Después de Boca, Racing nunca más fue el mismo
La derrota frente a Godoy Cruz demuestra que la herida no cerró. Bajaron los rendimientos, se perdió la confianza, se extraña a Hauche y apenas se ganaron cuatro partidos de los últimos 12.
La daga de la eliminación de la Copa de Liga aún es profunda. Aquel torneo conjugó diez victorias en serie con la Sudamericana, perfiló un estilo, motivó al público y recuperó jugadores. Gago le dio a Racing el protagonismo que en la segunda parte del 21 no tuvo y el juego que le había faltado en buena parte de los últimos tres años.
Desde que fue eliminado injustamente -pero eliminado al fin- en la cancha de Lanús y se quedó a un paso de la final, se desmoronó. Si con Aldosivi hubo un 5-0 en cuartos de final, con River de Uruguay y con Agropecuario se erraron todos los goles que se erran en un torneo, y no en dos partidos. Todo fue después de Boca, cuando llegaron derrotas insólitas, dos eliminaciones muy duras, se perdió el invicto del fútbol local, se lesionaron más jugadores que antes, se generó desconfianza, volvieron algunos malos humores, se señaló lo que no se señalaba y todo, absolutamente todo, quedó muy lejos.
Hay algo más que le pasó a Racing, y fue la lesión de Hauche. Un experto para tiempo de definiciones, clave para lograr el empate en el Monumental, para ganarle a Independiente y para transmitir lo que se necesita en partidos importantes. Hauche sabe lo que es salir campeón con la camiseta de Racing y hace rato que por su lesión en el escafoides la Academia no puede contar con él. Es una baja híper sensible, para muchos imperceptible, que influyó concretamente en la caída del nivel y del juego ofensivo. Sin Hauche, Racing jugó sus últimos 11 partidos, y sólo ganó cuatro. Con Newell's jugó con mucho dolor. No está mal decir entonces que ganó solo cuatro de 12, después de imponerse en diez seguidos.
La derrota en Mendoza no hace más que dejar en claro que todos los rendimientos que habían subido, bajaron considerablemente. Que aún no está digerido el cachetazo ante Agropecuario, cuando todavía no estaba digerido el cachetazo ante el River uruguayo, y menos la eliminación frente a Boca. Que está costando ver la idea que antes era más que evidente, que nadie está marcando la diferencia, que es difícil jugar sin Alcaraz. Que faltan garantías. Que Gago necesita un central, un extremo y un centrodelantero sí o sí. Que Cardona jugó bien contra Huracán y mal ayer, y que ya estamos en junio y su tiempo de adaptación es demasiado considerable como para ya exigirle, más que seriamente, que esté a la altura del valor de su contratación. Que se espera por Vecchio, que la salida de Nery Domínguez es una piña para el grupo y que no sería prudente caer en el negativismo, la hostilidad, el repudio y el boicot cuando hasta hace un mes, con los mismos actores, nadie resistía nada.
Racing debe seguir respetando su idea, reforzarse y recuperar, cuanto antes, la confianza, la unión y la alegría que despertaron una ilusión consistente y creíble.