Fórmula 1: Mercedes, el múltiple campeón que parece navegar en la niebla
Los ensayos en el modelo W13 no arrojan resultados, mientras que las estrategias y los infortunios de los grandes premios profundizan el desconcierto de los pilotos, en particular de Lewis Hamilton
La luz que asomó en la segunda tanda de entrenamientos del viernes, cuando Russell quedó al frente del clasificador y Hamilton con el cuarto mejor tiempo, se apagó al día siguiente y jamás regresó. El auto se insinuó rápido, pero los ingenieros igualmente ensayaron cambios: no resultaron y cuando desearon retornar al punto anterior, como si se tratara de magia, había desaparecido.
El piso del auto es un elemento apuntado: demasiado flexible, el porpoising obliga a ejecutar una configuración que desarticula el análisis de los ingenieros. El efecto marsopa fue reducido y el ritmo resultó bueno cuando las Flechas de Plata insinuaron renacer; las modificaciones aumentaron el rebote y decreció el ritmo y cuando se pretendió copiar la puesta a punto de la mejor sesión de prácticas chocaron con que el porpoising disminuyó, aunque el ritmo se desvaneció.
Las herramientas que los equipos utilizan para las simulaciones no son perfectas para el nuevo reglamento, por la complejidad aerodinámica de los autos de 2022. De pontones recortados y con un área de piso superior mucho más expuesta en la parte trasera que cualquier otro auto del resto del parque, Mercedes busca soluciones en la oscuridad. “Tenemos a los ingenieros más brillantes trabajando para tratar de entender el problema, y todavía no tenemos una respuesta de por qué”, resaltó Russell, que en Miami escaló desde el puesto 12° al 5° y superó a Hamilton en la pista.
El ingreso del Auto de Seguridad, por el accidente que protagonizaron Pierre Gasly (Alpha Tauri) y Lando Norris (McLaren), favoreció la estrategia que trazaron con el joven talento y perjudicó a Hamilton, que tuvo un intercambio con su ingeniero Peter Bonnington en el giro 43. “Te recomiendo que sigas en la pista”, avisó Bono; “Voy a perder la posición con Russell, claramente”, respondió el séptuple campeón; “Sí, por supuesto”, la frase del ingeniero que cerró el diálogo.
“Cuando estás en la pista no tienes toda la información, no sabes dónde está todo el mundo. Así que cuando te dan la responsabilidad de tomar una decisión parece que estás apostando y eso no me gusta. Dije que tomarán la decisión: en cualquier caso, tuvimos mala suerte”, comentó más sereno Hamilton. “El Auto de Seguridad ingresó en una situación que no era favorable para Lewis y sí para George, que tenía una ventana: nadie detrás suyo cambió a neumáticos medios prácticamente nuevos cuando lo llamamos al box”, contestó Toto Wolff, que explicó las razones que generaron las diferencias.
Para el jefe de la escudería y el hombre que en 2014 provocó el encadenamiento de títulos de Pilotos y de Constructores para Mercedes, la temporada es una pesadilla y entiende que la carrera en Barcelona, del 20 al 22 de mayo, puede marcar el futuro del calendario para las Flechas de Plata. “Debemos darles a todos nuestros ingenieros de Brackley y de Brixworth el beneficio de la duda, porque en el pasado produjeron grandes autos. Me fastidia que siempre digan lo mismo sobre recopilar datos y hacer ensayos, pero es física y no mística. Antes de tomar la decisión de cambiar a otro concepto debemos entender en qué fallamos y cuáles son las debilidades y los puntos fuertes del actual modelo que trabajamos. Y esa respuesta la estaría pidiendo después de Barcelona, porque esa es la correlación que tenemos. Ahí nos miraremos en el espejo y decidiremos si nos equivocamos o no”, concluyó Wolff, que intentará en el autódromo de Montmeló, donde empezó el calvario para Mercedes en 2022, dejar de navegar en la niebla.