Elecciones legislativas en Francia: la coalición de Emmanuel Macron perdió la mayoría absoluta
Las primeras proyecciones indican que la alianza oficialista ¡Juntos! obtendría entre 200 y 260 escaños, seguido del frente unido de izquierdas Nueva Unión Popular Ecológica y Sociales (150-200) y la extrema derecha Agrupación Nacional (60-100)
Los resultados significan que la alianza Juntos de Macron está muy por debajo de los 289 escaños necesarios para una mayoría general. La coalición de izquierda NUPES ganó 135 escaños y la Agrupación Nacional de extrema derecha 89 escaños, según un recuento de AFP basado en los resultados publicados por el ministerio.
Los resultados representan un revés para el jefe de Estado, reelegido el 24 de abril, que deberá tejer alianzas en el Parlamento para poder sacar adelante su programa de corte liberal.
Aunque la negociación es habitual en la mayoría de las democracias a falta de una mayoría absoluta en el Parlamento, la adopción de leyes puede volverse un quebradero de cabeza para el oficialismo.
Para alcanzar los 289 escaños, el partido Los Republicanos (derechas) y sus aliados UDI (45 a 80 escaños) podrían volverse claves para el mandatario centrista. Sus dirigentes ya avanzaron en los últimos días que harán una “oposición útil”.
La izquierda planteó los comicios como una “tercera vuelta” de las elecciones presidenciales, al considerar que los franceses votaron por Macron para impedir la llegada al poder de su rival ultraderechista Marine Le Pen, y no por sus ideas.
Aunque el mandatario pierde su mayoría absoluta, el primer frente de izquierdas en 25 años -izquierda radical, ecologistas, comunistas y socialistas- se queda lejos de su objetivo de ganar e imponer a Mélenchon como primer ministro.
El partido ultraderechista de Le Pen se dispone a convertirse en uno de los principales ganadores de los comicios, al poder lograr formar grupo parlamentario propio por primera vez desde 1986, ganando así peso.
La participación era clave en la segunda vuelta, pero, según las proyecciones, de nuevo más de la mitad de los 48,7 millones de franceses llamados a las urnas no acudieron a votar.
La votación cierra un ciclo de comicios crucial para el rumbo de Francia los próximos cinco años. La próxima cita electoral será las elecciones al Parlamento Europeo en 2024, dos años en que los partidos podrán asentar la recomposición en curso.
La irrupción del centrista Macron en 2017 sacudió el tablero político francés, que ahora se divide en tres bloques principales -izquierda radical, centro y extrema derecha-, dejando de un lado a los partidos tradicionales de gobierno.
Tras la debacle en la presidencial, el Partido Socialista (PS) decidió unirse al frente liderado por Mélenchon, pese al descontento de sus exlíderes, y Los Republicanos, debilitados, esperan ser claves para tejer mayorías con Macron.
En la recta final de la campaña, la alianza de Macron advirtió del caos que supondría tener que gobernar con mayoría simple y, sobre todo, del “peligro” que supondría la llegada del frente de izquierdas al poder.
A su regreso de un viaje a Ucrania, Emmanuel Macron abogó por una “Francia realmente europea”, tras acusar a sus adversarios de la Nupes de querer abandonar la Unión Europea (UE) -algo que niegan-, y reclamó una “mayoría sólida”.
Los franceses debían votar por el candidato de su circunscripción -577 en total-, en un sistema uninominal a dos vueltas. En la primera vuelta, un diputado de ¡Juntos! y 4 de la Nupes lograron ya sus escaños.
Para los miembros del gobierno francés que optan a un escaño, entre ellos la primera ministra Élisabeth Borne, los comicios representan un doble reto, porque deberán dimitir si pierden, según una regla no escrita.
Este es el caso de la secretaria de Estado para el Mar, Justine Benin, quien fue derrotada en la isla de Guadalupe. En los territorios de ultramar, que empezaron a votar el sábado, la izquierda obtuvo al menos ocho diputados.