El alcalde de Liverpool carga contra Francia por la final de la Champions

Steve Rotheram acusó a las autoridades francesas de utilizar a los hinchas del Liverpool como “chivos expiatorios” para ocultar la mala organización. La Policía de París habla de “fracaso”.

EFE
El alcalde de Liverpool, Steve Rotheram, criticó con dureza la versión de las autoridades francesas sobre los incidentes en torno a la final de la Liga de Campeones, que calificó de “falsa”, y se quejó de que hayan utilizado a los hinchas de su ciudad como “chivos expiatorios” para ocultar la mala organización.

Rotheram, que compareció por videoconferencia ante una comisión del Senado francés constituida para aclarar los hechos de la noche del 28 de mayo, fue particularmente severo con el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin. En un principio, el político galo había acachado la responsabilidad del caos a los 30.000 a 40.000 aficionados del Liverpool, que, según la versión de Darmanin, se presentaron al Estadio de Francia con billetes falsos.

“Darmanin ha intentado engañar no solo al público francés, sino a los medios de todo el mundo”, dijo. “Las autoridades francesas -añadió- han concebido una campaña para echar la culpa a otros y encontrar chivos expiatorios. Los aficionados del Liverpool son una excusa muy práctica para desviar la atención por la mala preparación”.

El político laborista británico contó que ha estado muchas veces en Francia para asistir a otros partidos de fútbol y “nunca” había visto “tal fracaso en el orden público y en la organización”. Cuestionó en primer lugar que hubiera de 30.000 a 40.000 aficionados del Liverpool con billetes falsos que intentaran acceder al estadio y que la presunta razón de esa falsificación masiva se debiera a que el club inglés había pedido esencialmente entradas de papel, mientras que el Real Madrid había solicitado billetes electrónicos, como es lo habitual en los partidos de la Liga de Campeones.

Para probarlo, se refirió al hecho de que también hubo una cantidad significativa de aficionados madridistas a los que se negó la entrada al Estadio de Francia (un tercio, según el Gobierno francés), pese a que llevaban billetes electrónicos. Por eso, su hipótesis reside en que hubo un problema con los escáneres que no leían correctamente los billetes. En todo caso, hizo notar que, si se sabía que había un riesgo potencial con los billetes de papel, los responsables de la organización lo tendrían que haber previsto de antemano.

“Una noche de sueño acabó en pesadilla”

El alcalde explicó que hubo miles de hinchas de su ciudad que se habían desplazado a París pese a no tener billetes porque “querían aprovechar el ambiente”, e hizo hincapié en que fueron muy bien recibidos: “Los parisinos fueron muy acogedores. Nos hicieron sentir como si estuviéramos en casa”.

Pero también que, por su propia experiencia personal la noche de la final, los problemas empezaron cuando se desplazaron desde París a la vecina Saint-Denis, donde se encuentra el Estadio de Francia: “Cuando salí del metro, constaté un cambio de ambiente. Y una noche de sueño se convirtió en una pesadilla”.

En concreto, las fuerzas del orden francesas obligaban a los aficionados a pasar por encima de unas barreras para poder acceder a la explanada del estadio, y, al saltarlas, al propio alcalde le robaron la cartera, los billetes y el teléfono móvil. “Pero eso no es gran cosa si se compara con los testimonios de otras personas que sufrieron robos más violentos”, indicó. Para el alcalde, el Gobierno francés ha utilizado “esta cuestión de los billetes para crear una falsa versión de los hechos”, “un medio para utilizar a los aficionados de Liverpool como chivos expiatorios”.

La Policía de París habla de “fracaso”

Horas antes de la declaración de Rotheram, había comparecido ante la comisión del Senado francés el Prefecto de Policía de París, Didier Lallement, máximo responsable del dispositivo de seguridad en la noche del partido Real Madrid-Liverpool, que reconoció un “fracaso”, y asumió la responsabilidad de las decisiones tomadas.

El prefecto de la Policía de París, Didier Lallement, ha admitido que la gestión de la celebración de la final de la Liga de Campeones de fútbol fue un “fracaso”, marcada por el caos en las inmediaciones del estadio, donde las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos.

El evento “fue a todas luces un fracaso”, en palabras de Llalement, que se ha disculpado con los seguidores españoles y británicos que se desplazaron a la capital gala por los momentos de inestabilidad vividos especialmente antes del inicio del partido.

El prefecto de la Policía de París, Didier Lallement, durante su comparecencia por los altercados durante la final de la Champions.
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El prefecto de la Policía de París, Didier Lallement, durante su comparecencia por los altercados durante la final de la Champions.ANNE-CHRISTINE POUJOULATGetty

Así, ha lamentado que hubiese personas “empujadas y agredidas” y que la imagen de Francia se haya visto dañada, pero también ha querido, si bien también ha defendido algunas de las prácticas más polémicas como el uso de gas lacrimógenos, durante una comparecencia en el Senado en la que ha dado explicaciones.

El jefe policial ha expresado su pesar porque estos gases afectasen a personas “de buena fe, especialmente familias”, pero al mismo tiempo ha asegurado que era la única forma de reducir la presión sobre los accesos al Estadio de Francia, sede del partido. Ha dicho que parecía “la única forma” de hacer retroceder a la multitud sin una carga directa.

También ha querido destacar que la labor de la Policía evitó “una tragedia” y el hecho de que finalmente se pudiese jugar el partido sin que hubiese daños personales graves en las inmediaciones. El prefecto ha respaldado las cifras de Interior y ha reiterado que podía haber en esta zona entre 30.000 y 40.000 personas.

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