River gana hasta cuando deja demasiadas dudas: con un banco de pruebas y un penal controvertido
Derrotó a Platense por 2-1 en el Monumental, con goles de Paradela y Julián Álvarez; Tigre, su rival en cuartos de final
Tras una serie de cuatro partidos consecutivos con el equipo titular, que además incluyó viajes a Santiago de Chile, Junín y Fortaleza, el Muñeco dispuso once cambios. Lógico: su equipo ya tenía asegurado el segundo lugar de la Zona 1 de la Copa de la Liga, conocía a su rival (Tigre) y era el momento justo para darle descanso a los habituales titulares de cara al cierre del semestre. Así, además de hacer debutar en el club al arquero Ezequiel Centurión -a los 24 años-, también regresó a la conocida línea de tres defensores que no utilizaba desde agosto de 2021 en la caída 3-0 con Atlético Mineiro en Brasil por los cuartos de final de la pasada Libertadores: dispuso un 3-3-3-1 con Emanuel Mammana, Leandro González Pirez y Javier Pinola de centrales y Santiago Simón y Elías Gómez de carrileros.
El inicio del partido fue frenético con un River que desde el primer minuto comenzó a dominar a Platense y a los 10′ abrió el marcador con una buena jugada colectiva que se ensució en el área y terminó con un fortísimo derechazo de José Paradela. Pero, cuando el juego parecía encaminarse a su favor, una insólita descoordinación defensiva en una salida desde el fondo con un mal pase atrás de González Pirez que confundió al arquero Centurión y a Mammana y que derivó en el 1-1 de Brian Mansilla tan solo tres minutos después.
Lo mejor del encuentro
La acción del empate fue un fiel reflejo de las dos facetas de River anoche: un equipo lúcido para construir acciones defensivas y un equipo desordenado e impreciso para retroceder y salir desde el fondo. Quizás, los desacoples pueden ser lógicos en una alineación improvisada, sin continuidad y con un esquema diferente. Pero, al mismo tiempo, hubo muchos errores individuales evitables. En ese contexto, el Calamar lastimó más por esos marcados déficits que por virtudes propias en un discreto partido en Núñez.
Pese a eso, las acciones más claras del partido las tuvo el Millonario. En un lapso de 15 minutos contó con tres ocasiones concretas para convertir con remates de sus mediocampistas: Ferreira y Paradela probaron desde la medialuna y Palavecino dentro del área, pero todos se encontraron con las respuestas del arquero Jorge De Olivera. El uso del disparo de media distancia fue una de las armas más interesantes que tuvo el conjunto millonario.
Para Gallardo, por fuera del resultado final, el encuentro sirvió para evaluar futbolistas. Y esta vez hubo puntos a rescatar: Paradela y Palavecino jugaron un buen partido y Ferreira mostró chispazos interesantes y un buen manejo de la pelota parada. En tanto, de mitad de cancha hacia atrás, salvo alguna proyección interesante de Gómez, fue una noche con pocas luces. Por eso, el DT decidió patear el tablero para la segunda mitad: cambió el esquema a un 4-2-3-1 con Mammana de lateral, Simón de volante y Palavecino más cerca de Zuculini. Y River se ordenó mejor.
Más concentrado y conectado, en la segunda parte ya no sufrió tantos problemas en el fondo y sostuvo su vocación ofensiva, pero le costó encontrar los caminos en un juego muy chato y le faltó precisión en la puntada final y puntería en el área, al punto tal que Paradela se perdió un gol increíble debajo del arco tras un remate de Mammana. }
Para el tramo final del juego, el DT dispuso los ingresos de Tomás Pochettino, Esequiel Barco y Julián Álvarez, consiguió más profundidad y destrabó el juego con una polémica acción: el árbitro Patricio Loustau sancionó un penal por falta de Ignacio Schor sobre Elías Gómez, aunque no pareció haber contacto directo sobre el lateral millonario. Álvarez lo cambió por gol y River se aferró a la victoria hasta el pitazo final.
El Millonario cerró su participación en la Zona A con un triunfo en casa y, a partir de ahora, el calendario ya no tendrá más descanso posible: el miércoles ya deberá jugar con Tigre por los cuartos de final. Con la confianza en alza, ya no hay freno posible. Y la noche del domingo fue un espaldarazo anímico importante para afrontar con determinación lo que viene.