El United, de incendio en incendio
A la delicada situación financiera del United, se suma el último capítulo de la salida de Rangnick, que fue despedido sin miramientos por Ten Hag.
Rangnick iba a desempeñar un cargo como asesor en el club a partir de este verano por un periodo de dos años pero su continuidad en el club se frustró tan pronto como Ten Hag llegó al banquillo. Fue entonces cuando se conoció que Rangnick se convertía en el seccionador de Austria.
Poco después de aquello, el United dejó sin funciones a Rangnick, que terminó su contrato de manera anticipada y se despidió del club donde había llegado solo seis meses antes. Seis meses muy condicionados por su mala relación con el vestuario, y sobre todo, por la crisis de resultados que terminaron sentenciándole.
La caída de ingresos, otro incendio
Sin embargo, la crisis del United se extiende más allá del terreno de juego, y a pesar de la fortaleza financiera del equipo inglés, en los últimos tres años ha sufrido una caída en sus ingresos. Por eso, la noticia de que este viernes iba a repartir 13 millones de euros en dividendos ha encendido otro incendio en la masa social de los Diablos Rojos.
El exfutbolista Gary Neville no ha perdido la oportunidad de pronunciarse y ha instado a los dueños del United a no aceptar el pago, y en su lugar: “Anunciar que no recibirían dividendos durante los próximos tres años para que invirtieran ese dinero en mejorar el equipo, el campo de entrenamiento en Carrington y Old Trafford”.
Así las cosas, desde 2012 hasta 2019, los ingresos del United crecieron de manera sostenida -excepto una ligera caída en 2015- hasta alcanzar el récord de 730 millones de euros en junio de 2019. Pero después se dio paso a la pandemia y con ella a las restricciones que lastraron las cuentas del United: en 2020 sus revenues se quedaron en 582 millones y en 2021, en 494 millones.
Pero además de la caída en la generación de ingresos, las obligaciones del club, como el pago los intereses de la deuda -que llega a los 330 millones de euros en la última década- y el reparto de dividendos - superior a los 140 millones en el mismo periodo- han desgastado la salud financiera del equipo mancuniano, al que le está costando levantar el vuelo.