Fórmula 1: Max Verstappen, el piloto que toma las ventajas del equipo y de sus rivales
El neerlandés se impuso en el Gran Premio de España, entre la ayuda de su compañero Sergio Checo Pérez y las fallas que quitaron del camino a Charles Leclerc (Ferrari); con el triunfo es el nuevo líder del campeonato
El Gran Premio de España que amaneció enmarañado para la escudería de Milton Keynes y sus pilotos, terminó en un festejo grande, que confirman el potencial de la estructura que dirige Christian Horner. Verstappen es puntero entre los conductores y RBR observa desde la cima al resto de los Constructores.
En el mismo escenario donde asombró al mundo por primera vez en 2016, con apenas 18 años, Verstappen asestó un golpe a Ferrari. Con el modelo RB12 empezó la cadena de éxitos, que ahora suman 24. El neerlandés apunta cuatro triunfos en seis fechas, tres de ellos de modo consecutivo y el de este domingo resultó la segunda oportunidad que visita lo más alto del podio en el circuito de Montmeló.
El infortunio de Charles Leclerc y la tarea de ladero de Checo Pérez, autor de la vuelta rápida y con quien firmó el primer 1-2 de 2022, situaciones que MadMax exprimió en un asfalto caliente, con temperatura que rozó los 50° centígrados. Si el campeón defensor tuvo la valentía para soportar las fallas que se presentaron en la qualy y en la carrera con el DRS de su auto, el mexicano enseñó grandeza para atacar cuando debía ser agresivo y ser condescendiente y aceptar la orden que llegó desde la radio con la única instrucción de apartarse de una posible batalla para que ganara Verstappen.
Para el piloto de Guadalajara, que recientemente fue padre por tercera oportunidad y que forjó una relación fluida con el neerlandés -un verdadero triturador de compañeros de garaje-, el trabajo en Barcelona y en tantos otros grandes premios seguramente significarán cartas que caerán sola sobre la mesa de negociaciones cuando deba reunirse con el patrón para dialogar sobre la renovación de su contrato: por jerarquía, pero también porque no existen demasiadas opciones de relieve en el mercado, la continuidad en Red Bull Racing asoma segura.
Las buenas sensaciones que Leclerc tenía después de la prueba de clasificación, donde marcó la pole a pesar de cometer un error y dibujar un trompo, explotaron en el aire en el giro 27, cuando el motor se desinfló, perdió potencia y el monegasco estalló de bronca y desencanto dentro del cockpit. La ventaja de 15 segundos sobre George Russell (Mercedes), que se presentaba entonces como escolta en el clasificador, hacían imaginar que las actualizaciones que presentó la Scuderia y a las que le había sacado rédito desde el inicio de la actividad –lideró todos los entrenamientos– devolvían la calma a la casa de Maranello, luego de las turbulencias y falta de competitividad en Miami y Emilia Romaña. Pero todo se desvaneció cuando la unidad de potencia –posible rotura del turbo– apuró el abandono: el abrazo contenedor de los mecánicos y las disculpas de Mattia Binotto, el jefe de Ferrari, en el muro, señales para amortiguar la desilusión.
“No nos podemos permitir el lujo de tener más problemas. No tuve ninguna señal de alerta, simplemente se rompió y perdí la potencia por completo: es una pena. Creo que no hay nada más que se pueda hacer que mirar los aspectos positivos, que fueron muchos durante el fin de semana: el ritmo de clasificación, de carrera y la gestión de los neumáticos, que era un punto débil de nuestras últimas carreras”, advirtió Leclerc, que actuó como líder positivo en medio de la tempestad, luego de la primera avería de motor que enseñó Ferrari en 2022.
Ferrari no logró revertir la situación, porque Carlos Sainz Jr. tampoco tuvo su mejor versión en la carrera –se retrasó en la partida, más tarde se despistó y la superación a Lewis Hamilton para recuperar el cuarto puesto fue la maniobra más fructífera– y Red Bull Racing tuvo la sagacidad para llamar a Verstappen al pit para superar a Russell –giro 29– y la obediencia de Pérez para dejarse adelantar. “Gracias a Checo, es un compañero de equipo fantástico”, soltó MadMax, que según Horner tenía una ventaja de neumáticos porque los pilotos estaban en estrategias diferentes de competencia.
“Lo último que se quiere es arriesgar, nadie desea un abandono cuando hay dos autos que pueden finalizar primero y segundo. No había una pelea directa, porque estaban en estrategias diferentes. Max tenía ventaja con los neumáticos. Nuestra responsabilidad es llevarnos con los dos autos la mayor cantidad de puntos: desde la perspectiva de equipo no tiene sentido tomar riesgo”, comentó Horner.
Verstappen, sonriente, puede mirar a todos desde lo más alto, aunque en el fondo empieza a asomar una sombra que, de seguir creciendo, ingresará en la batalla y aumentará el espectáculo del Gran Circo: con el podio de Russell y el avance de Hamilton desde la última ubicación –debido a un pinchazo– al quinto puesto, Mercedes evidencia signos de recuperación.