La increíble salvación de la Salernitana es realidad

Los campanos lograron evitar el descenso a pesar del 0-4 sufrido con el Udinese gracias al empate del Cagliari, que desciende. La historia de su inolvidable temporada.

Mirko Calemme

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Lo que ha vivido la Salernitana en este curso es para escribir un libro. Los campanos lograron esta noche la primera salvación en la Serie A de su historia en su tercera participación, acabando un curso absurdo de manera loca. El club pertenecía a Claudio Lotito, dueño también de la Lazio, que tuvo tiempo hasta el 31 de diciembre de 2021 para venderlo ya que las normas impiden poseer dos conjuntos en la misma categoría (y, dentro de dos años, estará prohibido del todo).

A un minuto de que acabara el plazo apareció el correo que cambió la historia, el de Danilo Iervolino. El empresario napolitano se hizo con el control del club por 10 millones y puso las riendas del proyecto en las manos de Walter Sabatini, exdirector deportivo, entre otros, de la Roma. El veterano directivo revolucionó la plantilla en el mercado de invierno y eligió a Davide Nicola, experto en milagros deportivos, para el banquillo.

El conjunto en el que milita también Ribéry creció poco a poco, sumando cuatro victorias y tres empates en las siete jornadas antes de la última, y fallando con Perotti el posible penalti de la salvación ante el Empoli. Hoy recibían al Udinese con la obligación de ganar para dejar atrás al Cagliari, que visitaba al Venecia ya descendido.

Los friulani, a pesar de no tener objetivos, destrozaron a los granata en su estadio, marcando cuatro goles (con Deulofeu, este año imparable, Nestorovski, Udogie y Pereyra) y dejándoles casi sin esperanzas. En Venecia, no obstante, tuvo lugar otra sorpresa.

El Cagliari acabó el partido sin conseguir el gol que habría evitado su descenso, y el 0-0 desató la fiesta del estadio Arechi y de toda Salerno, que vivió así la noche más importante de su historia deportiva.

Davide Nicola lo volvió a hacer. En la temporada 2016/17 cogió las riendas de un Crotone desesperado y evitó su descenso, cumpliendo la promesa que hizo en caso de conseguir la hazaña: viajar en bici desde la ciudad sureña hasta Turín, 1300 kilómetros en nueve días. Esta vez dijo que iría andando desde Salerno hasta el Vaticano para conocer al Papa. Francisco le espera.