La nueva Italia está viva: Gnonto ya brilla
La Azzurra empató a uno con Alemania y dio por fin buenas sensaciones. Mancini revolucionó el equipo con seis estrenos.
Flick presentó en el Dall'Ara a un equipo sólido y competitivo, coherente con sus últimas actuaciones. Detrás de Werner actuaban Müller, Sané y Gnabry, que tuvo las mejores oportunidades para abrir la lata, pero con poca puntería. Los alemanes se quedaron con la pelota, pero Italia supo crear peligro con la frescura de sus nuevos. Frattesi, en el día de su estreno, demostró personalidad con un par de iniciativas y disparos desde lejos. Scamacca, por su parte, dio muy buenas señales en un papel, el del delantero centro, que es un problema muy serio para la Azzurra. El del Sassuolo estuvo a centímetros del 1-0 con un disparo desde la frontal, imparable para Neuer, que se topó con el poste.
Ahí llegó el único lunar de la noche azzurra: conceder enseguida el empate. Alemania reaccionó a su manera, con vehemencia, y en tres minutos puso las tablas gracias a un centro de Hofmann que rebotó en el área hasta que Kimmich batió a Donnarumma con un latigazo.
En los últimos 20 minutos el partido siguió igualado y Mancini, sin ningún miedo, regaló cuatro estrenos más: Dimarco, Pobega, Ricci y Cancellieri. Su nueva Italia aguantó, funcionó bien, e hizo pensar, aunque sea fácil decirlo ahora, que la revolución debió empezar tras la Eurocopa. Hay vida tras el desastre.