Falleció Nelson René Villarroel, destacado periodista deportivo
El periodismo deportivo cochabambino vuelve a entristecerse, luego del deceso del destacado periodista Nelson René Villarroel, quien falleció la tarde de este viernes en nuestra ciudad.
Recordado por su inimitable timbre de voz, sus comentarios y opiniones al punto y su gran conocimiento del deporte, Villarroel fue uno de los periodistas con mayor trayectoria de Cochabamba y que brilló también en Bolivia y fuera de las fronteras del país. Director del programa Viva el Deporte, que se emitía, primero, por Canal 11 durante la década de los 80, por TV Universitaria y ATB en los años 90, Nelson René Villarroel fue un periodista con agudeza crítica y enorme conocimiento, no sólo de fútbol. Su avidez por la lectura le llevó a acumular vasto conocimiento en ámbitos menos reducidos que el deporte hasta cultivar una profunda opinión en el contexto político y social. Su notable cultura nutrió su desempeñó periodístico, que expuso su erudición en el fútbol, tanto como relator y comentarista.
Consumiendo interminables horas de hemeroteca junto a su entrañable amigo Oscar Galdo -con quien solía embarcarse en inagotables tertulias futboleras, últimamente por la, casi en desuso, línea telefónica-, René Villarroel echó luz sobre años de obstinada oscuridad del fútbol boliviano, cuando el periodismo paceño atribuía éxitos ajenos a su fútbol. En las polvosas y ya amarillentas páginas de los diarios antiguos, Galdo y Villarroel descubrieron la verdad sobre el tricampeonato de Wilstermann a finales de los años 50, desconocido por los paceños tras el retiro de sus equipos del Torneo Mayor. Ambos, en un minucioso trabajo de investigación, establecieron que el título fue definido entre los equipos cochabambinos por determinación de la FBF, en medio de su conflictiva relación con la AFLP, que había reunido todo el poder del fútbol nacional con el paso (y peso) de los años.
También esclarecieron, con documentación, que Aurora conquistó el título de 1963, en un año de enormes irregularidades. La FBF designó como campeón al cuadro celeste, algo nunca reconocido por el recalcitrante regionalismo del periodismo paceño.
René Villarroel extrajo la historia de los campeonatos cochabambinos de los años 60 y 70 y supo conservar el detalle estadístico entre sus cuidados archivos, quizá encriptados para evitar la mirada curiosa de algún avispado contertulio. De igual modo, nutrió una ingente videoteca con invaluable material televisivo del fútbol boliviano, en años de escasa disponibilidad de medios para capturar los momentos trascendentes y protegerlos del implacable discurrir del tiempo, ese que debilita memorias y banaliza hechos. Atrincherado en su estudio, disponía de las ya obsoletas antenas satelitales para colgarse de las señales internacionales que le permitiesen ver fútbol europeo, un privilegio que, en los años 80 y 90, era un lujo inabordable. Quienes viven en esta era digital, con internet y acceso a los principales torneos de Europa, con imágenes en HD, no podrán imaginar lo que era la vida analógica de finales del pasado siglo, sin señales de cable, televisores de imagen granulada y dispositivos de grabación en cinta magnetofónica (los VHS). Era otro mundo. Y en ese mundo René Villarroel se manejaba con pasión, en búsqueda de nuevo conocimiento, sondeando el fútbol del exterior, del que se alimentaba para comentar mejor y transmitir lo aprendido. No siempre fue entendido. Nunca faltan, en aquél mundo y éste, gente podrida, infectada por el bacilo de la envidia, que suele potenciarse, con inusual gravedad, con las frustraciones acumuladas. Nadie podría negar, de Nelson Villarroel -que estudió medicina y supo volcar esa aptitud en sus comentarios de prensa- su pasión y altura periodística.
Villarroel también fue dirigente activo del Círculo de Periodistas Deportivos de Cochabamba (CPDC), institución de la cual llegó a ser presidente en décadas pasadas. Paz en su tumba.