Fórmula 1: con Max Verstappen y Sergio Checo Pérez, Red Bull domina en pista, muro y campeonato
MadMax se impuso en el Gran Premio de Azerbaiyán y, con Checo como primer escolta, la escudería de Milton Keynes completó el tercer 1-2 del calendario y la quinta victoria en la temporada; el neerlandés lidera el Mundial, con 21 puntos de ventaja sobre su compañero mexicano
El trazado callejero de Bakú, la zona del castillo, el escenario ideal para un paseo de los pilotos de RBR. Los muros no fueron trampas y lo que se imaginó como una carrera indescifrable resultó una vuelta descansada, la más tranquila de la temporada. Verstappen firmó la quinta victoria del año y Checo Pérez se adueñó del bonus que ofrece macar la vuelta rápida de la carrera. Acostumbrados a los constantes estudios de datos para trazar un sinnúmero de estrategias, la ingeniera Hannah Schmitz quedó liberada de exponer su infinita capacidad para sorprender al resto con sus lecturas, como ocurrió dos semanas atrás en Mónaco, cuando lideró el festejo del mexicano. No hubo necesidad de enviar mensajes antipáticos, de invertir posiciones entre sus espadas: el prematuro desgaste de los neumáticos de Checo Pérez, que sorprendió al poleman Leclerc en los 300 metros que separan los semáforos de la primera curva, allanaron más tarde el éxito de MadMax.
La única sugerencia que se escuchó desde el pitwall fue un “no batalles” para Checo, cuando el campeón del mundo iniciaba el asalto para tomar la cabeza de la carrera. “La diferencia de ritmo era muy significativa”, detalló Horner, que recordaría en su mente el fallo de 2018, cuando el neerlandés y Daniel Ricciardo -por entonces compañeros en RBR- se engancharon en el giro 39. “La prioridad era maximizar los puntos contra Ferrari. Tienen un auto rápido y ya vimos cómo pueden cambiar las cosas, así que debíamos defender al equipo”, agregó el británico.
Para Checo Pérez los detalles siempre resultaron en contra en Bakú: por un error de comunicación perdió la posibilidad de ingresar a boxes con el Virtual Safety Car por el abandono de Sainz Jr. y luego la detención no fue aceitada: 5.7 segundos, una eternidad para la maquinaria de RBR. Cuando la carrera se reinició, Verstappen lo atacó tras aplicar el DRS y el mexicano no tuvo cómo defenderse: los neumáticos tampoco ayudaron para pulsear.
Los temores por aquella falta de fiabilidad que determinó una dobles deserción en el estreno en Bahréin y que se replicó en el auto de Verstappen en el regreso de la F.1 a Australia quedaron archivados. Desde el cuarto episodio, en Imola, todo es ganancia en Milton Keynes. El neerlandés es la guía entre los pilotos y los 150 puntos de la cosecha le posibilitan abrir una brecha de 21 unidades con Checo Pérez y de 34 con Leclerc, que desde el momento en que RBR recuperó la robustez pasó de liderar el Mundial a descolgarse hasta el tercer puesto.
“Tuvimos un ritmo increíble, recortamos tiempo y saltamos al liderato, pero también cuidamos los neumáticos”, comentó Verstappen, que festejó su triunfo N°25 en 148 carreras. Quedará sin respuesta la pregunta de si el campeón defensor hubiera superado a Leclerc si al monegasco no le explotaba el motor.
El fortalecimiento de RBR contrasta con el debilitamiento de Ferrari, que va comprimiendo las oportunidades de Leclerc en la pelea por el título. La Scuderia ilusionó en el inicio, pero aquello hoy asoma como un espejismo: el motor del monegasco explotó cuando la carrera no había llegado a la mitad del recorrido, una situación que también padeció en Montmeló. Las dos veces marchaba al frente del pelotón. “No sé qué pasó: perdí potencia, vi humo… Esto duele, duele mucho”, se lamentó. Los motores regresarán a la fábrica de Maranello y los ingenieros deberán hacer un diagnóstico veloz, porque el Gran Circo saltará a Canadá, un desplazamiento que complica la logística.
Futuras roturas perjudicarán al piloto del auto N°16, que deberá montar una unidad de potencia nueva para el Gran Premio de Canadá, aunque si debe cambiar el turbo sufrirá una penalización de 10 puestos en la grilla. Tampoco Sainz Jr. descubre argumentos positivos: tres abandonos lo certifican; en Azerbaiyán, problemas hidráulicos que complicaron los frenos. La debacle se calcula también en puntos: son 80 puntos en el Mundial de Constructores que quedaron en el camino. Ferrari es segunda de RBR, a 36 unidades.
También en la estrategia Ferrari se complica: lo demostró en Mónaco, donde le quitó otra oportunidad de victoria a Leclerc. Y aunque Binotto intenta desdramatizar, sus mensajes no empujan a la ilusión. “Nuestros objetivos eran ser competitivos en 2022, no ganar campeonatos. Ser competitivos es un hecho, ser campeones del mundo es otro nivel. Nuestra mentalidad interna es que todavía tenemos que mejorar como equipo para ser capaces de ganar un título. No significa que no vayamos a hacerlo, pero somos conscientes del hecho de que es más que ser competitivos”, dijo a la BBC, aunque el intento de quitar presión se puede en un boomerang para el futuro.
Red Bull Racing no solo tiene al campeón del mundo, también diseñó a la mejor pareja de pilotos de la actual grilla de la F.1 y tiene el respaldo de un auto fiable y un pitwall que no comete graves errores. En Milton Keynes hicieron el recorrido inverso de Ferrari y por eso superaron a la Scuderia en las últimas cinco citas de 2022.