia? Recuperó la memoria justo antes de los octavos de final de la Copa Libertadores.