NBA / "Los Mavs están a un buen pívot de ganar el anillo"
Muchos directivos y entrenadores de la NBA ven al equipo de Doncic favorito si aciertan con el fichaje de un pívot, aunque parece que no será Gobert.
Todas esas dudas se han resuelto de forma favorable para los intereses de Dallas. Kidd se ha destapado como un entrenador magnífico que ha sabido sacar el mayor rendimiento posible al equipo. Porzingis ya es historia y su traspaso, discutido en febrero por lo que llegó a cambio, ha estado lejos de ser un fracaso: Dinwiddie ha aportado mucho más de lo que se esperaba a estas alturas de él. El resto de compañeros han dado, en gran parte, un paso adelante. Y el equipo ha alcanzado una finales de conferencia que ni los más optimistas podrían haberse imaginado. Y, por supuesto, Doncic se confirma como una megaestrella de la Liga, incluido por tercera vez consecutiva en el mejor quinteto del año y completando unos playoffs en números históricos, a la altura de nombres como los de Michael Jordan o Wilt Chamberlain.
Pero todo este resumen no puede hacer que los Mavs se instalen en la autocomplacencia, porque con todo el mérito que ha tenido esta temporada es probable que sin ciertas mejoras repetir resultado, no digamos ya mejorarlo, sea muy difícil. Es de esperar que el año que viene la Conferencia Oeste sea más dura, con equipos como Clippers, Nuggets o Lakers dando un paso adelante respecto a este curso. Además, la preparación física de los Mavs en general y de Doncic en particular ha de mejorar, como bien indicó el propio Kidd nada más quedar eliminados. Uno de los aspectos más evidentes que les ha impedido ser más competitivos contra el equipo de la Bahía ha sido el físico. Había jugadores que parecían literalmente asfixiados.
Un pívot sí, pero no Gobert
Otra tecla que tendrán que tocar es la de los fichajes. Porque más allá del excelente rendimiento que han dado varios de los actuales jugadores, también han quedado de manifiesto algunas carencias que tiene la actual plantilla. La más evidente de todas, el puesto de pívot. Entre Maxi Kleber y Dwight Powell han aportado 11,9 puntos, 7,2 rebotes y 1,1 tapones de media a lo largo de los 18 partidos que han jugado los Mavs estos playoffs. Números que han pasado a 7 tantos, 6,8 rechaces y 1,2 tapones en los 5 encuentros antes los Warriors. Entre dos jugadores han hecho menos de lo que haría un solo pívot de verdadero nivel. En la Liga lo tienen claro. Si Dallas acierta con un fichaje para ese puesto, pasan a ser automáticamente favoritos: "Están a un jugador de distancia", le comentaba al periodista de ESPN, Tim MacMahon, un directivo de la Conferencia Este. MacMahon ponía el ejemplo de Tyson Chandler en 2011, pieza clave en el anillo de Dallas, como ejemplo de lo que deberían buscar. Un interior que explote el juego de pick-and-roll con Doncic y que sea un reboteador y protector del aro de primer nivel.
El nombre que viene inmediatamente a la cabeza es el de Rudy Gobert. Y no sólo porque cumpla todos esos preceptos, sino porque su nombre ya ha sonado como futurible para Dallas. Pero a pesar de que sus días parecen contados en unos Jazz que apuntan a reconstrucción, el francés puede no ser la pieza en la que se estén centrando los Mavs. Al menos eso es lo que asegura el periodista Mark Stein, que según sus fuentes cree que la llegada de Gobert a Texas es "improbable". Otros posibles objetivos de un perfil similar podrían ser Myles Turner (parecía que iba a salir de Indiana en febrero, aunque desde entonces los rumores han cesado), Deandre Ayton (su aportación en Phoenix está por debajo de lo esperado, hay dudas sobre su renovación y también parece que hay problemas dentro del vestuario) o Mitchell Robinson (no ha dado el salto de calidad que se esperaba en los Knicks y el equipo dela Gran Manzana podría ser de los que más dispuestos están a aceptar un traspaso).
LaVine puede ser la sorpresa
Aunque el tema del pívot parece primordial, en las últimas horas se está hablando de un objetivo bien distinto por parte de los Dallas Mavericks. Se trata de Zach LaVine, escolta estrella de los Chicago Bulls. En los despachos de la franquicia texana estarían convencidos de que necesitan otro jugador de nivel all star para atacar con garantías el asalto al anillo, pero que ese jugador no tiene por qué ser precisamente un pívot, sino un exterior. LaVine es agente libre este verano y, aunque los Bulls están convencidos de que podrán retenerle, no tienen tan claro lo de ofrecerle el máximo contrato posible. En caso de que se lo dieran, la diferencia para el escolta sería de 5 años y 213 millones en Chicago a 4 años y 157 millones en otro equipo. Pero si su actual franquicia no le da ese máximo LaVine podría empezar a escuchar otras ofertas.
Desde Estados Unidos aseguran que el jugador tiene la intención de no cerrarse puertas en la próxima agencia libre. Candidatos no le van a faltar. Ya han surgido nombres como los de Portland Trail Blazers, Atlanta Hawks o San Antonio Spurs, todos ellos con el espacio salarial o las piezas adecuadas en un posible sing-and-trade para hacerle sitio en su plantilla. También se ha hablado de Los Angeles Lakers. LaVine jugó en la universidad de UCLA y su padre creció en San Bernardino, California. Su relación con el estado de los Lakers es potente y el propio jugador aseguro hace poco que se consideraba "un gran aficionado" de la franquicia angelina.
En resumen, que si los Mavs quieren a LaVine van a tener que pelear mucho. Pero tanto su fichaje, como el de un pívot o el de quien quiera que acabe llegando será más fácil que hace un año. Porque los jugadores, a diferencia del verano de 2021, pueden ver ahora en Dallas un proyecto serio, competitivo, que ha estado a punto de alcanzar las Finales de la NBA y que tiene serias opciones de pelear por el anillo bajo el reinado de Luka Doncic, uno de los mejores jugadores de la competición.