La trágica historia de Chocolatín Castillo, el talento boliviano que dejó un buen recuerdo en River y se suicidó por depresión
El histórico jugador de la Verde, que pasó por el Millonario a principios de los ´90 y por varios clubes del fútbol argentino, no soportó el dolor ante la muerte de su hijo y decidió quitarse la vida en 1997.
La historia de Ramiro Castillo está marcada por la tragedia, pero también por la gloria futbolera. Chocolatín, apodado así por su color de piel, fue uno de los mayores talentos de Bolivia y un jugador que dejó un grato recuerdo en River y en varios clubes del campeonato argentino. Más allá de las satisfacciones que le dio la pelota, una profunda depresión le arrebató la vida cuando apenas tenía 31 años.
En la temporada 1990-91, después de haber pasado por Instituto y Argentinos Juniors, Chocolatín se cruzó la banda roja del Millonario, fue dirigido por Daniel Passarella y hasta se dio el lujo de ser tapa de la revista El Gráfico. Luego de diez encuentros y una conquista en el clásico frente a San Lorenzo, siguió su carrera en Rosario Central.
También pasó por The Strongest, Platense, Everton de Chile y Bolívar, el último club que lo tuvo entre sus filas. En el medio de ese largo recorrido, dijo presente en el Mundial de Estados Unidos 1994, también en la Copa América 1993 y fue subcampeón en la edición 1997.
Justamente en el calentamiento previo a aquella final con la Verdeamarela, recibió la peor de las noticias: su hijo Juan Manuel, de siete años, había sido hospitalizado de urgencia por una hepatitis fulminante. Murió dos días después y Castillo se hundió en una profunda depresión.
Pasó más de tres meses aislado, intentando asimilar la pérdida de su pequeño, pero no pudo soportar tanto dolor y un día su cuerpo y su cabeza dijeron basta. En la mañana del sábado 18 de octubre de 1997, fue hallado ahorcado con una corbata en su casa de Achumani, al sur de La Paz.
La tragedia sacudió a todos los equipos que disfrutaron de su fútbol. Desde River hasta la selección de Bolivia. A raíz de su pérdida, los jugadores de Bolívar y The Strongest decidieron no disputar el clásico aquel fin de semana y el gobierno de su país decretó duelo nacional por 30 días.