Racing tiene la clasificación en el bolsillo porque reaccionó con juego y con carácter en un partido con aroma de final
En Avellaneda, y jugando casi una hora con diez por la expulsión de Chila Gómez, derrotó por 1-0 a Melgar y quedó primero en su zona
A todo esa previa se le sumaron más adversidades: los goles errados en el inicio y la expulsión del arquero Gastón Gómez en el primer tiempo. Pero este equipo de Fernando Gago parece tener una identidad que lo ayuda a superarse. Consiguió un triunfo importantísimo que lo deja a tan sólo un empate ante River de Uruguay, el jueves próximo, de asegurarse uno de los dos objetivos que se puso para este semestre: seguir adelante en la Sudamericana.
Cuatro días después de perder una semifinal ante Boca por penales, Racing volvió a salir a jugar un partido decisivo en el que sólo le servía la victoria. Ante Melgar, en el duelo que definía por adelantado quién se queda con el primer puesto del Grupo B, jugó un verdadero partidazo desde el arranque. Apenas habían pasado 12 minutos y la Academia ya había tenido dos situaciones muy claras de gol,ambas en los pies de Tomás Chancalay, que resolvió mal.
Desde la presión y la posesión el local dominaba el partido. Pero a medida que el reloj corría y esa superioridad no se traducía en el resultado empezaban a crecer los temores que se sembraron en la eliminación ante Boca, aquello de no aprovechar los momentos. Un escalofrío recorrió la espalda de los hinchas de Racing a los 36 minutos de partido. Edwin Cardona, que atravesaba una noche activa, entregó corta una pelota en salida y obligó a que Gastón Gómez saliera a cortar lejos de su arco. Bernardo Cuesta lo anticipó y el arquero la tocó con la mano fuera del área. Después de mostrar en primera instancia la amarilla, el árbitro paraguayo Derlis López le sacó la tarjeta roja.
Fernando Gago decidió que quien debía salir para que ingresara Matías Tagliamonte era Cardona, quien se fue masticando bronca. Lo del colombiano que llegó a principio de año a cambio de 3,3 millones de dólares por la mitad del pase es el único asterisco que ha tenido el semestre académico. Hasta aquí, Cardona había jugado sólo seis partidos como titular en el semestre. Fueron cuatro empates (Gimnasia, Defensa y Justicia, Banfield y San Lorenzo), una derrota (ante Melgar, en Perú) y dos victorias (ante Argentinos Juniors, cuando tuvo que ser reemplazado en el entretiempo por una molestia muscular, y ante Talleres, cuando pidió el cambio a los 24 tras resentirse de la lesión).
En los cinco partidos que le tocó ingresar durante la segunda mitad tampoco había tenido mucha incidencia en el juego: de penal, marcó el gol del triunfo ante Platense, y también convirtió en la serie ante Boca, cuando entró en la última jugada del partido. En el anterior partido como local, la goleada por 5 a 0 ante Aldosivi, tuvo una buena participación y los hinchas lo aplaudieron, como para cerrar el capítulo de los silbidos ante Banfield, cuando salió de la cancha caminando con el equipo en desventaja. Anoche le tocó dejar el campo en un clima enrarecido.
Y cinco minutos después de ese cambio llegó el gol de Chancalay: un zurdazo bajo, tras una diagonal desde la derecha hacia la izquierda. Estalló el Cilindro, que pareció sacarse los nervios, el nudo en la garganta que arrastraba desde el sábado y que parecía aún más apretado después de la roja a Gómez. Cuando daba la sensación de que el partido se le iba a hacer cuesta arriba por el hombre menos, la Academia logró ponerse en ventaja. Aunque suele ser un equipo con la rareza de que en ventaja tiene aún más porcentaje del balón, el jugar con diez hombres lo llevó a replegarse. Gago eligió reemplazar a Chancalay con Gonzalo Piovi, otra pieza para bloquear los caminos al arco de Tagliamonte.
A partir de ahí, Racing se dedicó a cuidar los tres puntos que lo dejan en la cima del grupo del Grupo B. Y, con un hombre menos, el equipo tuvo un aliado importante para cuidar la ventaja. Si mucho del mérito de lo que hizo el cuadro de Fernando Gago se traduce en el buen vínculo que hay entre los hinchas y los futbolistas, anoche se escribió un capítulo más, como había ocurrido con los aplausos del sábado pese a la eliminación. En los últimos 13 partidos que la Academia jugó de local, ganó 10 y empató 3. Construyó una verdadera fortaleza en el Cilindro. Cada cita se parece disfrutar desde adentro y desde afuera. El festejo del final fue la mejor expresión..