La OTAN decidirá en Madrid reforzar sus defensas por tierra, mar y aire
A 20 días del inicio se están negociando los temas más importantes de esta cumbre que se celebra en un momento crucial para la seguridad, pues además de aprobar el nuevo concepto estratégico de la OTAN para la próxima década, el contexto que se ha abierto tras la invasión rusa de Ucrania que ha llevado de nuevo la confrontación a Europa la hace aun más trascendental.
La cumbre se plantea tres objetivos principales, entre ellos la aprobación del "concepto estratégico de Madrid", que se está cerrando, y que va a reafirmar los valores de la organización, va a asegurar la defensa colectiva con más recursos y va a dotar a la organización de los instrumentos necesarios ante un futuro incierto y más peligroso.
La intención es dar un fuerte impulso a la acción de la Alianza, bajo la consigna de que cuando el mundo cambia la OTAN también cambia. El objetivo es preservar la paz y disuadir del conflicto, enviando un mensaje fuerte para que a nadie se le ocurra atacar a los aliados, según las fuentes.
En la Cumbre de Madrid se van a tomar decisiones muy importantes, no solo en relación al flanco este sino también al sur, y en este sentido se está trabajando en un paquete de medidas para ayudar a Mauritania en sus capacidades de defensa y se va a intensificar el esfuerzo para combatir el terrorismo en todas sus formas.
Además del lanzamiento de una nueva iniciativa llamada Acelerador de Innovación de Defensa del Atlántico Norte (DIANA) para impulsar la cooperación en tecnologías críticas, la OTAN va a aprobar un fondo de innovación de 1.000 millones de euros para nuevas empresas de tecnologías emergentes y disruptivas.
Asimismo, se va a establecer una nueva metodología de mapeo de emisiones, ya que está trabajando para incorporar el cambio climático a todas sus acciones, un asunto sobre el que se va a dar un gran paso adelante en Madrid.
Los aliados van a cerrar filas en torno a los socios más vulnerables como Georgia, Moldavia o Bosnia, para ayudarles a construir sus capacidades militares y a defender su independencia política.
Desde la anexión de Crimea por parte de Rusia, en 2014, la OTAN ha reforzado considerablemente su seguridad colectiva y su política de disuasión y defensa, de tal forma que en estos momentos hay más de 40.000 efectivos bajo el mando de la Alianza, una cifra que se ha duplicado en un periodo récord.