Fórmula 1 en Mónaco: Ferrari hundió a Charles Leclerc y también fracasó en los reclamos
Un fallo de estrategia de la Scuderia privó al piloto monegasco a ganar en el Principado; las protestas contra Verstappen y Checo Pérez no prosperaron y el mexicano fue el merecido dueño de las celebraciones
El festejo lo convirtió en el quinto conductor latinoamericano en celebrar junto a la realeza en el glamoroso escenario y encadenar el cuarto éxito de Red Bull Racing en la temporada. Todos atributos que robustecen las pretensiones de renovar el vínculo que finaliza a fin de año con el equipo de Milton Keynes.
La felicidad que envolvió a Checo Pérez contrastó con la desolación de Leclerc, que por primera vez logró finalizar la carrera en su territorio, aunque una equivocación en la estrategia que diseñó Ferrari lo privó de ganar. El gran premio fue una suma de turbulencias para la Scuderia, que finalizada la acción en la pista presentó una doble protesta ante los comisarios deportivos, aunque el reclamo no prosperó.
Luego de una audiencia con representantes de los dos equipos, la demanda sobre Verstappen, porque supuestamente había cruzado la línea amarilla a la salida de la calle de boxes, fue desestimada, mientras que las pruebas sobre una acción similar del piloto mexicano fueron rechazadas por infundadas.
Lo mejor de la carrera
“Es un sueño hecho realidad. Es un día enorme para mí y para mi país. Desde que empiezas a correr sueñas con ganar acá, después de la carrera en casa es la que todos los pilotos desean ganar”, comentó emocionado Pérez, en la charla con el escocés David Coulthard, ex piloto de la F.1 y que realizó las entrevistas antes de que los tres integrantes del podio subieran a celebrar.
En la charla, Pérez señaló cuál era el cuidado que debía tomar para no sufrir algún avance de Carlos Sainz Jr., el español que finalizó en el segundo puesto. “Era importante limpiar el graining, porque perdía mucho tiempo en las Curvas 3 y 4 y también en la 11; Carlos era peligroso, estaba muy cerca y si cometía un error perdería la posición”, explicó quien utilizó un casco particular, con números estadísticos para recordar a Pedro Rodríguez, piloto mexicano que tenía dos victorias en la F.1, una marca que Checo quebró con el triunfo en el Principado.
El curso de la carrera, que resultó una caja de sorpresa para pilotos y mecánicos cuando los comisarios deportivos retrasaban el inicio por la lluvia, tuvo su golpe en el giro 19, cuando Leclerc, que desde la pole manejaba el ritmo y no padecía ninguna especia de sobresalto, fue llamado al box. El ingeniero de pista español Xavier Marcos, con el que trabaja desde 2019, lo convocó para cambiar los neumáticos de lluvia extrema por unos intermedios. La jugada ya la había enseñado Pérez y quien se resistía a desarrollarla era Sainz Jr., que observaba cómo el asfalto se secaba y apostaba a cambiar por gomas slick duras y terminar con ese compuesto la carrera. El pensamiento del madrileño ganó consideración en el garaje de Ferrari y lanzaron la llamada para la vuelta 21.
Pero los dos autos de la Scuderia hicieron el ingreso en el mismo giro, uno detrás del otro, con Sainz Jr. como guía y Leclerc por detrás. La estrategia dilapidaba la posibilidad de triunfo del monegasco, que estalló de ira en la radio: “Fuck, fuck! Xavi, what are you doing?”, retumbó la voz desencajada del piloto en los auriculares del ingeniero de pista y en los del resto del equipo. Una victoria lo devolvía a Leclerc a la cabeza del Mundial de Pilotos, a recuperar la ventaja que le quitó Verstappen con el triunfo en España, donde un fallo en la potencia del motor lo obligó a abandonar.
Como si leyera el futuro, una semana atrás Leclerc manifestó que no debían permitirse el lujo de tener más problemas. Y si bien hacía referencia a roturas mecánicas y no de estrategia, la advertencia sobre la fiabilidad estaba expuesta. “Hoy fueron demasiados: me preguntaron si quería pasar de neumáticos de lluvia extrema a secos y dije que sí, pero más tarde. Sin embargo, no sé qué hizo cambiar de opinión y me montaron los intermedios. Ahí nos empezamos a hundir, aunque dos vueltas después me volvieron a parar y detrás de Carlos. Fueron muchos errores y no podemos darnos ese lujo”, repitió, quien en sus cinco carreras anteriores en Mónaco no había podido cruzar la línea de meta. Los errores de estrategia no son nuevos para Leclerc y Ferrari que, en 2019, en el primer año del monegasco en la Scuderia, los ingenieros fallaron en la clasificación y provocaron que no superara la Q2.
La carrera prácticamente perdida -Mónaco es un trazado complejo para ensayar maniobras de sobrepaso y el DRS, que no tiene la gravitación de otros circuitos, recién se habilitó cuando la carrera pasó a definirse por tiempo en lugar de completarse las 78 vueltas-, el espectacular accidente que protagonizó Mick Schumacher, que partió el Haas y provocó que la carrera se detuviera con bandera roja, tampoco sirvió para reactivar a Leclerc y a Ferrari, que a esa altura estaban hundidos en la pesadumbre, observando cómo Pérez se encaminaba a la victoria y Verstappen acrecentaba la ventaja en el campeonato. Un negocio redondo para Red Bull Racing, que le ganó a la Scuderia en la pista y también en los escritorios.