Qué pasó con los sicarios del Cártel de Sinaloa que mataron por confusión al hijo del Chapo Guzmán
Las rosas de Culiacán no alcanzaron para festejar el Día de las Madres, porque todas las que había fueron para honrar la memoria del heredero del imperio criminal
De acuerdo con relatos recopilados por el periodista Miguel Ángel Vega en su libro El Fixer (Aguilar, 2021), no hay duda de que el joven que comenzaba en las operaciones de tráfico de drogas fue acribillado por errores de una célula local. Pero hasta la fecha persisten dudas que atribuyen la culpabilidad a los Beltrán Leyva, facción que había declarado la guerra al Chapo Guzmán y a Ismael Zambada García, el Mayo.
Sin embargo, el cineasta que ha documentado lo más profundo del Cártel de Sinaloa en los últimos 14 años verificó con fuentes directas la participación de los sicarios en aquella fatal tragedia que, según relatos de la época, dejó sin flores a la capital de la entidad, porque más de 50 mil rosas fueron destinadas a las exequias de Édgar Guzmán López.
Según el reportero que ha fungido como acceso a otros periodistas internacionales, uno de los integrantes del brazo armado sobrevivió por accidente y pudo contar lo que sucedió con sus compañeros. Identificado como Jesús, este sujeto dijo que los operadores del Cártel de Sinaloa se confundieron en el contexto de la disputa contra los Beltrán Leyva.
Aquel día, el hijo del Chapo Guzmán se encontraba platicando en el estacionamiento de un centro comercial del Desarrollo Urbano Tres Ríos, con César Ariel Loera y Arturo Meza Cázares, hijo de Blanca Margarita Cázares, la Emperatriz, quienes también murieron en el ataque.
El comando de más de 20 sujetos armados descendieron de cinco camionetas y abrieron fuego enseguida al suponer que se trataba de rivales, en específico, miembros de los Zetas que tenían intenciones de incursionar en el territorio. En las acciones se dispararon más de 500 proyectiles, incluso se alude el uso de una bazuca que impactó en un letrero colocado en la pared.
Según el testimonio de Jesús, él no acudió al ataque porque se encontraba recuperándose de haber sufrido un accidente en la pierna. Es mañana se fracturó y se quedó a reserva del patrullaje. Sin embargo, la balacera cimbró a la ciudad capital y todos los habitantes vivían presos del terror por las represalias. Algunos prefirieron quedarse en casa y salir únicamente a lo necesario.
Jesús se enteró del crimen y llamó a sus compañeros para saber qué había ocurrido, pues el hijo del Chapo Guzmán había fallecido en la refriega. Pero su contacto le dijo que la orden había sido clara, todos los que participaron en las ejecuciones sufrirían el mismo castigo. De acuerdo con el sicario, todos los que jalaron el gatillo fueron asesinados y él decidió abandonar la organización criminal.
Visitó las tumbas de aquellos que cometieron el error imperdonable para el líder del Cártel de Sinaloa. Después se encerró durante varios días en su casa, según contó a Miguel Ángel Vega años después. El patrullero criminal solo tenía 22 años. Después del episodio traumático decidió buscarse la vida por la vía legal y puso un puesto como taquero.
Jesús sobrevivía en el negocio, pero una década más tarde se involucró de nuevo como traficante de drogas independiente a la sombra de la facción en que comenzó. Esta historia es solo una de las miles de vivencias y explicaciones que el periodista sinaloense retoma en su libro como Fixer. Tal como él contó a Infobae México, ha dejado un testimonio de encuentros envidiables para reporteros, investigadores o los mismos agentes de seguridad.
Con sus accesos fue invitado a desayunar en casa de doña Consuelo Loera Pérez, madre del Chapo Guzmán. Y tuvo otros convites y reuniones con el hijo, hermano y una de las esposas del entonces líder del Cártel de Sinaloa.
Otras versiones apuntan que la célula de sicarios que asesinó a Édgar Guzmán López estaba bajo las órdenes de Gonzalo Inzunza y/o Bernabé León Andrade, el Macho Prieto, al servicio del Mayo Zambada. Sin embargo, los sustentos para esas afirmaciones están en que el lugarteniente huyó poco después, se refugió en Baja California y cayó abatido por la Marina en Sonora en 2013.