A Boca se lo ganaron en un final con lío picante
Le cobraron dos penales en contra, el segundo en el último minuto de descuento. Javi García contuvo el remate pero se adelantó y el árbitro hizo que Troyanski lo pateara de nuevo: 1-2 vs. Unión y adiós a la chance de ser líder.
OléLa novela final puso patas para arriba un partido que dos horas antes se jugaba con suplentes, para guardar futbolistas para la Copa. El penal en la agonía, la ejecución repetida, el festejo de Troyansky y las piñas posteriores fueron demasiado. Exagerado todo: el festejo del delantero de Unión que fue a mostrar la camiseta a la gente de Boca (¿?¿?) y la posterior reacción de los jugadores locales, yendo a prepotear cuando tampoco tenía sentido. En fin.
El partido empezó lindo y se fue diluyendo, en un lento deterioro que culminó en el papelón final. Una pena, porque empezó con mucha gente con ganas de jugar, de mostrarse, de mover la pelota, de intentar, porque los titulares de uno y otro, al menos varios de ellos, estaban en el banco. Por eso, las gambetas de Molinas, las ganas de Langoni, el hambre de Salvio de demostrarle al hombre del cumpleaños lo mal que hace en no pagarle lo que vale...
La diferencia fue que, a la frescura, Boca le puso más intensidad que Unión, por eso dominó el ping pong de entrada. Y convirtió a Moyano en figura cuando la noche todavía era joven. De entrada sacó un tiro de Molinas, pero al toque salvó dos seguidas: tapó un centro de Molinas que buscaba a Vázquez y un tiro cruzado de Salvio que el arquero salvó de milagro en la continuidad de la jugada. Le sacó otro tiro de Toto, que claramente jugó un partido aparte ante la gente pero sobre todo ante Román y el Consejo de Fútbol.
Pero Nardoni se animó a una gambeta, como antes se había animado Cañete, y encontró la pierna mal puesta de Campuzano para cometerle penal. Sin mucho mérito, Unión se puso en ventaja, y sin hacer demasiado Boca lo empató, también por un penal igual de tonto, esta vez de Esquivel sobre Medina. Antes, sin mucha explicación, el VAR pasó groseramente por alto un camisetazo a Figal en el área...
En el segundo tiempo se profundizó el dominio de Boca, pero fue más territorial, más de posesión, que una superioridad efectiva en la red. Quizá por eso, después de ver un largo letargo de control de pelota sin llegadas francas, fue que Battaglia decidió poner a Villa y Zeballos, los delanteros más picantes y también a Óscar Romero y a Pol. ¿Era necesario poner al colombiano, justo el día en el que se conoció otra denuncia por violencia de género? Como fuere, el entrenador pensó más en la necesidad de ganar para llegar a la punta que en las formas, pero ni siquiera con los titulares en la cancha Boca pudo edificar una diferencia en el juego primero ni en la red .
Más bien fue lo contrario, porque Unión salió del asedio a pura presión y sobre el final metió un par de contras picantes. La diferencia la hizo con polémica, aunque el penal de Izquierdoz fue adentro y García se adelantó en el primer intento de Troyanski. Así, Boca no pudo ganar y quedar primero. La pena máxima.