River: los cinco problemas que debe resolver para no colapsar en la Copa Libertadores

Como nunca antes, la eliminación de la Copa de la Liga ante Tigre expuso desajuste futbolísticos en los que Marcelo Gallardo debe meter mano

Y, más allá de que el presente es favorable como puntero del Grupo F a un solo punto de la clasificación a octavos de final, internamente el plantel y el cuerpo técnico saben y reconocen que deben pulir diversos puntos para dar pelea en las instancias decisivas. Cuando lleguen los famosos mata-mata contra los poderosos, hay que estar preparados. Y esa será la tarea de aquí en más.

¿Qué falló? ¿Qué faltó? ¿Por qué River no pudo dar la talla contra Tigre? Según pudo reconstruir LA NACION, hay causas diversas que se reconocen en una intimidad golpeada, pero el foco está puesto principalmente en los rendimientos individuales que merman el engranaje colectivo, en la concentración para afrontar el juego y en los errores no forzados que le han costado demasiado caro a lo largo de todo el semestre: en ocho de los 16 goles que le marcaron en el semestre hubo fallas muy puntuales y evitables. La idea de juego sigue indeleble, las formas no se van a modificar por un resultado y la búsqueda seguirá siendo la misma. Pero hay al menos cinco puntos cruciales que el Millonario tendrá que revisar para competir al máximo nivel.

Endeblez abajo

El primero es justamente la escasa solidez defensiva. No solo le hicieron 10 goles en ocho de los últimos 10 partidos del semestre, sino que Franco Armani se transformó en una de las figuras más cruciales del equipo y los rivales entendieron a la perfección cómo lastimarlo con mayor facilidad que en tiempos pasados tanto a la espalda de los laterales como de los centrales. Hoy River es un equipo más endeble, sin tanta seguridad y con marcados problemas de atención para retroceder y posicionarse a la hora de marcar. Sus adversarios, con planteos más o menos atrevidos, lo saben. Y lo aprovechan.

River vs Tigre. 11-05-22
River vs Tigre. 11-05-22LA NACION/Mauro Alfieri

Las individualidades

En segundo lugar, los niveles individuales están bajos y, aunque lo han rescatado en varias ocasiones, ya no son tan consistentes. El propio Armani tuvo falencias marcadas; tanto Paulo Díaz -quizás el más regular- como David Martínez -sin volver bien de la lesión de rodilla- repitieron errores; Herrera no pudo suplir la ausencia de Rojas; Enzo Pérez no logra alcanzar su mejor versión; Simón tuvo un bajón lógico por su corta edad; Barco y Pochettino aún no encastran como quiere el DT en el equipo; y hasta el propio Álvarez anteayer demostró que también puede tener malas noches. Sumado a eso, las respuestas de los suplentes tampoco han sido las más positivas.

River Plate. Paulo Díaz
River Plate. Paulo DíazRiver Plate

Sin rebeldía

Lo tercero es la evidente falta de reacción que mostró el equipo contra Tigre y que se ha repetido en el semestre. El plan de juego es claro: River busca ser dominante con la tenencia de pelota, potenciada con velocidad para construir, dinámica para romper cerrojos defensivos, presión alta para recuperar, líneas adelantadas para asfixiar y una movilidad constante que le permita llegar con presencia al área rival. Pero, cuando no pudo imponerse con sus armas y sus rivales lo neutralizaron, al equipo le faltó un plan alternativo. Soluciones ante la adversidad. Ni siquiera contó con la rebeldía característica de un plantel con una mentalidad competitiva abrumadora. Y frente al Matador le costó la eliminación.

River vs Tigre. 11-05-22
River vs Tigre. 11-05-22LA NACION/Mauro Alfieri

Goles que escasean

El cuarto punto es notorio: no tiene recambio en ataque. Álvarez, con sus vaivenes, ha sido la carta de mayor nivel con nueve goles y cuatro asistencias en 17 partidos; Matías Suárez convirtió cuatro tantos en 439 minutos repartidos en 11 juegos, pero no ha sido confiable desde lo físico por su rodilla derecha y la lesión muscular en el sóleo derecho que lo marginó del cruce con Tigre; y Braian Romero, con un nivel muy lejos del que mostró el semestre pasado, tiene un solo gol en 534′ en 14 encuentros. Sin el juvenil Flabian Londoño Bedoya por una fractura de clavícula, a River le faltó gol en el área. Y se notó. Ante la inminente salida de Álvarez a Manchester City en julio, ese será el principal puesto a cubrir y potenciar en el mercado de pases.

El desgaste físico

El último ítem no es para nada menos importante: el costo físico. River no pudo sostener su ritmo habitual en el tramo final del semestre. Y frente a Tigre se notó: el equipo tuvo otra marcha, salió dormido y no encontró nunca esa vertiginosidad avasallante que suele permitirle destrabar los partidos. Sumado a eso, frente a tanta exigencia en las prácticas y un calendario sin descanso, acumuló lesionados a lo largo de todas las semanas y perdió a Suárez y a Juanfer Quintero, dos piezas necesarias para potenciar la estructura desde el banco, por problemas musculares en la instancia más crucial.

Una decepción grande como el Monumental: River se despidió antes de lo esperado en la Copa de la Liga
Una decepción grande como el Monumental: River se despidió antes de lo esperado en la Copa de la Liga LA NACION/Mauro Alfieri

“Fuimos discontinuos e irregulares. No fue una primera etapa de año mala, tuvimos muy buenos partidos, algunos otros no tan buenos y algunos malos. Pero la búsqueda es siempre la misma: un funcionamiento que nos ofrezca más posibilidades de ganar que de perder. Queda la segunda parte del año, intentaremos ser más regulares. Siempre hay cosas para mejorar y nosotros tenemos que verlas para tener expectativas de poder alcanzar una etapa de definición. Para eso vamos a tener que corregir algunas situaciones que nos han hecho mucho daño. Hay que agarrar lo bueno y potenciarlo y lo malo mejorarlo y tratar de no otorgar esas posibilidades a los rivales para darle vida en los partidos. Esos son los aspectos que tenemos que mejorar y no esconder”, declaró el Muñeco

Así, por fuera de los compromisos frente a Colo-Colo y Alianza Lima de las próximas semanas que definirán su suerte en la Copa Libertadores, River tiene mucho trabajo por delante. La ventaja es que tiene una base sólida de trabajo y una línea futbolística que no se altera y que le permitirá, con retoques precisos y puntuales, poder ser un equipo más seguro. Y tendrá un partido crucial: el próximo mercado de pases que abrirá el 23 de mayo y cerrará el 7 de julio para el fútbol argentino y el 8 de agosto para los que están en el exterior. Porque más allá de que invirtió 10 millones de dólares para sumar siete jugadores en el último mercado, necesita reforzarse: atento a la posible salida de Enzo Fernández o Nicolás De La Cruz, sumar un volante de contención y al menos dos delanteros son prioridades. Y Gallardo lo sabe.

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