Boca: del equipo que comenzó dirigiendo Sebastián Battaglia al de ahora, que lo representa y lo llevó a recibir elogios
¿Cuántos jugadores de los que hoy son la base del equipo estuvieron en aquel debut ante Patronato? Un viaje al recorrido en las decisiones del DT
Lo que suceda ante el equipo de Sarandí excede al verdadero sentido de la situación actual del Xeneize. De hecho, Battaglia elegiría un equipo plagado de suplentes porque el miércoles ya tiene que lidiar con un encuentro de eliminación directa: Ferro, en La Rioja, por los 16avos de final de la Copa Argentina. Como en esta oportunidad el campeonato local consta de 27 jornadas, el técnico sabe que el trayecto es largo y en estos días la prioridad tiene que ser avanzar a los octavos de final del certamen que lo tiene como campeón defensor por la final que supo ganarle en diciembre pasado a Talleres. No piensa en los ocho partidos sin perder, más allá de que confía en el Boca B para comenzar el camino con el pie derecho y estirar esa buena racha.
La cuestión, en realidad, pasa por haber superado la tormenta más fuerte, la que lo tuvo al borde del abismo en el cargo. Y con el mérito de conseguirlo con la simultaneidad entre un lavado de cara futbolístico muy profundo y, en consecuencia, resultados. Entonces, este semestre, el técnico lo comienza de una manera que hasta acá no había gozado: sabiendo muy bien quiénes son los once futbolistas en su estructura ideal y con qué dibujo táctico plasmar el protagonismo que pregona. Asumió en agosto del año pasado, pero recién nueve meses pudo encontrar todo aquello y a partir del décimo mes a cargo empezará a intentar consolidarlo.
Siempre tuvo en claro cuáles eran los guardianes. En aquel debut como entrenador del club frente a Patronato (1-0 con gol de Luis Vázquez, en una Bombonera todavía vacía por la pandemia) colocó en la parte defensiva a los mismos hombres en los que confía hoy en día: Agustín Rossi en el arco, con Luis Advíncula y Frank Fabra en los laterales y una zaga conformada por Carlos Izquierdoz y Marcos Rojo.
El gran problema lo tuvo desde la zona media hasta la delantera. Hoy se ve reflejado. Con respecto a aquel triunfo inicial ante los entrerrianos, todo cambió. El 4-3-3 mutó al 4-1-4-1: porque también encontró más orden defensivo y peligrosidad en ofensiva a raíz de la ubicación apenas retrasada de los extremos, que se convirtieron en volantes por afuera para formar una línea ancha de medio campistas, y un ‘5′ tapón que cuide las espaldas de los internos.
Así las cosas, después de tantas modificaciones producto del inconformismo, Alan Varela está siendo el volante central, puesto que había empezado siendo de Esteban Rolón; Guillermo “Pol” Fernández fue refuerzo en el verano y, no bien desembarcó, ocupó el sector interior derecho, en el que había empezado a jugar Cristian Medina. Otro que llegó fue Oscar Romero, adueñándose del volante interno izquierdo, lugar que supo ser durante largo tiempo de Juan Ramírez (quizás, el jugador “Nº12″ de su plantel).
Sobre los costados, Sebastián Villa puede adaptarse a jugar pegado a cualquiera de las dos líneas, dependiendo de si en la otra banda está Eduardo Salvio (más cómodo por la derecha) o Exequiel Zeballos (desequilibra mucho más por la izquierda): Cristian Pavón fue el ‘7′ en aquel principio, en tiempos en los que “Toto” estaba en plena recuperación por la rotura de ligamento cruzado, mientras que Norberto Briasco fue el extremo por izquierda aquella noche ante Patronato en un momento en el que el atacante colombiano no era tenido en cuenta por su decisión de no presentarse en el predio de Ezeiza por cuarenta días. Por último, la llegada -llena de jerarquía- de Darío Benedetto rompió toda posibilidad de que Vázquez aspirara a ser el ‘9′ titular.
No obstante, lo que vive hoy con su plantel, desde ya, Battaglia no pudo atravesarlo siquiera cuando fue campeón de la Copa Argentina, la primera instancia que lo mantuvo en el banco de suplentes. Desde aquella victoria ante los cordobeses, que valió el título, hasta el primer encuentro del 2022 frente a Colón (1-1) hubo algunos cambios entre las incorporaciones y la reflexión de que su equipo jugaba mal: aquel funcionamiento era tan cuestionado como el que ostentó hasta hace un tiempo.
En esos dos meses que transcurrieron entre un partido y otro, comenzó el fastidio de Agustín Almendra por perder el puesto con Pol, que terminaría explotando en marzo con la falta de respeto hacia el entrenador. La salida de Edwin Cardona (no compraron su pase) generó ganas de dejar de lado el juego con enganche. Y la mencionada: llegó Benedetto y fue la fija en el centro de la delantera.
“Nosotros sabemos a qué queremos jugar. A veces sale y nos pone contentos, pero cuando no, sabemos que siempre lo intentamos”, sentenció Sebastián Battaglia tras eliminar a Defensa y Justicia (2-0) y pasar a las semifinales de la Copa de la Liga que obtuvo recientemente. En este nuevo comienzo, también sabe con qué intérpretes hacerlo.