Glasner al que los remates de cabeza salvaron la vida

Al entrenador del Eintracht se le diagnosticó un coágulo de sangre en el cerebro que provocó una operación de urgencia que le salvó la vida. Fue en agosto de 2011.

José Carlos Menzel
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El 18 de mayo ya es una fecha histórica en Frankfurt, pero existe otra quizá más significativa para Oliver Glasner, entrenador que colocó el segundo paragüero en las vitrinas del Eintracht. Se trata del 4 de agosto de 2011, día en el que los cirujanos de una clínica en Copenhague salvaron la vida al ex jugador del SV Ried. El austríaco sintió dolor al rematar de cabeza en la sesión previa al encuentro de play-off de la antigua UEFA ante el Brøndby danés y se le terminó diagnosticando un coágulo de sangre en el cerebro que provocó una operación de urgencia que le salvó la vida.

El propio Glasner llegó a admitir que dichos remates de cabeza quizá le llegaron a salvar la vida, ya que sin ellos no se hubiera detectado la hemorragia a tiempo. Supuso el final de la carrera para el jugador de 36 años que, siguiendo los consejos de su esposa Bettina, se sacó el título de entrenador y terminó recalando en el Red Bull Salzburgo, donde ejerció de segundo de Roger Schmidt (nuevo entrenador del Benfica) y se empapó de la filosofía de los clubes dirigidos por el gigante de las bebidas energéticas. Hasta hoy, sus equipos llevan el sello de la Red Bull.

Tras pasar por los banquillos del Ried y del LASK, Glasner dio el salto a una Bundesliga en la que hizo del Wolfsburgo un equipo de Champions en su segunda temporada como técnico de los verdiblancos. Muy a pesar de ello, el siempre pausado y educado míster se decantó por dar el paso a un Eintracht al que sedujo su propuesta basada en presión tras pérdida, juego directo y transiciones rápidas. Tras un comienzo de temporada complicado (el Eintracht cayó eliminado de la Pokal ante un tercera), Glasner sentó las bases de un proyecto que devolvió a las águilas a la cima del continente 42 años después.

Hasta el propio técnico no daba crédito. "Increíble", dijo tras coronarse en la capital hispalense. "13 partidos en Europa y no hemos perdido ninguno. No sé qué decir. Siempre volvemos. Fue una experiencia increíblemente intensa. Todo el mundo exprimió todo una vez más. Ahora lo celebraremos durante unos días". El título y, también, el pase a Champions. Esta vez sí que no se la pierde aquel ex líbero al que los remates de cabeza llegaron a salvar la vida.

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