Racing sueña con la Copa de la Liga: un 5-0 demoledor, aplausos para todos y el mejor partido del año
El equipo de Gago aplastó a Aldosivi en el Cilindro en una noche en la que le salió todo a la perfección.
Justo cuando comienzan las instancias decisivas la Academia jugó quizá su mejor partido del año. Y estiró a 11 su racha de partidos sin caídas como local. Es que construyó en su casa una verdadera fortaleza. Y eso se debe a la muy buena conexión que cimentó este equipo con su público después de un inicio complicado de 2022. Aquellos silbidos iniciales en el empate 0 a 0 ante Gimnasia mutaron en celebraciones cada vez que un jugador recupera la pelota delante de mitad de cancha, uno de los sellos de este equipo. No sólo fueron los resultados: también el juego y la actitud.
“Tengo claro que con trabajo y con dedicación las cosas van a funcionar. Tengo el deseo de que este sea un equipo ganador, que tenga impronta de juego, que domine”, había dicho Gago en octubre al asumir, cuando el club vivía un clima convulsionado y algunos futbolistas parecían tener su ciclo cumplido en el club. “Hay intérpretes para jugar al fútbol que a mi me gusta”, contestaba el técnico. Sonaba utópico. Aún con algunas duras derrotas a cuestas, ya cumplió ese objetivo inicial. Ahora va por más: está a dos partidos de un título.
Lo mejor del encuentro
Dos minutos le alcanzaron a Racing para que se evaporaran los nervios del Cilindro de Avellaneda. Una palomita de Carlos Alcaraz puso en ventaja a la Academia, que ya se empezaba a sacar de encima la responsabilidad de tener que afrontar un partido eliminatorio.
Cuando Aldosivi asomó por el túnel del Presidente Perón la localía se hizo sentir. Los futbolistas del Tiburón se unieron en una ronda en la que se juramentaron aprovechar la chance de dar un gran golpe. Pero ese partido que imaginaron los marplatenses duró solo un minuto, que tuvo un mano a mano por lado (Matías Rojas erró en el área chica visitante, Gastón Gómez le ganó un mano a mano al colombiano Edwin Mosquera).
La ventaja le dio tranquilidad a los de Fernando Gago que jugaron un gran partido. Las diferencias se conocían por lo hecho en las 14 fechas de la fase regular. Además de ser el equipo con más puntos, la Academia se había distinguido como el segundo equipo con más pases intentados y el de más efectividad en esos toques. Más allá de haber conseguido el cuarto puesto, los números de Aldosivi no eran tan notorios. No sólo porque llevaba tres derrotas seguidas. En Avellaneda se enfrentaban el tercer equipo con más remates al arco en lo que va de la Copa de la Liga contra el que menos lo intentó. Esas distancias quedaron expuestas.
El partido tenía una lupa puesta en cada banco de suplentes por lo que significan Martín Palermo y Fernando Gago para el último cuarto de siglo del fútbol argentino. Se abrazaron antes del inicio del juego y una vez que Yael Falcón Pérez pitó el final. En el duelo de entrenadores también la pulseada se la llevó el DT de Racing. Aldosivi fue el equipo que le dio la chance de estrenarse como técnico, aunque su aventura marplatense no fue la esperada: siete victorias, tres empates y 16 derrotas (las últimas seis consecutivas). Lo reemplazó Palermo, ex compañero en Boca, quien recuperó al Tiburón y le devolvió el espíritu competitivo.
Ante su ex equipo Gago sorprendió al darle la chance desde el inicio a Matías Rojas. El zurdo jugó un buen partido y en su pie izquierdo estuvo la llave del partido, con ese centro preciso a Alcaraz. El técnico académico transita esos momentos donde la moneda parece caerle siempre del lado correcto. Palermo, en tanto, varió el esquema habitual: dejó sentado a Santiago Silva en el banco y agregó un mediocampista. Aldosivi perdió piernas para la presión ofensiva (Martín Cauteruccio estuvo muy estático) y tampoco estuvo lúcido en el retroceso. Quedó claro en el segundo gol de Racing, cuando Alcaraz y Rojas aparecieron los dos solos dentro del área para definir.
En el entretiempo el exgoleador apostó por cambiar los extremos: sacó a Mosquera y Braian Martínez para hacerle lugar a Matías Pisano y Javier Iritier. En el saque del medio, Nicolás Valentini le cometió un penal infantil a Enzo Copetti, que el delantero cambió por gol. Todavía quedaba un tiempo completo, pero el partido ya estaba definido. Pero Racing estaba insaciable. Y sus goleadores también: Copetti marcó su segundo tanto y Javier Correa también se dio el gusto de convertir. Fue una noche redonda como el Cilindro.